Lechuzas Mensajeras y Nuestros Primeros Regalos de Cumpleaños
Narra Lily
Mi hermano Harry Potter y yo Lily Potter éramos, en muchos sentidos, unos muchachos diferentes.
Por un lado, las vacaciones de verano nos gustaban menos que cualquier otra época del año; y por otro, deseábamos de verdad hacer los deberes, pero teníamos que hacerlos a escondidas, muy entrada la noche, ya que no nos permiten las tareas del mundo en que pertenecemos.
No pertenecemos al mundo de los Muggles
Ya que mi hermano y yo somos un mago y una bruja.
Era casi medianoche y estábamos tumbados en la cama, boca abajo, tapados con las mantas hasta la cabeza, como en una tienda de campaña.
En una mano tenía la linterna y, abierto sobre la almohada, había un libro grande, encuadernado en piel que decía
Historia de la Magia, de Bathilda Bagshot.
Harry recorría la página con la punta de su pluma de águila, con el entrecejo fruncido, buscando algo que le sirviera para su redacción sobre "La inutilidad de la quema de brujas en el siglo XIV".
La pluma se detuvo en la parte superior de un párrafo que podía serle útil.
Harry se subió las gafas redondas, y le acerqué la linterna al libro y ambos leímos.
En la Edad Media, los no magos (comúnmente denominados muggles) sentían hacia la magia un especial temor, pero no eran muy duchos en reconocerla.
En las raras ocasiones en que capturaban a un auténtico brujo o bruja, la quema carecía en absoluto de efecto.
La bruja o el brujo realizaba un sencillo encantamiento para enfriar las llamas y luego fingía que se retorcía de dolor mientras disfrutaba del suave cosquilleo.
A Wendelin la Hechicera le gustaba tanto ser quemada que se dejó capturar no menos de cuarenta y siete veces con distintos aspectos.
Harry me paso la pluma y con cuidado buscó bajo la almohada el tintero y un rollo de pergamino.
Lentamente y con mucho cuidado, destapó el tintero, le di la pluma y la mojó comenzando a escribir, de manera cuidadosa mientras yo vigilaba (si se preguntan cómo lo hago pues nací con el don de leer las mentes y ese don ha evolucionado lentamente con el tiempo) que los Dursley estuvieran dormidos, ya que si alguno de ellos, al pasar hacia el baño, oía el rasgar de la pluma, lo más probable era que nos encerraran bajo llave hasta el final del verano en la alacena que había debajo de las escaleras.
La familia Dursley, que vivía en el número 4 de Privet Drive, era el motivo de que Harry y yo no pudiéramos tener nunca vacaciones de verano.
Tío Vernon, tía Petunia y su hijo Dudley eran nuestros únicos parientes vivos que teníamos por desgracia.
Eran muggles, y su actitud hacia la magia era muy medieval.
En casa de los Dursley nunca se mencionaban a nuestros difuntos padres, que habían sido brujos.
Durante años, tía Petunia y tío Vernon habían albergado la esperanza de extirpar lo que Harry y yo teníamos de mago y bruja, teniéndonos bien sujetos.
Les irritaba no haberlo logrado y vivían con el temor de que alguien pudiera descubrir que nosotros habíamos pasado la mayor parte de los últimos dos años en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Lo único que podían hacer los Dursley aquellos días era guardar bajo llave los libros de hechizos, las varitas mágicas, los calderos y las escobas al inicio de las vacaciones de verano, y prohibirnos que habláramos con los vecinos.
ESTÁS LEYENDO
Mellizos Potter, La Verdad Del Prisionero De Azkaban
FanfictionComienza otro año con nuestros gemelos Potter quienes esperan ir de nuevo a las clases de Hogwarts sin estar cerca de sus tíos queriendo ir a un nuevo lugar Hogsmeade el pueblo dedicado solamente a la magia, pero un nuevo problema se les viene este...