Capítulo 7

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El Boggart del Armario Ropero y Primera Clase con Lupin

Narra Lily

Malfoy no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los de Slytherin y los de Gryffindor estábamos en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos horas.

Entró con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose, según le pareció a Harry, como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.

-¿Qué tal, Draco? -dijo Pansy Parkinson, sonriendo como una tonta-. ¿Te duele mucho?

No pude evitar colocar los ojos en blanco claramente molesta por la actitud de Malfoy, Sam se llevo la peor parte y en menos de lo que uno tarda decir Hipogrifo ya estaba completamente curada y más con la intervención de Andy la cuál la señora Pomfrey aprobó con buenos ojos

-Sí -dijo Malfoy, con gesto de hombre valiente.

Pero Harry, Ron, Hermione y yo vimos que guiñaba un ojo a Crabbe y Goyle en el instante en que Pansy apartaba la vista.

-Siéntate -le dijo el profesor Snape amablemente.

Harry y Ron se miraron frunciendo el entrecejo.

Si hubieran sido ellos los que hubieran llegado tarde, Snape no los habría mandado sentarse, los habría castigado a quedarse después de clase.

Bueno a mi también me hubiera dejado entrar sin muchos problemas, era la única de Gryffindor que el trata bien

Pero Malfoy siempre se había librado de los castigos en las clases de Snape.

Snape era el jefe de la casa de Slytherin y generalmente favorecía a los suyos, en detrimento de los demás.

Aquel día elaboramos una nueva pócima.

Una solución para encoger.

Malfoy colocó su caldero al lado de Harry y Ron, para preparar los ingredientes en la misma mesa.

-Profesor -dijo Malfoy-, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.

-Weasley, córtaselas tú -ordenó Snape sin levantar la vista.

Ron se puso rojo como un tomate.

-No le pasa nada a tu brazo -le dijo a Malfoy entre dientes.

Malfoy le dirigió una sonrisita desde el otro lado de la mesa.

-Ya has oído al profesor Snape, Weasley. Córtame las raíces.

Ron tomó el cuchillo, acercó las raíces de Malfoy y empezó a cortarlas mal,
dejándolas todas de distintos tamaños.

-Profesor -dijo Malfoy, arrastrando las sílabas-, Weasley está estropeando
mis raíces, señor.

Snape fue hacia la mesa, aproximó la nariz ganchuda a las raíces y dirigió a Ron una sonrisa desagradable, por debajo de su largo y grasiento pelo negro.

-Dele a Malfoy sus raíces y quédese usted con las de él, Weasley.

-Pero señor...

Ron había pasado el último cuarto de hora cortando raíces en trozos exactamente iguales.

-Ahora mismo -ordenó Snape, con su voz más peligrosa.

Ron cedió a Malfoy sus propias raíces y volvió a empuñar el cuchillo.

-Profesor, necesitaré que me pelen este higo seco -dijo Malfoy, con voz impregnada de risa maliciosa.

-/Es un niño desagradable/- me dijo Alora desde el bolsillo de mi tunica y yo asentí con disimulo a lo dicho.

Mellizos Potter, La Verdad Del Prisionero De AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora