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Chan

—No me importa si tienes tarea o alguna otra cosa que hacer, hoy iremos a tu cafetería favorita con Lix y ambos se harán amigos, ¿está bien? —Sana tomó mi muñeca con fuerza guiándonos al salón de Felix, su última clase estaba por terminar, así que lo esperamos y tan pronto sonó la campana, la puerta se abrió, dejando ver al pecoso riendo con sus dos amigos. Sonreí involuntariamente, estaba seguro que mis ojos brillaban más que de costumbre. Sana me miró y quité esa sonrisa boba que tenía, ella sólo se limitó a morder su labio inferior y soltar su agarre.

Había notado toda esta semana un gran distanciamiento entre ella y yo, parecía que finalmente las cosas no terminarían bien. Felix sólo nos saludaba en los almuerzos y se iba con sus amigos a cualquier otro lugar menos la cafetería, dejé de verlo por un tiempo, mientras seguía planeando cómo decirle a Sana mis verdaderos sentimientos hacia su primo, los cuales he tenido desde hace más de cinco años, sin lastimarla.
—Lix, iremos a comer, acompáñanos. —Dijo en tono amable, con él ella era tan dulce.

—Claro, sólo me despido y listo. —Felix caminó hacia sus amigos y se despidió recibiendo un corto abrazo de Seungmin y simplemente una mano agitada en el aire de Jeongin. Ahora que volvía a prestar atención a la actitudes de sus dos amigos, seguía con la misma sensación de querer estrangular a Seungmin, por más que quisiera, el chico me caía mal, ¿por qué? No tengo idea, pero ni siquiera puedo entablar una conversación con él, no lo soporto. 'Son celos' decía mi inconsciente. Y por más que lo intentaba, seguía prestándole atención a esa vocesita en mi cabeza.

—Listo, ¿a dónde vamos? —Preguntó Felix animado.
—A la cafetería favorita de Chan. —Dijo Sana y la sonrisa de Felix se esfumó. —Parece que ustedes dos casi no han hablado y me gustaría que se conocieran más. Porque no se conocen, ¿cierto? —Tragué saliva en ese momento, ¿a qué venía esa pregunta? Ninguno de los dos respondió y Sana rió tomándonos de las manos y llevándonos fuera de la universidad.

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Llegamos a la cafetería y elegimos una mesa pegada a la ventana, Felix se sentó frente mío y Sana se sentó a mi lado. Y ahí estaba otra vez yo sin poder quitar la mirada del pecoso y él simplemente no me devolvía tan siquiera la mirada, todo el tiempo me evitaba y estaba harto de eso, nuestra más larga conversación fue cuando se lastimó el pie o tal vez esa vez en la barra de aquel bar en su bienvenida que había sido hace más de un mes.

Yo en serio quería arreglar las cosas con él, y decirle que yo nunca quise dejarlo, que por culpa de una estupidez, ahora ambos estábamos dolidos, y yo con una novia que no sabía cómo terminar.
Llegó uno de los chicos que atendía a nuestra mesa dejando el menú y no tardamos mucho en ordenar.

Hay pastel de chocolate. —Dije, sabía que a Felix le encantaba, pero a Sana no tanto.
—Oh, bueno, Chan, sabes que no es mi preferido. —Respondió ella, y en seguida lo hizo Felix.
—El pastel de chocolate es mi favorito. —Lo dijo en voz baja, pero aún así lo escuchamos.
—Ya veo. —Fue lo único que dijo Sana, mirándome. Había algo diferente en su mirada, como si se estuviera dando cuenta de algo. Y tal vez no estaba tan lejos de descubrirlo.

Estábamos terminando nuestros postres, habíamos hablado un poco, Felix solamente habló de algunos de sus gustos, cosas que estaba demás decir que yo sabía, ya no se sentía tan incómodo estar los dos juntos, claro, porque ahí también se encontraba Sana, pero cuando estábamos por pagar, Dahyun la llamó y tuvo que retirarse por un momento, fue ahí donde algunas cosas sucedieron entre Felix y yo.
—Lixxie. —Lo llamé.

—Y sigues con eso. —Dijo molesto.

—Por favor, déjame hablar, tengo mucho que decirte.

—Pero yo no quiero escucharte. —Por primera vez en mucho tiempo me miró directo a los ojos. —Ya no más, Chris, no quiero que vuelvas a lastimarme, mucho menos ahora que te veré casi todos los días, eres el novio de mi prima y voy a aceptar eso.

—Pero es que no lo entiendes, yo nunca quise dejarte así sin más. —Felix comenzó a sacar su billetera, parecía harto. —Sólo déjame contarte qué fue lo que realmente pasó. —Mi voz comenzaba a sonar quebrada. Felix dejó su billetera en la mesa, y yo la reconocía, era idéntica a la que yo tenía en casa, una que no utilizaba hace años porque simplemente no quería que se maltratara, era una de las dos cosas que conservaba de cuando Felix y yo éramos novios. Pero la que él tenía parecía nueva, y quise percatarme de algo.

Recordé ese compartimento para colocar alguna foto, y en esa misma billetera que yo tenía seguía estando mi fotografía con Felix, la última que nos tomamos. Así que sin más, la tomé rápidamente, abriéndola.
—¿Qué haces? —Preguntó con un tono preocupado, como si estuviera a punto de descubrir sus secretos. Y ahí estaba, intacta en ese pequeño espacio, pero se apreciaban perfecto nuestros rostros. Mis ojos se iluminaron, recordando aquellos momentos en los que por cualquier cosa ya estábamos sacando fotos de los dos juntos y guardándolas en aquellas dos cajas lilas, el tesoro más preciado que aún conservo y que fue un regalo de su parte por nuestro segundo aniversario. ¿Yo qué le había obsequiado? Sencillo, un collar donde se podía guardar una pequeña imagen. Y está demás decirlo, pero es que eso nos representaba, era lo que mantenía nuestros recuerdos vivos, guardamos nuestro amor en fotografías, haciendo memorias sólo para nosotros, donde nuestros ojos no estuvieran cegados por culpas y resentimientos, donde nuestros corazones nunca estuvieran rotos, y el tiempo se mantenía congelado.

—Nunca me olvidaste. —Pronuncié esperanzado. Una lágrima estaba a punto de salir de mis ojos, y aparté la mirada de la fotografía para posar mi vista en el bello chico de pecas.
Su rostro había cambiado, ya no me miraba, tenía la vista fija en la billetera. Y tan rápido como pudo me la quitó de las manos, dejando unos cuantos billetes en la mesa y levantándose recogiendo su mochila.
—Dile a Sana que algo surgió y que tuve que irme. —Dijo apenas siendo entendible. —Por favor, ya no insistas en lo nuestro, ya es pasado. Sigo conservando las fotografías, pero ya no quiero hablar de eso, ¿sí? —Y de sus ojos comenzaron a salir pequeñas lágrimas. Estaba por levantarme de mi asiento, sentía la necesidad de abrazarlo, de quitar todas esas lágrimas y esa tristeza que ahora emanaba. Pero era tarde, Felix se estaba alejando a paso rápido.
—Lixxie, yo...

Llegó entonces Sana, con cara de confusión.
—¿Qué ha pasado con Felix? —Estaba preocupada, lo sabía.
—Dijo que tenía algo importante que hacer. —No quité la vista de la puerta por donde salió. Tenía la esperanza de que regresara y me besara, que me perdonara por lastimarlo por tanto tiempo. Pero la realidad era otra, sabía que esta vez, Felix no regresaría, y yo tenía que arreglar las cosas como fuera posible.
—Chan, ¿estás bien? —La voz de Sana se escuchaba distante, hasta que volví a la realidad, prestándole atención.
—Sí, todo está bien. —No, nada lo estaba.

~TheQuinnQuinn. 🍓

PHOTOGRAPH ~ CHANLIX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora