John P.D.V / 4:30 a.m
Ha pasado solo un día desde que me prohibieron verme con McCartney
Aún no podía conciliar el sueño por el simple hecho de pensar que ya no nos veríamos... Era un sentimiento agonizante.
Solo podía pensar formas de como verlo... ¡Debe de haber una manera!, los McCartney no pueden estar en todo Liverpool.
Al igual que estoy preocupado por Paul, esa casa no es un buen lugar para el... Cuando todo sucedió noté como su bella cara estaba llena de moretones y rasguños, los cuales se los hizo posiblemente su padre.
Mimi no hablaba mucho lo cual me preocupaba, no me miraba, nada... No me interesa si los McCartney les dijeron a Mimi ya que ella sabe que yo ya he hecho... eso, pero aun así me daba nervios. Osea Mimi sabe que he hecho eso con mujeres pero, no con hombres y Mimi (como la casi toda la gente) odiaba a los "maricas", aunque siempre dice de broma que lo soy.
Me levanté y bajé las escaleras para dirigirme a la cocina posiblemente a buscar algo para comer en realidad no lo sé, en realidad solo quiero hacer tiempo para ver si después puedo dormir.
Apenas entré a la cocina me encontré con a mi tía bebiendo un.... ¿Whisky? en la mesa de centro.
— ¿Mimi?
— Oh... J-John. — Secó sus lágrimas y me miró directo a los ojos. — Lamento que tengas que verme así pero algo horrible acaba de suceder...
Si es algo con mi madre juro que me tiro de un puente ya que tengo planeado visitarla hoy.
— ¿Qué sucede? o más bien dicho, ¿Qué sucedió?
— Son Herbert y Emily, ellos... — soltó un sollozo — Ellos fallecieron, John.
Oh mierda. Yo nunca fui tan cercano a ellos pero, duele... Duele el hecho de saber que un familiar ya no está aunque ni siquiera lo conocieras.
— Oh Mimi... — Me acerqué a ella y la abracé, era la primera vez que ella lloraba en mi hombro.
Se sentía tan bien abrazarla, Mimi tenía unos brazos tan suaves y cómodos.
[...]
De repente abrí los ojos y ya era de mañana.
— ¿Fue una pesadilla? Joder...
Me levanté y me coloqué el uniforme ya que eran las 8:50 y ya debía irme, me dirigí a la habitación de Mimi la cual, estaba vacía. Bajé las escaleras y me la encontré desayunando.
— Buenos días, John. — Dijo sin mirarme a la cara.
— Buenos días. — Sonreí leve, intenté a abrazarla pero no me dejó, me despedí de ella y salí.
Extraño irme con Paul, necesito sus distracciones, su sonrisa, su voz... Se que solo ha pasado un día pero me hace demasiada falta..
Apenas llegué lo vi, estaba sentado en la entrada leyendo una revista creo.
pasé por su lado y me miró, después de mirarnos me detuvo...
— Hola, John... — Oh Señor, extrañaba que dijera mi nombre.
— Hola, Paul. — Me di la vuelta y me fui, no quería más problemas con los McCartney.
— ¡Espera! — Corrió y me abrazó para después juntar mis labios con los suyos.
Tan suaves como siempre...
— Sabes que esto está mal, ¿verdad? Ni siquiera debería estar diciéndote esto ya que es obvio el porque. James Paul McCartney, yo te amo.. pero no podemos estar juntos.. — Los ojos del contrario se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar, oh rayos. Me acerqué a el y lo abracé.