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- Kats, muévete

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- Kats, muévete.- decía un vampiro teniendo sentado a su pareja en su regazo

- Bastardo, es grande, solo espera.- este tenía el miembro de su pareja entre sus nalgas y un poco más adentró

- Oh vamos, ¿no es esto lo que querías?.- soltó burlón

- Cállate antes de que te arranque la puta cara tan fea que tienes de una sola mordida.- Dijo con su típico tono gruñón

- Ya, ya. Solo muévete.- El otro asintió dando un fuerte sentón en el miembro de su pareja

- ¡Ahhhg! ¡Me encanta! - grito con morbo en sus palabras - Más, quiero más.-

El vampiro sonrió de lado y complació a su pareja comenzando a moverse una y otra vez; cada vez mucho más rápido, tiene la cintura del lobo bien agarrada con sus largos dedos, sujetándolo con su fuerza sobre humana.

El licántropo simplemente jadeaba, lloraba y pedía por más, la vibra de amor que se habían creado hace poco fue abandonada por la lujuria que recorría sus cuerpos, por los jadeos y pedidos de ambos, por los bruscos movimientos de las dos camas individuales juntas formando una matrimonial.

Los lloriqueos del perro de tan precioso pelaje podían escucharse a kilómetros, el vampiro mordía, lamia y chupaba cada parte de aquel animal que está haciendo suyo, el otro dejaba salir su aroma para así dejar impregnado su olor en el de cara pálida.

Simplemente deseo, se repetía cada uno individualmente, también había un sentimiento más allá aunque para ellos no tenía explicación por su terquedad, cualquier otro podría explicar con uso de razón; que es amor, y deseos sexuales.

El sudor que recorre el cuerpo de ambos, el calor que desprende el cuerpo del lobo empañó el vidrio de las ventanas. La luz de luna da en la ventana, reflejaba el cuerpo de dos amantes envolviéndose, entregándose uno al otro, los brazos casi fornidos envolvía el cuerpo del licántropo.

Las posiciones cambian cada tanto, buscando complacer de sobre manera el cuerpo del otro, llenar al contrario de un grandioso éxtasis, hacerlo llegar al tan preciado climax.

Cambiando de nuevo la posición, quedaron; el licántropo abajo del cara blanca, con sus gordos muslos abrazándole la cintura al otro, la manta/cobija cubriendo aquella pasión, aquellos cuerpo desnudos.

Besos y más besos eran dados; pasión y amor eran otorgados al contrario. Caricias con delicadeza y brusquedad, mordidas con suavidad y necesidad, estocadas fuertes, rápidas y ricas, también en ocasiones eran lentas, suaves y deliciosas, simples movimientos deliciosos ante el deseo sexual.

La puerta del cuarto se abrió dejando ver a un peli-blanco y a otro de pelo rojo fuego, ambos se quedaron viendo a su hermano menor como este estaba encima de alguien y la cabeza dirigida hacia ellos. Ambos quedaron viendo la escena, están con sus brazos cruzados.

- Shotō, ¿qué haces? -pregunto el mayor de todos, Touya Todoroki

- Estoy jugando Twister.- respondió rápido y sin titubeos, los hermanos asintieron varias veces y le dieron una leve sonrisa

- Sigue jugando.- respondió el otro hermano de entre los hombres el del medio, Natsuo Todoroki

Ambos salieron del cuarto, cerraron la puerta el primer en bajar fue Touya, Natsuo se devolvió un momento, nuevamente abrió la puerta.

- Shōto, ¿vas a comer? -

- No, gracias.- respondió rápido

- Okay, bien.-

Salió del cuarto con una sonrisa dejando a su hermano con aquel licántropo, este cerró la puerta nuevamente y bajó las escaleras llegando a la cocina. Se puso al lado de Touya y habló un momento con él, hasta que algo en la cabeza de uno de ellos dos hizo "Click".

-¡¡SHOTŌ!!.- grito el peli rojo subiendo las escaleras rápido, este parecía que iba envuelto en llamas

El de pelo blanco segundos después también hizo "Click" y subió igual de enojado que su hermano mayor, dando pistones en la madera, al entrar al cuarto no estaba absolutamente nadie, no había ropa, zapatos, cama desordenada.

Todo se encuentra tan desolado que pareciera como si no hubiera estado nadie, aunque el olor a sexo y el aroma del licántropo no se iba del lugar.

En un árbol ha 500 metros de la casa está un vampiro junto con un licántropo riendo; ambos reían mientras escuchaban los gritos de dos hermanos, las maldiciones que decían y los golpes que se daban entre ellos por no haber entendido la situación desde el primer momento es demasiado cómico.

- No más en tú casa, bastardo.- dijo este

- La próxima va a ser en un motel o aquí mismo en el bosque.- Le dijo con una sonrisa dejando ver sus colmillos.

- Le dijo con una sonrisa dejando ver sus colmillos

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