𝑳𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒔𝒖𝒃𝒕𝒆𝒓𝒓𝒂́𝒏𝒆𝒐𝒔

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El sol se cuela a través de la cortina e impacta con mi piel, ya amaneció y no me encuentro tan sobria que digamos, la resaca es perra, me está desarmando.

Recuerdos pasan por mis ojos: Rex proponiendo un merecido festejo por el reencuentro, yo sacando una botella de Vodka de la reserva de Junne, una caja de madera tamaño mediano en donde según ella protege el alcohol que ha comprado en los últimos meses, pidiéndole ayuda a Matt para destapar la botella y él cogiendo seis vasos cristalinos de la alacena.

Descontrol es nada para las pendejadas que hemos hecho, como saltar sobre la mesa central de la cocina, jugar verdad  o reto,  al igual que "yo nunca he", el cual hizo que descubriera muchas verdades.

Lucho por recordar un poco más, pero el malestar en mi cabeza no es algo que me apoye en esto. Sin embargo, agradezco a mi cerebro por ser como una alarma, Junne dijo que vendría en dos o tres días, tengo una idea de ello, pero hoy el alcohol que corre por mis venas no me deja recordar de maravilla.

Aún con el desastre que siento en todo mi ser me fijo en que soy al única pues despierta, por los visto a los demás el alcohol les cayó como balde de agua fría, bien me atrevo a decir que cualquiera que los mire pensará que están en un coma profundo.

Los nervios toman su repectivo lugar en mi cuerpo cuando pienso en las posiblidadedes que existen de que Junne descubra que su casa se ha convertido en un hotel para ex cautivos, pero la calma vuelve a mi cuerpo al recordar que todos ellos dentro de sus locas habilidades son capaces de estar en frente de ella sin que lo noten, no todos, pero pueden desaparecer y eso es una ventaja.

Me levanto de la cama con lentitud, mis esfuerzos son en vano, ya que termino tambaliándome al levantarme por mi lamentable estado. A pesar de los bruscos movimientos que produje en la cama al levantarme, Dax no se inmuta.

Mis ojos caen sobre Matt.

Su tez pálida se contrasta con los rayos ultravioleta que se estampan en su piel, haciéndolo ver aún más perfecto de lo que ya. Siento como si Matt y yo nos conectáramos de una manera inexplicable, algo más indescifrable que su aura de peligro, y mis sospechas se hacen a un lado cuando él abre sus ojos y nuestras miradas se encuentran.

Una curva se forma en la comisura de sus labios

—¿Gozando del panorama, pequeña? —susurra con voz seductora.

—¿Cómo supiste justo el lado en que mirarías al despertar? —suelto curiosa.

—Te sentí demente preciosa.

¿A caso me llamó demente?

Alzo una ceja.

—¿Por qué dices que soy demente? —pongo mis manos tras sobre mi nuca, típica postura de descanso.

Eso sonrisa que tanto me fascina esta vez muestra sus dientes.

—Espiar personas mientras duermen no es algo muy cotidiano que se diga. —Resoplo.

—Habla el que me espía cuando me ducho — su expresión cambia cuando remato la jugada.

Se pasa su dedo índice por sus labios y la malicia en su rostro se manifiesta —. Solo me aseguro de que te hayas enjuagado bien.

Al mirar a este hombre se te vienen a la mente tres palabras que lo representen.

Atracción

Sombra.

Dominio.

No puedo negar que ese tono me causa cosquilleos un poco más abajo de mi vientre, pero disimulo —Sin miembro vas a quedar si vuelves a espiarme.

I N E X P L I C A B L E © +18 [Shadows #1]  [Completa] ✔️ / EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora