In My Veins (Finalizada)

Nuestro momento.

- ¡Maldito!.- Rina lanzaba cosas mientras gritaba.- ¡Lo odio! ¡LO ODIO!

- Si vas a destruir cosas mejor que sean de tu propiedad.- Elai la observaba.

- ¿Por qué siempre es el? ¿Por qué?.- Tiro de su pelo.

- ¿Ganas algo haciendo estas rabietas?

- Estás muy calmado ¿No te preocupa que estén juntos ahora?

- Me preocupa...

- ¿Y porque estas tan tranquilo?.- Rina le grito.

- Porque no soy un desquiciado como tu...

- ¡Idiota!.- Propinó una cachetada a Elai.

- Rina...- Elai suspiró.- No presiones mis límites...

- ¿No dijiste que querías a Zhan para ti? ¿Por qué estas ahí quieto?

- Y tu...¿No dijiste que odiabas a Zhan porque yo solo quería estar con él? ¿No estas feliz de que finalmente he perdido?

- ¡Lo estoy!.- Le grito.- Pero también estoy furiosa...¿Por qué siempre debe quedarse con lo que es mio?

- Quizás porque siempre ha sido superior a ti...- Elai dibujo media sonrisa.

- ¡Eres un imbecil!.- Trato de atacarlo pero Elai la tomo y la lanzó al sofá atrapando su cuerpo.

- Mi hermosa Rina...- Jadeo sobre sus labios.- Ya te dije que no presiones mis límites...

- Ayúdame...aleja a Zhan de Yibo...

- ¿Yo?.- Elai sonrió.- ¿Me lo estas entregando?

- Solo quiero verlo sufrir...- Rina acercó sus labios a los de Elai.- Puedes quedarte con el, de todas formas...- Lamio los labios de Elai.- El nunca te amara...asi que no me importa...solo quiero ver el sufrimiento en sus ojos al ver como su amor esta a mi lado.

- Eres perversa...- Elai sonrió.

- Y eso te gusta...- Rina sonrió.

Ambos cellaron aquel pacto con un beso feroz mientras desgarraban sus ropas de manera agresiva, allí mismo en la estancia Elai y Rina se entregaron de manera desinhibida y salvaje.

Mientras que en la mansión Canaveris se suscitaba un situación en la cual la lujuria era la protagonista, en otro lugar, en una habitación oscura y silenciosa se presentaba otro tipo de situación. Sentados sobre la cama frente a frente se veian a los ojos, no podían dejar de sonreirse trataban de asimilar que aquello no era un sueño, que no era un anhelo el cual los hacía alucinar como había sucedido tiempo atrás, podían palpar la piel, absorber el aroma, escuchar la voz del otro, ya no eran imágenes borrosas e incompletas, era real, tan real como la sensación de la lluvia bañando un cuerpo acalorado, era una sensación de alivio, una sensación placentera.

- Zhan...

- ¿Si?

- ¿Por qué estas temblando?.- Tomó las manos de Zhan.

- Es que...- Zhan sonrió avergonzado.- Pensé que no habría problema alguno, pero ahora que estamos aquí a solas...- Se mordió el labio.- Se siente como si se tratara de la primera vez.

- ¿Te puedo confesar algo?

- ¿Que?

- A pesar de que ya han pasado siglos desde aquella vez...- Depositó un beso en la mano de Zhan.- Aún lo recuerdo todo a la perfección, grabe ese momento en mi mente y lo guarde conmigo...