Capítulo 3

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El Autobús Noctámbulo y el Encuentro Oficial con Fudge Ministro de Magia

Narra Lily

Después de alejarnos varias calles, nos dejamos caer sobre un muro bajo de la calle Magnolia, jadeando a causa del esfuerzo y me senté encima del baúl.

Nos quedamos sentados, inmóviles, todavía furiosos, escuchaba los latidos acelerados de mi corazón.

Pero después de estar diez minutos solos en la oscura calle, me di cuenta de una nueva emoción que se instaló en mi y en Harry

El pánico.

De cualquier manera que lo mirara, nunca nos habíamos encontrado en peor apuro.

Estábamos abandonados a nuestra suerte y totalmente solos en el sombrío mundo muggle, sin ningún lugar al que ir.

Y lo peor de todo era que acabábamos de utilizar la magia de forma seria, lo que implicaba, con toda seguridad, que seríamos expulsado de Hogwarts.

Habíamos infringido tan gravemente el Decreto para la moderada limitación de la brujería en menores de edad que estaba sorprendido de que los representantes del Ministerio de Magia no se hubieran presentado ya para llevarnos.

Me dio un escalofrío.

Miré a ambos lados de la calle Magnolia.

-/¿Qué nos sucederá ahora Lily?/- me preguntó Harry

-/No lo sé, nos dejamos llevar por nuestros impulsos y sobre todo caímos en el juego de la gorda, estúpida/- dije fastidiada

-/¿Crees que nos detendrían o nos expulsarían del mundo mágico?/- me preguntó con miedo y yo lo mire con una ceja levantada

-/Estas exagerando Harry, no creo que por inflar a Marge nos lleven a Azkaban, eres muy exagerado, y siempre podemos vivir con Hagrid ¿no?/- le sonreí para darle calma y yo lo abracé

Pensé en Ron, Hermione, Alex, Andy y Sam y me coloque algo triste.

Aunque estaba segura de que, delincuentes o no, nuestros amigos querrían ayudarnos sobre todo cuando Harry exagera un montón las cosas, pero lamentablemente tres estaban en el extranjero, y como Hedwig y Black se habían ido, no teníamos forma de comunicarse con ellos aunque estuvieran aquí.

Tampoco teníamos dinero muggle.

Nos quedaba algo de oro mágico en el monedero, en el fondo del baúl, pero el resto de la fortuna que nos habían dejado nuestros padres estaban en una cámara acorazada del banco mágico Gringotts, en Londres.

Nunca podríamos llevar el baúl a rastras hasta Londres.

A menos que...

Al parecer que Harry tuvo la misma idea que yo ya que ambos miramos nuestras varitas mágicas, que todavía teníamos en la mano.

Si ya nos habían supuestamente expulsado (el corazón me latía con dolorosa rapidez), un poco más de magia no empeoraría las cosas.

Teníamos la capa invisible que nos había heredado nuestro padre.

-Oye Lily ¿Qué pasaría si hechizábamos los baúles para hacerlos ligeros como una pluma, lo atábamos a las escobas, y bien apegados nos cubríamos con la capa y nos vamos a Londres volando? Podríamos sacar el resto del dinero de la cámara y... comenzar nuestra vida de marginados.

Sinceramente era una malísima idea

-Harry creo que estas pensando las cosas en extremo, pensemos en algo mejor, no creo que sea necesario hacer tamaño de locura- dije tratando de que entrar en razón

Mellizos Potter, La Verdad Del Prisionero De AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora