Los abrazos de John eran tan cálidos, me sentía tan seguro en sus brazos...
— Bueno, Paulie. Debemos irnos...— Me regaló una dulce y tierna mirada. Asentí y nos fuimos en nuestro camino.
Apenas llegamos pude apreciar la presencia de Stuart en la puerta, se estaba fumando un cigarrillo mientras se escuchaba música desde dentro de la escuela.
— ¡Paulie, amor! — Oh no Stuart, no dijiste eso.
— Te estaba esperan..— Y lo golpeé, yo no era de usar violencia {y todos sabían eso} pero esta vez me dio rabia el hecho de que me llamara así después de haber dicho eso.
— ¡Vamos, Paul! — gritó John. Stuart estaba en el piso mientras yo estaba encima de el golpeándolo. No era una pelea, era yo golpeando a un idiota.
— Eres un imbécil, no quiero que te vuelvas a acercar a mi ni a John. Terminamos y vete a la mierda, gracias. — Le escupí en la cara y nos fuimos con John, el cual tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Mientras nos dirigíamos al salón escuché sollozos de parte de Stuart lo que hizo a John soltar una carcajada mientras que yo estuve serio todo el tiempo, no tenía idea que sentir en este momento. Me siento confundido, ¿Se supone que lo que acabo de hacer está bien?, ¿Debería sentirme bien? No lo sé.
Llegamos al salón y John se separó de mi, debía separarse de mi porque si estábamos juntos la maestra nos castigaría a ambos por los rumores de la escuela..
...
Fue la maldita clase más larga de mi vida, por fin salimos al receso. El silencio se hizo presente apenas John tocó mi mano para tomarla, el grupo de Stuart ya no me hablaba ni el tampoco. ¿Alegría? posiblemente era lo que sentía
El mundo me esta tratando mal hoy, estoy en la miseria.
— Estás bien? — Preguntó John, mientras me miraba atentamente con una leve sonrisa.
— No lo sé, ¿Qué es exactamente estar bien? No creo que sentirse feliz sea estar bien, y si fuera así no estoy bien. — Lo miré de vuelta seriamente.
— Oh pero que profundo, Paulie. ¿Quieres irte de aquí? — Asentí. No me importaba nada, ni mi propia vida. Me siento miserable, idiota y todo lo malo que puede existir.
¿Cómo puedo ser tan imbécil?
— Ven, vamos. — Me volvió a agarrar la mano y nos fuimos al estacionamiento trasero.
— Y los bolsos? — Pregunté mientras miraba el cielo.
— Mañana los vemos aquí mismo, Paulie. — Y pam! John se cayó.
Reí, fuerte y exagerado
— ¡Cállate y ayúdame, idiota! — Le salió una lagrima, estaba avergonzado. ¡Já!
Le extendí mi mano y se levantó. Subimos la rejilla y saltamos a la calle, gracias a Dios que no había pasado algún auto.
— A donde iremos, Johnny? — Sonreí, su caída me había alegrado posiblemente el día.
— No se si recuerdas, pero un día me prometiste que iríamos a una fiesta juntos así quee... Debes acompañarme. — Sonrió victorioso, mi sonrisa cambió de un instante a otro.
— Está bien, promesa es promesa... — Miré al suelo. Las fiestas no eran lo mío.
Subimos al techo de un autobús y nos fuimos a Blackpool.
Después de unos 5 minutos llegamos, John se bajó y después me ayudó a bajar con una sutileza maravillosa.
Caminamos agarrados de la mano y fuimos al primer bar que le llamó la atencion a John.
Apenas entramos pude oler ese detestable olor a alcohol y sudor, habían demasiadas parejas bailando a las que posiblemente John querría que nos unieramos.
— Ven, Paulie. — Agarró mi mano y nos dirigimos a la barra. John pidió dos cervezas y aunque le dije que no bebía aun así me la entregó.
— Solo se vive una vez, niño. — Guiñó su ojo y nos fuimos al medio de todo para empezar a bailar.
Estuvimos así un buen rato hasta que se me acabo el elixir, ah.
— John vamos a buscar más, ya no me queda. — Dije en un tono "triste" para convencerlo, lo cual logré.
No se que hora es pero me siento mareado, John estaba bailando con unas chicas y yo estaba en la barra todo el tiempo.
— Ya debemos irnos, Paulie... Estás muy ebrio... — John tocó mi hombro y yo comencé a llorar.
— Q-Que acaso no ent-t-tiendes que mi vida es un asco?!
John no dijo nada, solamente me agarró en sus brazos como un bebé y nos fuimos en taxi
Apenas llegamos el contrario me recostó en su cama.
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John P.D.V
Después de la fiesta llevé a Paul a casa, lloró todo el camino y no entendía que le pasaba lo cual me preocupó un poco.
Recosté a McCartney en mi cama y me fui a prepararme un té.
— ¡John!
— ¿Qué ocurre?
— ¡Dame un besito de buenas noches!— Oh Dios, Paul ebrio era un dolor de cabeza.
Subí las escaleras y lo miré desde la puerta.
— Vamos Johnny, dame un besito... — Puso su boca de trompita y me acerqué para besarlo, agarré sus mejillas para besarlo.
— Denada, ahora duérmete. — Asintió y se durmió
Bajé las escaleras y empezó a sonar el telefono.
— Residencia Lennon Smith, John al telefono.
— Hola John, como estás?
¡MIMI!
— HOLA ESTOY BIEN Y TE EXTRAÑO, VUELVE A CASA — Hice como que lloraba, extrañaba mucho a esa anciana
— John, la enfermedad de tus tíos era contagiosa... No puedo volver, tonto. — Mimi va a morir.
— ¿Vas a morir?
— Sí Johnny...
Oh mierda, le corté y me fuí a mi habitación.
Me senté al lado de Paul y comencé a llorar en silencio, no quería molestarlo.
No me pude despedir de ella...
Oh Mimi...
Cápitulo caca ik, pero bue... Ojalá t haya gustado :}
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