“Dilo de nuevo” dijo el padre a su hijo “Lo siento, papá” le respondió el pequeño, “Debes decirlo de nuevo, no te creo en lo absoluto” insistió el hombre “Papá, en serio, no fue mi intención” pero el padre seguía sin creerle, por lo cual, abofeteó al pequeño hasta que un rojo carmesí se apreció en ambas mejillas “¡Maldita sea, no te creo!” y en eso, el pequeño, entre lágrimas y sollozos desgarradores, balbuceó “¡Yo no quería hacerlo, no quería dejar mis juguetes en la escalera, no quería que mi mamá se resbalara, fue un accidente!…. ¡No quería que muriera, en serio lo siento muchísimo papá!” el padre miró fijamente hacia donde estaba tirado el pequeño, y con un sonrisa le indicó “Perfecto, ahora sí creo en ti… así, justamente así debes decírselo a la policía”