Capítulo 18- Volar

945 34 13
                                    




-Voy a dejar a Luis

Ester escupe la coacola que estaba a punto de beber y Aitana le da otra calada a su cigarro.

En la terraza del Riu ven el skyline de Madrid, la puesta de sol de un caluroso mes de junio.

-Han pasado casi seis meses desde el aborto, Luis ha vuelto a nombrarme el tema del bebé y no quiero

-A ver Aitana ya se que últimamente bien bien pues no estais, ¿pero para dejarlo? Joder con lo mal que lo pasaste sin el, vuelve, os queréis, no entiendo que te comportes así, que sigas sin perdonarle

-La noche que discutimos, cuando mi hija se fue con un tío y mi pareja me trató como a una imbecil me empece a encontrar mal, pensaba que serían los nervios que me cogieron, el enfado, dos días después perdí a mi hijo

-Por que nunca me lo habías dicho

-Ni a ti ni a nadie, no quiero que Luis se sienta culpable, mucho menos Lucia, pero yo llevo desde entonces con una molestia aquí dentro que no me deja superar nada, no digo que fuera culpa de nadie, pero quizás si yo hubiera dicho algo, si hubiera ido a urgencias, quizás se podría haber evitado

-Aitana lo que pasó ya esta, no puedes hundirte en ese bucle, tienes una hija maravillosa que te adora, un novio que te quiere más que a nada y se desvive por ti, no crees que tienes los suficientes motivos para luchar por estar bien

-La semana que viene vuelvo a ver a mi psicóloga, se que no puedo seguir así, estoy amargada otra vez y no se salir de ahí sola

-Mira Luis y Lucia se van a Estados Unidos otra vez en verano no

-Si, y se supone que yo iría con ellos

-No vayas, quedate aquí, o en Barcelona, date tiempo para ti, mímate, y cuando estes bien lo estarás con tu familia, y si entonces sigues sin querer estar con Luis te apoyaré, pero no creo que hayas dejado de quererlo o tengas otros motivos para mandar todo a la mierda Aitana

-Lo pensaré

-Aitana

-Vale que si, pero hoy salimos de fiesta, lo necesito


Luis la espera sentado en el sofá, preocupado, son las cinco de la mañana y se supone que iba de cena.

Diez minutos después escucha las llaves.

La ve entrar con los zapatos de tacon en la mano, un vestido muy corto brillante, el pelo suelto con ondas revueltas y restos de pintalabios burdeos.

Sonríe sin querer al verla así, últimamente solo a visto a una mujer fría, distante con el, en casa y en el trabajo, tensa, que le cuesta hasta darle más de un beso, y es que no se siente con el poder de reprocharle nada.

-Hola mi amor que haces despierto

-Esperarte, podrías haberme dicho que salías

-¿Sabes que? Que quiero follar-le dice justo antes de lanzarse a sus labios-


Un rato largo después, entre las sábanas, desnudos, Luis sonríe, hace tanto que no la sentía tan hunida a el.

-No voy a ir a Estados Unidos con vosotros

-¿Que?

-Necesito tiempo para mi, ir a mi psicóloga, estar con mis padres, no se

-Esta bien, yo solo quiero que estes bien, me alegro de que vuelvas a la psicóloga, pero podrías hacerlo desde allí, con nosotros


Se gira para mirarla y la ve dormida, boca abajo, con los labios entre abiertos.

-Te quiero-le susurra antes de darle un beso en la mejilla-


A la mañana siguiente cuando Luis se despierta se encuentra la casa vacía, Lucia está en los últimos días de instituto y Aitana está en el jardín, o eso espera.

La ve con su bata de seda gris, sentada en una tumbona, fumando.

Se acerca a ella y le quita el piti de la mano para fumar el.

Ella saca otro al instante.

-Fumas mucho otra vez

-No jodas

-¿Has desayunado?

-No

-¿Esta noche que ha sido?¿Una tregua? Porque eso parece

-No me calientes

-Me estoy empezando a hartar de esta situación-le dice levantándose para irse-

Aitana se rie irónica y el la mira .

-Ayer estaba decidida a dejarte-lo suelta así, sin anestesia-

-¿Antes o después de acostarnos?

-No hagas el imbecil, estoy mal, estamos mal

-Tienes razón, nos irá bien este mes separados, igual nos damos cuenta de que esto ya no funciona

-No le digas nada a Lucia, yo me invento algo


El entra y va directo al baño, se apoya en el lavabo y odia el reflejo que ve en el espejo, odia haber llegado a esta situación con el amor de su vida, porque sabe que por muchos días que este separados no va a dejar de quererla, no va a darse cuenta de nada, porque esta seguro de que es el amor de su vida.


Unos días después Aitana abraza a su hija en el aeropuerto, le han dicho que mamá tiene trabajo y por mucho jefe que sea su padre no puede evitarle todo.

-Papá voy pasando el chekin

-Vale cariño, ahora voy


Mira a Aitana, lleva una coleta alta bien ajustada y el flequillo perfecto, igual de recto que cuando la conoció. Un traje de punto y un pintalabios nude.

Se miran serios y diría que a ambos les brillan los ojos.

-Cuidate, ¿vale?

-Tranquilo, cuida a Lucia, ella me irá llamando

-Ya, no sigas, no quieres saber nada de mi

-Luis yo, lo siento mucho

-Lo se, cuando vuelva hablamos, y si es lo que quieres me mudaré

Ella no dice nada, simplemente lo mira. Cuando el le da un beso en la cabeza ella cierra los ojos, siente un dolor que ni ella entiende cuando esto es por su culpa.


Holaaaaa! Hasta aquí el maratón de hoy... Os leo y contesto en los comentarios. Quizás mañana otro maratón...

El día en el que la lluvia dejó de arderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora