Nuevos tiempos, viejos amigos.

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Salí de mi casa alrededor de las 7:00 p.m ya que me tocaba el turno de noche, debo decir que este trabajo era asombroso pero cuando me toca el turno de madrugada, literalmente me destroza. Durante este año me encontraba bastante contento después de tanto tiempo, era algo muy bonito acercarse a mas gente de la que ya conocía, el dueño del bar dice que ya tengo fans, se le ocurrió hacerme el "flair bar tender" y la verdad yo me divierto haciendolo... Bueno no voy a negar que muchas chicas han ido al bar y se ah llenado desde que soy la atracción principal de este lugar, ellas son muy lindas pero ninguna hace que me sienta completamente feliz.
Llegue como de costumbre y salude a todos mis compañeros de trabajo, cuando el dueño sé dirijo a mi.

- Hola muchacho.

- Señor, buenas noches.

- ¿Esta todo listo para hoy?

- Claro, mis compañeros y yo estuvimos practicando todo el tiempo.

- Me parece perfecto, manténganse así.

- Por supuesto señor.

- Bien nos vemos al finalizar tú turno.

- Gracias, con permiso.

Todo estaba listo y el letrero de abierto ya se encontraba en la puerta. A pesar de ser un bar era un lugar muy tanquilo, por lo que no se necesitaba seguridad o cosas por el estilo, solo había alguien que cobraba en la entrada; las meseras y los bar tenders teníamos lo de nuestras propinas y claro el sueldo aparte, el dueño cuidaba mucho el espectáculo porque dice que es lo que atrae a la gente, entonces yo me encargaba de enseñarle a los nuevos chicos lo que hacían los "flair bar tender". Montamos un espectáculo con las botellas mezclando diferentes licores y creando bebidas en frente de todos, claro que hay malabares y uno que otro baile así que hay mucho que ofrecerles a nuestros clientes.
Era nuestro turno, así que los reflectores se dirigieron al lugar de mi salida, comencé maniobrando unas botellas y entraron dos compañeros más, las chicas gritaban y se amontonaban agitando sus manos para que nosotros les diéramos nuestra atención.

- Una por una señoritas -decía uno de los chicos que estaba conmigo.

- Pronto las atenderemos- dijo el otro, cada uno de ellos estaba en el lado izquierdo y derecho respectivamente y yo estaba en medio de la gran barra.

- Bueno señoritas, es hora de levantar sus copas y pedir más -dije sin ninguna vergüenza alguna- ¡no veo las copas!...

Así paso la media hora del espectaculo, seguía atendiendo la barra pero me llamo una de mis compañeras diciendo que faltaban meseras porque el lugar de repente se lleno, salí de la barra y me dijo una de mis compañeras.

- Podrías atender al chico de la mesa junto a la barra por favor, la verdad da buenas propinas pero llegaron mis amigos y no quiero desatenderlos.

- Claro ve, yo me encargo.

- Muchas gracias Clear.

Me acerque a la mesa y viendo mi libreta dije.

- ¿Puedo ofrecerte otra cosa?

- Pareces como nuevo, quien lo diria, ni siquiera te ves roto.

- ¿N-Noiz-san?...

- Hola Clear. -dijo un poco aturdido- ¿como has estado?

- Bien, muy bien... ¿Quieres otra bebida?

- ¿Podrás traerme una botella?

- Claro que si, pero creo que ya has tomado bastante...

- ¿Puedes traerla o pido otra mesera?

- Ok en un momento te la traigo, ¿quieres alguna en específico?

- Confío en tu elección ya que trabajas aquí.

- Muy bien, con permiso.

Noiz-san regreso y se ve bastante diferente diría yo... Espera, ¿estaba usando un traje? ¿Y a que habrá venido a Midorijima? ¿Podrá ser que vino a buscar a Aoba-san?... Pero el no sabía nada de Ren-san y mucho menos que ya estaban juntos... Tal vez por eso vino a embriagarse...

- Aquí esta tu botella.

- Gracias, ten -estiro un billete.

- Con permiso -lo tome y di media vuelta.

- Hey Clear -escuche decirle- ¿no puedes quedarte a platicar conmigo?

- Lo siento, estoy trabajando.

- Muy bien...

Seguí con mi turno y Noiz-san seguía sentado tomando, solo que ya no fui su mesero porque la chica que me lo pidió sus amigos ya se habían ido y ella lo siguió atendiendo. Dieron la 1:00 a.m y yo ya estaba listo para irme, cuándo la chica me alcanzo antes de que saliera por la puerta trasera.

- Clear siento molestarte pero ¿recuerdas la chico que te pedí que atendieras?

- Si, ¿que pasa con el?

- Dice que no se ira hasta que hable contigo, pero ya esta muy ebrio.

- Entiendo, ahora voy.

- Muchas gracias.

- No hay de que.

Fui hasta donde estaba Noiz-san y lo vi con un vaso en la mano, tres botellas vacías de vodka y su cara contra la mesa.

- Noiz-san...

- Clear... Estás aquí... ¡Ahora sientate!

- Lo siento pero mi turno acabo y también el tuyo, nos vamos.

- ¡No me quiero ir! -dijo en tono de berrinche, se veía tan adorable- ¡vamos a platicar!

- Si, pero en otro lado. Nos vamos. Con permiso y gracias por avisar.

- No hay problema Clear, con cuidado.

Me lo lleve casi a rastras y cuando lo acomode, puse su brazo en mi hombro y emprendimos camino.

NocturneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora