Mellizos Potter, La Verdad Del Prisionero De Azkaban

Capítulo 5

El Dementor y Conociendo al Nuevo Profesor de DCAO

Narra Lily

A la mañana siguiente, desperté primero que todos y bastante temprano, baje y me encontré con Tom sonriendo como de costumbre con su boca desdentada y le dije que iría a ejercitarme y volvería una hora antes del desayuno, y me dirigí al callejón Diagon.

Empecé con un ligero calentamiento normal, y comencé a correr varios metros hasta convertirlos en kilómetros y seguía sin cansarme, mi resistencia había mejorado bastante este mes ahora podía correr bastante rápido y mi musculatura había mejorado bastante junto con mis reflejos, cuando llegue a Hogwarts pediré al profesor Dumbledore que me preste la espada de Godric Gryffindor para practicar con ella

Pare un momento para beber agua y leer el libro al parecer debo aumentar el peso en mis pesas de los brazos, mire las tiendas y ya era hora de volver así que subí a los tejados y comencé a correr hasta la pared del Caldero Chorreante.

Al aumentar el nivel de las pesas, al saltar se volvía más pesado, tengo que tener cuidado con eso, mi confianza aumentaba a cada paso que daba con este entrenamiento, los hechizos también eran muy interesantes.

Me encontré con Alex quien me sonrió y ahora entrenaba a su cachorro Orión, los lobos de por sí son bastante resistentes y buenos compañeros de batalla y muy leales a sus dueños

-Buenos días Lily, veo que aumentaste el nivel de tus pesas, avanzas rápido- me dijo orgulloso

-Es gracias a los concejos detallados del libro solo sigo los concejos, bueno iré a darme un baño, nos vemos al desayuno- dije sonriendo y empecé a entrar

-Claro Li, nos vemos luego- y entre a mi habitación y fui a la ducha por un relajante baño

Me vestí, deje mi cabello húmedo y trataba de convencer a Black de entrar a la jaula y cuando lo logré fui a ver a Harry quien trataba de hacer lo mismo con Hedwig cuando Ron abrió de golpe la puerta y entró enfadado, poniéndose la camisa.

-Cuanto antes subamos al tren, mejor- dijo-. Por lo menos en Hogwarts puedo alejarme de Percy. Ahora me acusa de haber manchado de té su foto de Penelope Clearwater. -Ron hizo una mueca-. Ya saben, su novia. Ha ocultado la cara bajo el marco porque su nariz ha quedado manchada...

-Tengo algo que contarte -comenzó Harry, pero lo interrumpieron Fred y George, que se asomaron a la habitación para felicitar a Ron por haber vuelto a enfadar a Percy.

Bajamos a desayunar y encontramos al señor Weasley, que leía la primera página de El Profeta con el entrecejo fruncido, y a la señora Weasley, que hablaba a Ginny, Sam, Andy y a Hermione de un filtro amoroso que había hecho de joven.

Las tres se reían con risa floja y yo no dejaba de mirar a Sam, se veía muy tierna.

-¿Qué me ibas a contar? -preguntó Ron a Harry cuando se sentaron haciéndome despertar de mi trance.

-Más tarde -murmuró Harry, al mismo tiempo que Percy irrumpía en el comedor seguido de Alex con el cabello húmedo con Orión muy felpudo luego de quitarse el agua en exceso.

Con el ajetreo de la partida, Harry tampoco tuvo tiempo de hablar con Ron.

Todos estábamos muy ocupados bajando los baúles por la estrecha escalera del Caldero Chorreante y apilándolos en la puerta, con Hedwig, Black y Hermes, la lechuza de Percy,
encaramadas en sus jaulas.

Al lado de los baúles había un pequeño cesto de mimbre que bufaba ruidosamente y dos jaulas donde también gruñía Orión y escuché a Haribo en el otro que parecía roncar