Capítulo 10: Cuando te dicen lo que no esperas que vas a escuchar

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A pesar del frío que estaba haciendo a las afueras del bar, mis palabras no dejaban de salir porque estaba botando  todos mis pensamientos y sentimientos que tenía sobre cómo N me había tratado la mañana siguiente de nuestro "error sexual".

Cuando salí de mi trance de vómito verbal, logré verle la expresión en su cara, o bueno, no había ninguna expresión en sí. Yo tenía la botella de cerveza en mi mano derecha, mientras la otra descansaba de tanto que hablé a través de ella; fue como una danza de expresiones y palabras mientras le reclamaba su falta de tacto a todo. Me sentía frustrada.

Hice un silencio, relajé el pecho, la garganta, la lengua y mi cerebro. Me quedé esperando a que me dijera algo... Agaché el rostro, derrotada porque sabía que mi error fue haberle dicho algo y que nada de esto tenía sentido, no tenía sentido que le hubiera expresado mi verdadero yo porque su cara de póker me lo dijo todo y cuando decidí volver a entrar al bar, habló:

- Tú sabes el porqué fue un error y el porqué no debe volver a ocurrir - Esta vez me lo dijo suavizando el rostro.

Yo seguía jugando con la botella de cerveza.

- Yo di mi palabra y no le puedo hacer esto a mi novia. Hecmar, tu eres una mujer increíble... - En ese momento su voz se fue apagando en mi cerebro, su palabras empezaron a mezclarse unas con otras... Esto ya lo había escuchado antes... Como un deja vu.

A medida que me decía su discurso, yo mentalmente lo decía con él...

- Eres una mujer valiente, inteligente...
- Eres una mujer valiente, inteligente...
- Graciosa, que discute por todo, necia...
- Graciosa, que discute por todo, necia...
- Muy linda... no sé cómo me siento contigo...
- Muy linda... no sé cómo me siento contigo...
- Pero esto no puede ser...
- Pero esto no puede ser...

Entré de nuevo en un trance, me sabía cada una de las palabras que me decía, me sabía ese mismo discurso y era porque me lo dijeron dos veces antes. Ahí, en ese momento, sentí que no quería seguir escuchándolo y bloqueé el resto del discurso. Solo hubo silencio en mi cerebro mientras veía cómo se movía su boca, sus brazos y el resto de su cuerpo al hablar... estaba en mute absoluto.

Me di cuenta que terminó cuando me toma de la mano, él estaba esperando a que le dijera algo y yo en blanco, no había escuchado nada de lo que me dijo. Con mi mano agarrada, se puso a mi lado y nos quedamos en silencio unos segundos, tuve la voluntad de verle a la cara como tratándole de decir que ya era suficiente para mi pero en ese preciso momento hubiera querido quedarme sorda para siempre cuando me dijo: "Yo te quiero".

Mi cerebro: ¿Qué?
Yo: ¿Qué?

Hasta el sol de hoy creo que me lo imaginé, no estaba tan ebria.

Obvio, eso no fue lo último que me dijo antes de no vernos más.

-- Capítulo 10: JC (Parte I)--

JC - otro - es un chico risueño, tenía una bonita sonrisa, una piel canela que me encantaba, un cabello suave y negro azabache, unos 20 centímetros más alto que yo y muchos chistes malos.

Él y yo iniciamos una bonita amistad la misma noche en que nos conocimos y recuerdo que después de eso B me dice: "Quería que se conocieran. Van a ser una bonita pareja" y yo con mi incredibilidad potenciada porque B es pésima como cupido; bueno, al menos nunca funcionó conmigo.

Intercambiamos números para poder hablar, al principio eran conversaciones muy amistosas que poco a poco fueron subiendo de tono. Recuerdo que en esa época ya había publicado el reportaje de Caracas, hacia el mundo del BDSM de las maravillas y él lo leyó, por supuesto, le pareció interesante y me comentó que siempre ha querido hacer algo así con alguien pero las mujeres que había conocido no se dejaban o tenían miedo - Qué conveniente ese comentario-.

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