Mi autoestima no está que digamos lo suficientemente bien como debería, rompí hace nada con Luca, cuando le dije lo que quería hacer, al principio se negaba y es cuando le dije todo lo que sabía, se sentía arrepentido por lo que había hecho y dijo que solo fue un desliz. Yo solo le dije que no creía sus mentiras y en el momento que me falto el respeto a mi se lo falto a mis hijos que lo consideraban su padre.
Ella no recibió castigo, ya que ella no tenía la culpa de nada solo se sorprendió cuando supe que yo era la auténtica mujer de Luca, nunca pensó que estaba con alguien, me imploraba que no la castigara que estaba embarazada. Luca recibió el castigo, ella no tenía la culpa de la persona con la que estaba.
Cuando Luca intentó volver hablar conmigo hace menos de una hora y lo impulse lejos de mi pegandolo contra un muro y me fui hacia mis pequeños en el valle del castillo.
Me costó mucho explicarle a mis pequeños, que Luca ya no sería parte de nuestras vidas, lloraron, patalearon, replicaron, pero por fin entendieron que solo somos importantes nosotros tres.
Hoy vienen la manadas de lobos, grupos de brujas y nidos de vampiros, estoy algo nerviosa, pero no por lo que pasara, mejor dicho porque lo volveré a ver después de tantos años, es incomprensible lo que siento en este instante, hasta que por fin lo noto, su olor en el ambiente, esa fragancia que puede volverme loca con solo rozarme. Su olor cada vez se acerca más a donde estoy situada, hasta que lo siento, sus ojos en mi nuca.
Odio estar en esta situación, me encuentro con mis pequeños, aquellos que prometí protegerlos pasara lo que pasara y no permitiré que nadie, ni nada en este universo les toque un pelo.
-Mis amores ir a dentro, estaros con los abuelos, no hagas travesuras y portaos muy bien.- Les digo dándoles un beso a cada uno en la frente.- Cariños míos escuchar muy atentamente, veis a todos esos hombres que hay detrás mío.- Asienten con su pequeña cabecita.- Pues bien, no os podéis transformar en lobos ni en seres superiores.
-Pero porque mamá, nosotros somos así, tú siempre nos dices que no nos escondamos de nadie y ahora porqué dices esto.- Dice mi pequeña Alana.- Es injusto, nosotros somos como somos.- Cruza los brazos encima de su pecho.
-Cariño- Toco su hombro.- Esos hombres son como vosotros, hombres lobos, licántropos, pero la diferencia entre ustedes y ellos, es que vosotros conseguisteis vuestra transformación desde muy pequeños a diferencia de que ellos hasta que no cumplen dieciséis años no conocen a su lobo. Vosotros sois hijos de una diosa y querían arrebatarles vuestros poderes o decisiones o peor aún encerrarlos. Mama dentro de poco en la presentación dejará todo claro si!
-Vale mamá.- Dice Eidan con una sonrisa.
-Así me gusta, ahora marcharos vuestros abuelos os esperan.
Corrieron a la fortaleza sin mirar atrás, mientras sentía como se acercaban el resto de seres a mi espalda. Se que el sabe quien soy, se que el sabe quien son ellos, llevan su sangre y los lobos sienten a sus cachorros a metros de distancia. En algún momento me reclamarán todos pero me da igual, es hora de demostrar de lo que soy capaz y quien manda aquí. Les puedo asegurar que no son ellos.
Levantó el rostro y veo a mis hermanos acercarse a mí, preparados por si en algún momento hace falta atacar. Danae me abraza fuertemente.
-Tranquila, yo estoy aquí, contigo.- Me dice dándome un beso en la mejilla.
-Estamos.- Dice mi hermano refunfuñando.- Acuérdate que yo soy el mayor renacuaja.
-Idiota!.- Dice mi hermana con ganas de darle una colleja.
Yo empiezo a reír desmesuradamente sin parar, ellos son los primeros que me han sacado una sonrisa en todo este tiempo, por eso ellos serán mi familia para todos los tiempos, más unidos que nunca.
-Ya basta, es hora de comenzar la acción.- Les digo a mis hermanos dándome la vuelta.- Acordaos que para ellos solo somos seres humanos sin poderes, nos despreciaran y nos retaron. Están listos hermanitos.
-¡Nosotros siempre estamos listos!.- Dicen a la vez.
Todos y cada uno de los grupos se acercan hasta nosotros, esto es increíble, pensar que todos estos grupos deben darse fidelidad absoluta es único. Nose que are teniendo todos los cargos que tengo, me estreso de solo pensarlo.
Se acerca Jason hacia nosotros con los nidos de vampiros. A Septune con el grupo de brujas. Katixa y Hirune con el grupo de perros sarnosos, no puedo evitar llamarlos asi lo siento mucho, les cogí mucha rabia.
Me doy cuenta que Hector y Joel ya saben que ellas son sus mates, pero también veo como mis chicas frenaron sus pies.
-¡Bienvenidos!.- Dice mi hermano con una sonrisa en su rostro.
-Espero que disfruten de su estancia en nuestra morada.- Dice mi hermana.
Todo el mundo nos mira fijamente, como si fuéramos bichos raros, hasta ahora estamos en la puerta de la entrada al poblado, no pienso permitir ningún conflicto con mi población en medio, nunca me lo perdonaría a mi misma.
-Enserio piensas que nosotros vampiros, podemos estar agusto con los chicos y las locas y no hablar de unos humanos como vosotros, que solo sirven como alimento.- Dice una Lara una de las reina vampiro de los nidos más poderosos.
-Ten más cuidado con lo que dices Lara.- Dice Adria con autoridad.- No voy a consentir que los vampiros de segunda hablen así aquí de la gente y el reino me oyes.
-Tu no eres nadie para mandar a nadie humano.- Dijo Lara.
-Por una parte ella tiene razon.- La que faltaba, la zorra con patas.- Yo prefiero matar a estos humanos, que sean un pequeño tentempié para todos e ir a lo que debemos hacer en esto, huele a mucha mezcla y esto es repugnante.
-Estoy con estas tipas aunque no me caigan bien.- Suelta Ana la líder de las brujas.- Serían un buen sacrificio.
-Si intentas tocarnos un solo pelo os arrepentireis todos y las cosas acaban bastante mal señoritas.- Dice Danae con una sonrisa diabólica en sus labios. Me encanta cuando lo hace eso significa que está apunto de atacar.
Los tres grupos se miran entre ellos y se ponen de acuerdo en atacar sin más. Ya sabía que esto iba a pasar, mejor prevenir que llorar decían.
Los lobos empiezan a convertirse, las brujas preparan sus hechizos y los vampiros sacan sus colmillos. Ethan, Joel y Hector están parados con los otros betas y alfas y las familias, siempre tienen a sus súbditos para hacer sus trabajos.
-Tormenta, fuego, aire, agua, yo os convoco, arrasa con todo.- Dicen todas las brujas a la vez.
-Dejarmelo a mi.- Dice Danae.- Es hora de divertirme.
Cuando el hechizo va directo a nosotros, Danae mueve su mano y hace desaparecer el hechizo sin esfuerzo.
-¡Algo más bonito! Tengo ganas de jugar, pero también tengo ganas de comer!- Dice Danae sonriendo diabólicamente.
-Empecemos con el juego.- Dice Adria, tocando el suelo y extrayendo su arma de los elementos.
-Por mi genial, tengo mucha hambre hermanito.- Dice Danae, mientras sus brazaletes se convierten en serpientes y a la misma vez en látigos.- Mis niñas están tan atentas como siempre.
-Hora de empezar.- Digo yo derramando mi sangre, convoco mi arma, el rayo cae donde deja una espada dorada. La coloco en mi espalda y salen las otras dos amigas. Es hora de demostrar que nadie podría con nosotros.
Dejamos salir nuestro poder, donde veo el miedo en sus caras, somos tan poderosos que podemos hacer temblar a un adulto con años de experiencia en la lucha.
-Quienes sois?- Pregunta Ana con miedo en sus ojos.
-Me llamo Danae Sangenis Diosa de las brujas.
-Me llamo Adrian Sangenis Dios de los vampiros.
Es ahora cuando me toca presentarme a mí. Miró a Ethan a los ojos fijamente, para demostrar lo poderosa que soy y que él no es nada comparado conmigo.
-Yo soy Lavinia Sangenis Diosa de la guerra y la muerte, reina del inframundo y vuestra futura reina de los seres sobrenaturales.
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Engañada, humillada pero más fuerte que nadie.
FantastikLavinia Sangenís es un tipo de ser sobrenatural diferente a cualquiera, ya que puede ocultar sus poderes y hacerse pasar por humana para no llamar la atención. Decide salir de su reino para vivir experiencias nuevas y seguir sus sueños pero algo dif...