¿Quieres ser mi niñero?

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Taehyung necesitaba el dinero, eso lo había llevado a buscar un trabajo de medio tiempo. Cuando vio el anuncio de niñero pensó que podría hacerlo bien, nunca lo había hecho oficialmente pero había cuidado varias veces a sus sobrinos e hijos de aquellos compañeros que se habían adelantado a tenerlos.
Habló al teléfono del anuncio y no tardaron en contestar.
— ¿Hola? – preguntaron al otro lado de la línea.
— Oh... Hola, hablo por el puesto de niñero. Me interesa – dijo Taehyung.
Se escuchó un par de risitas al otro lado de la línea.
— ¿Cuál es tu nombre? ¿Edad? ¿Trabajo? – le preguntaron.
— Kim Taehyung, 24 años y estudio publicidad en la universidad – contestó serio.
— Perfecto, ¿puedes venir a las 2, mañana? – dijo el otro chico al lado de la línea.
— Claro... Disculpa ¿con quién hablo? – preguntó esta vez Taehyung.
— Jimin, nos vemos mañana en la dirección que dice el anuncio ¡bye-bye! – dijo colgando.
Aquello había sido bastante extraño pero en serio necesitaba el dinero para sus estudios.
Al día siguiente después de salir de la escuela se dirigió a aquel lugar, era un lugar de departamentos bastante lindo y sonrió, seguramente le pagarían bien.
Tocó la puerta.
— ¿Quién es? – preguntó una pequeña voz
— Taehyung, el nuevo niñero supongo – contestó sin saber muy bien lo que pasaba.
Una pequeña manita se asomó por un pedazo de la puerta semi abierta.
— Pasa... – dijo la voz dejando la puerta emparejada y luego se escuchó como corrió entre risas.
Entró con un poco de precaución, abriendo la puerta lentamente.
Todo el departamento estaba lleno de juguetes, peluches y cosas para bebés; sin embargo quien se encontraba sentado a la mitad de la sala era un chico de su misma edad vestido con un mameluco de dinosaurio y con la mano dentro de la boca.
Aquello debía de ser una broma, ¿cierto?
— ¿Eres... Jimin? – preguntó Taehyung intentando sonar normal.
El chico asintió nada más con la cabeza.
— Eh... ¿cuántos años tienes? – le siguió preguntando.
El chico sin sacar su manita de la boca con la otra levantó 4 dedos.
No sabía que hacer, ¿debía irse? Definitivamente aquello era una broma.
— Yo... Lo siento... Debería irme – dijo dando la media vuelta, pero antes de que pudiera salir tenía a Jimin agarrando sus piernas para que no se fuera.
— ¡No te vayas, TaeTae! No me dejes... Necesito quien me cuide – decía Jimin a punto de llorar — Po favo... Inténtalo unos días... ¿shi? No me dejes... –
No supo qué había sido lo que lo convenció, si aquella carita de ternura que había puesto Jimin o su pequeña voz que le salía tan parecida a la de un niño perfecto pero no pudo dejarlo. Suspiró profundamente rascándose la cabeza.
Desenredó a Jimin de sus piernas y se agachó para estar a la misma altura que él.
— Lo intentaré por una semana, ¿de acuerdo? Y después decidiré si me quedo – declaró Taehyung.
Jimin comenzó a asentir con la cabeza emocionado.
— Hay dinero en la mesita, para una semana – le dijo señalando el escritorio que tenía.
Sobre éste había un sobre rayoneado con crayones de colores y dentro venía una gran suma de dinero para ser solo para una semana.
Taehyung volvió a suspirar, necesitaba ese dinero.
Vió la hora.
— Es tarde... ¿Ya comiste algo? – preguntó a Jimin, quien negó con la cabeza — ¿Qué quieres comer? – continuó.
— ¡Dinonuggets! – declaró aquel niño.
— De acuerdo, te los prepararé –
No sabía muy bien cuánto preparar para aquel chico, pero su instinto decía que debía seguir las reglas de los niños y decidió prepararle solo 5.
Los sirvió en un platito y se los dio.
— ¡Ketchup y juguito! – pidió Jimin haciendo pucheros.
Taehyung fue inmediatamente por ellos, sacó la ketchup del refrigerador y sirvió jugo en un vaso entrenador de dinosaurios.
— ¡Yo quiero ponerle la ketchup! – pidió Jimin abriendo y cerrando las manitas.
El chico se lo consintió y le entregó el bote de ketchup, solo para que después pusiera una gran cantidad en el plato al lado de los nuggets.
Tae le quitó el bote de las manos.
— No, no Jimin. No puedes comer esa cantidad de ketchup... No es bueno para ti – explicó mientras quitaba una buena porción para volverla a echar al bote.
Aunque no le pareció mucho a aquel chico, no dijo nada y comenzó a comer y jugar con los nuggets.
Taehyung se rió un poco al escuchar lo que decía antes de comer cada nugget y cuando hacía que los dinosaurios pelearan antes de comerlos.
— Ven vamos a qué te laves las manos y los dientes – le dijo tomándolo de la muñeca.
Puso un poco de jabón en sus manos y cantó con él una canción para lavarse los dientes que se sabía.
Después de aquello jugaron a las escondidas, colorearon y vieron un par de caricaturas.
Jimin estaba muy divertido, nunca se lo había pasado tan bien en mucho tiempo.
— Gracias, TaeTae – dijo mientras comía su cereal para prepararse para dormir
— ¿Por qué, Jimin? – preguntó algo sorprendido.
— Por una opodtunida... Mi cuidador anterior me dejó por idse a ota ciudad... Y no hacía tantas cosas conmigo como tú – explicó sonriendo.
Era un poco extraño pero Jimin hacía que todo eso fuera tan natural que olvidaba que tenía su misma edad realmente.
Después de cenar lo preparó para dormir, lo acurrucó con el peluche que le pidió y su mantita.
— ¿Vendrás mañana, TaeTae? – preguntó adormilado.
— Claro que sí, vendré mañana a la misma hora. Cierra tus ojitos, te cantaré una canción para dormir – contestó.
Después de cantarle la canción se había quedado totalmente dormido, le dio un beso en la mejilla y salió por la puerta discretamente.
Suspiró.
Aquel día realmente había sido muy raro, pero había terminado con una sensación de calidez.
Sonrió, no sabía que diría aquello pero no podía esperar a cuidar a Jimin mañana.

Cuidando al pequeño Minnie | VMin | Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora