Capítulo 15

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La Final de Quidditch y la Cachetada de Hermione

Narra Lily

-Le ha enviado esto a Herms -dijo Andy, tendiéndonos la carta.

Harry la tomó.

El pergamino estaba húmedo; las gruesas lágrimas habían emborronado tanto la tinta que la lectura se hacía difícil en muchos lugares.


Querida Hermione:

Hemos perdido. Me permitirán traerlo a Hogwarts, pero van a fijar la fecha del sacrificio.

A Buckbeak le ha gustado Londres.
Nunca olvidaré toda la ayuda que nos has proporcionado junto con las demás y junto a Alex.

Hagrid


-No pueden hacerlo -dijo Harry-. No pueden. Buckbeak no es peligroso.

-El padre de Malfoy consiguió atemorizar a la Comisión para que tomaran esta determinación -dijo Alex mientras le pasaba un pañuelo a Mione y ella se secaba los ojos-. Ya saben cómo es. Son unos viejos imbéciles y los asustó.

-Pero podremos recurrir. Siempre se puede- dijo Sam- Aunque no veo ninguna esperanza… Nada cambiará.

-Sí, algo cambiará -dijo Ron, decidido-. En esta ocasión no tendrás que hacer
tú solas todo el trabajo. Yo también ayudaré.

-¡Ron!- Herms le echó los brazos al cuello y rompió a llorar.

Ron, totalmente aterrado, le dio unas palmadas torpes en la cabeza.

Herms se apartó por fin.

-Ron, de verdad, siento muchísimo lo de Scabbers -sollozó.

-Bueno, ya era muy vieja -dijo Ron, aliviado de que ella se hubiera soltado-.
Y era algo inútil. Quién sabe, a lo mejor ahora mis padres me compran una lechuza-.

Las medidas de seguridad impuestas a los alumnos después de la segunda intrusión de Black impedían que los siete visitaramos a Hagrid por las tardes.

La única posibilidad que tenían de hablar con él eran las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Hagrid parecía conmocionado por el veredicto.

-Todo fue culpa mía. Me quedé petrificado. Estaban todos allí con sus túnicas negras, y a mí se me caían continuamente las notas y se me olvidaron todas las fechas que me habían buscado, chicas. Y entonces se levantó Lucius Malfoy, soltó su discurso y la Comisión hizo exactamente lo que él dijo…

-¡Todavía podemos apelar! -dijo Ron con entusiasmo-. ¡No tires la toalla!
¡Estamos trabajando en ello!

-Volveremos a intentarlo otra vez Hagrid no te preocupes- ánimo Andy

En lo conmocionado que estaba Hagrid para dar las clases les enseñe a todos sobre los Jobberknoll y sus propiedades y Alora se pavoneaba volando.

Al termino de la hora volvíamos al castillo con el resto de la clase.

Delante podíamos ver a Malfoy, que iba
con Crabbe y Goyle, y miraba hacia atrás de vez en cuando, riéndose.

Decir que estaba furiosa era decir poco, si no estuviera prohibido le lanzaría un Cruciatus a ese trío.

Mellizos Potter, La Verdad Del Prisionero De AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora