Capítulo 5: Tostones Íntimos

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N y yo no tuvimos una relación de pareja, ni fuimos fuck buddies (amigos con derecho).
La dinámica de cómo nos tratábamos sigue siendo un misterio para mi y para las personas que nos conocieron. Él tenía novia, era una relación a distancia y yo estaba ahí sintiéndome culpable, aunque al principio no era así sino después... pero eso se los cuento luego.

No teníamos nada en común, ahora que lo pienso, pero nos reíamos muchísimo con los cuentos que nos echábamos, las pesadas bromas que nos hacíamos... Nosotros en algún punto fuimos amigos, hubo una amistad con mucha tensión sexual.

Habían gestos de él hacía a mi que estremecían mi mundo, como cuando yo hablaba en el bar con algún desconocido, se me acercaba y tomaba mi cintura o posaba sus manos en mis nalgas y yo me incomodaba porque podían vernos. O también cuando estaba un poco encendido con el alcohol me hacía molestar para luego pedirme disculpas, abrazarme y besarme el cuello delante de nuestros compañeros.

Un día, él estaba distraído y concentrado en su trabajo, yo volteé mi mirada hacía él de manera pensativa porque estaba redactando algo y en el aire quería encontrar la respuesta, entonces me quedé detallándolo...

Empecé a etiquetar en mi cabeza cada gesto en su cara cuando piensa, cuando está luchando por ponerse de acuerdo con alguna idea que flota en su cabeza y cuando la desecha solo con fruncir y relajar el ceño. Me gustaban sus brazos, fornidos pero no exagerados, blancos, con las venas asomándose y sus manos... uff.. ahí supe que me gustaban sus manos grandes y varoniles, acompañas de un reloj.

Cuando se da cuenta que lo observo - porque me pesa la mirada, según él - yo me río nerviosa y él solo comenta:

- ¿Qué? ¿Tú siempre eres así de psicópata viendo a la gente? ¿Así de loca?- me dice entre risas.

--- Capitulo 5: JH ----

Querido diario:

JH y yo nos conocimos en la universidad.

En el segundo 1 me cautivó su sonrisa y su carisma, así todo extrovertido, haciendo chistes sobre el momento y saludando a todos los presentes de la mesa del cafetín, incluyéndome, y sin conocerme me da un beso casto en la mejilla acompañado del comentario:

-"No te conozco, mucho gusto mi nombre es JH. Bienvenida a mi mesa"-
- "Ehh... mi nombre es Hecmar, y pues, bienvenido TU a MI mesa"- Le respondo con una sonrisa.
- "Ay, pues disculpa. Ya me cae bien"- Le comenta a mi amiga que tiene a su lado.

Las siguientes noches - porque yo estudié en el turno de la noche en la universidad. El mejor turno, por cierto - nos veíamos a menudo porque ya pertenecíamos a un grupo de encuentro para el café antes de entrar a clases. Una noche él me dice que lo agregue al PIN - época mágica del Blackberry - y que le escriba para guardarme, pues no lo hice sino muchos días después.

Cuando le escribí por fin fue porque ya me había dado cuenta que mientras hablábamos en el cafetín lo desnudaba en mi mente y ese instinto no se iba, tuve que encontrar una solución. Inicié la conversación diciéndole que era yo y que por favor me guardara; hablamos temas rompe hielo como, por ejemplo, el clima. De buenas a primeras, le dije que me parecía muy atractivo y que me daba morbo verlo en el cafetín sin poder hacer nada; obviamente, se sorprendió pero no me importó para nada porque ¿qué podría perder?

Para mi sorpresa me dijo que sentía lo mismo y que había que solucionarlo. ¡Pues claro!

Él dio varias ideas, un poco malas porque pensaba que yo era la clásica chica de la universidad delicadita que le gustaba todo super romántico. Ehh... no. Tuve que decirle "¿No es mejor ir a un hotel, barato, cerca de nuestros trabajos y limpio? Digo, porque esto no es una cita normal". Solo recuerdo que me respondió "¿Es muy pronto para decir que ya te amo? ¿Te parece mañana?". Acepté.

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