Capítulo 19: Coqueteando con el Diablo

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Querido diario:

Yo diría que existen los fantasmas vestidos de ex pero esta vez comprobé que el Diablo está en cualquier persona para hacer tu propio infierno sin fin, tomando como referencia que dicen que en el infierno vives una agonía sin fin y bueno... N lo fue.

Con mi celular en la mano y viendo la pantalla por unos minutos, mi cerebro repetía "Tu me tienes que estar jodiendo" una y otra vez, pero decidí responder el mensaje porque una es así: curiosa y estúpida. Al principio fue una conversación normal, un saludo y preguntas banales; hasta que N y yo empezamos a calentar la conversación y aunque no me crean no recuerdo qué fue lo que lo detonó.

Lo cierto es que a las 2 horas ya estábamos intercambiando "putifotos" / "putivideos"; lo sé, caí redonda pero es que debo confesarles que siempre le tendré ese "queso" - ganas - a N pero es algo superable... Fue una semana divertida porque fue intensa con tanto material. Recuerdo que una noche me invitaron a cenar unos amigos con sus padres, N tenía horas que no me escribía - todo esto fue por Instragram - y cuando me escribió estaba haciendo la sobre mesa, ese momento en donde estás en una conversación del mundo, me llega una notificación de que recibí una foto.

"¿La abro o no la abro?" Y como moría de la curiosidad, bajé el celular debajo de la mesa y disimuladamente abrí la foto y me entró un calor en el pecho y en mis pómulos hasta que llegó a mi entrepierna. Pedí permiso y me levanté de la mesa, me fui al baño y vi mejor la foto; tenía mucho calor y no sabía por qué si anteriormente las fotos y los videos tenían más contenido pero creo que la adrenalina de estar con otras personas y que él me mandaba ir al baño para cumplir con mi foto o video. Me eché agua en el cuello, volví a ver la foto y luego me bajé la panty y le tomé foto a mi humedad.

Salí del baño simulando que todo estaba bien. A la hora decidí irme a mi habitación y antes de dormir N me dice que va a salir a tomarse algo porque él estaba de vacaciones en otro país y también porque conoció a unas chicas que querían pasarla bien - ustedes se imaginaran cómo -. Eso no me dio celos, de hecho me encendió mucho más, imaginarme que otras lo deseaban tanto como yo y que lo iban a disfrutar provocó que me tocara antes de cerrar mis ojos.

Una notificación me llegó a eso de las 2 am, nuevamente N diciéndome que se va con las chicas y que gracias a mi iba a cogérselas como si me lo estuviera haciendo a mi. Me desperecé, me limpié los ojos y le dije que lo hiciera mejor o más duro, se lo deseaba de verdad porque yo también quería que lo hiciera y que al día siguiente me contara. Se despidió y me quedé dormida.

Tuve sueños húmedos - sí, fueron varios - así que cuando amaneció sentía como el cuerpo tenso. Otra notificación: "Estuvo muy rico". Me gustaba lo que estaba pasando pero no era el mismo sentimiento, estaba ciega por sexo, deseaba estar con él pero solo por coger porque mi cuerpo reaccionaba así pero mi cerebro - y corazón- sabían que estaba mal para mi salud mental y que eso estaba sospechoso.

La semana erótica terminó cuando N no respondió más, recuerdo que me dijo que se devolvía a su país porque sus vacaciones se habían acabado, pensé que tal vez nuestra comunicación iba a ser más amplia o que esporádicamente íbamos a seguir nuestro juego sexual digital pero como N es N en mi mundo eso no pasó. Al mes me enteré que tenía una novia... las redes me lo hicieron saber. Frustrada de nuevo.

Mi humor era una pesadilla, la falta de consumir las ganas me estaban quemando por dentro, siempre estaba tensa pero lo escondía con trabajo, hasta que R vino a mi rescate.

R me escribió para encontrarnos un sábado en la noche muy tarde, cerca de la medianoche. Me pidió que lo ayudara a convencer a unos clientes que tenía para ganar ese negocio, me mandó la dirección de donde estaban y en minutos estuve lista pero, por supuesto, yo iba con otra intención. Salí del taxi y ellos estaban a las afueras del local, eran 4 hombres esperando por mi... La fiesta empezó.

Los 5 fuimos a un local un tanto particular y a eso me refiero a un lugar donde el sexo es fácil si consumes y pagas por ello. Estaba muy escondido y no era una pocilga, incluso al principio me costó entender dónde estaba hasta que R me dice al oído: "Sí es lo que estás pensando pero tu eres privada para mi".

Después de un par de botellas de ron y de tener conversaciones amenas con las chicas del local, R me agarra del brazo y me acerca a él, me toma un mechón del cabello mientras una de sus manos se cuela bajo mi blusa; disfruté su cara de sorpresa cuando se dio cuenta que no llevaba brasier - nunca llevo -, sonríe de medio lado y me susurra "Subamos". ¿Subamos a dónde?

- Esto es un hotel - Me dice. - ¿No te diste cuenta?
- ¿Qué? No - me río, ¿Cómo no me di cuenta?
- Espérame aquí - Y sale por una puerta mientras retomo la conversación que tenía con "Katerin".

Siento una mano fria por mi cuello, alzo mi rostro y R me hace una seña para que lo acompañe. Al salir toma mi mano y me hala por unas escaleras; cuando empezamos a subir me toma del cuello, me pone contra la pared y me besa muy apasionadamente... ¡Ay! el ron... siempre amigo.

Por cada descanso un beso y una metida de mano. Llegamos al pasillo donde se encontraba nuestra habitación pero R no se despegaba de mi y me desnudó en el pasillo, o al menos de la cintura para arriba mientras metía sus manos en mi entrepierna; yo no me aguantaba, me dejé llevar y miré hacia la cámara que estaba en el pasillo.

- Entremos- Le dije.
- ¿Qué? No te escuché - Mordiendo mi cuello.
- La cámara - Señalo el techo.
- Que nos vean.
- No, entremos. Aquí no - Le digo sin aliento cuando muerde uno de mis pechos.

Me da la llave de la habitación y cuando avanzo para abrir, me toma las manos y me las une por detrás. Con su mano libre abre la puerta y me mete mientras besa después de girarme hacía él. Me lanza a la cama y me termina de desnudar, deja la puerta la puerta y le hago señas de que cierre. Insiste en dejarla así.

- Cie-rra la puer- ta - Le digo mientras agarro su paquete.

La tira a distancia.

Tener sexo con mucho alcohol en el cuerpo es muy bueno porque es con alevosía, sin tabúes y sin pensar mucho pero eso ya lo saben...

Pude descargar toda esa tensión, cerré los ojos en varias ocasiones porque me imaginé a N, pues mis ganas venían desde esa semana intensa. Como media hora después me sentía levitando pero aún tenía ganas, R no tanto... el alcohol te enciende pero también te apaga. Nos pusimos a conversar y en un silencio R me dice:

- Creo que me estoy enamorando.
- No. - Me salió como un vomito verbal - No me digas esa estupidez, no me hace falta escucharlo de alguien que no lo siente.
- No sabes si es real o no.
- Créeme, lo sé - Y antes de que me diga algo más, me levanté y fui al baño.

Cuando salgo me dispuse a vestirme pero R me tomó y me besó... volvimos a la acción.

Llegué a mi casa al amanecer, me desvestí y me quedé dormida desnuda.

Abrí mis ojos mientras la luz del día me pegaba en la cara, me quedé viendo a la ventana mientras estaba boca abajo destrozando la mitad de mi rostro...

Miro bajo las sábanas y me vi algunos moretones en mi pecho, estaba satisfecha...

Sí, he hecho cosas peores que esto.

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