Parte 6/1

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Sinceramente, yo no quería que este día acabara nunca. Después de que Ten y yo nos estuviéramos ensuciando en la hierba durante una hora o más—Yo me quede dormida—, lo llevé de la mano hacia el puesto de comida más cercano que encontramos. Él compró un algodón de azúcar gigante y yo solo una soda de naranja. Cuando acabamos, le sugerí que podríamos ir hacía el trampolín, pero él se negó y comenzó a dar bostezos rápidamente. No eran ni las ocho de la noche cuando ya estábamos debajo de la rueda de la fortuna esperando a Lucas y a Yuqi. El camino de regreso a casa fue más lento de lo esperado. Ninguno de los cuatro decía nada, solo escuchábamos con atención la radio. Lucas dejó a Yuqi en su casa y después los tres nos dirigimos hacía el hogar de Ten. Al llegar me di cuenta de que la señora KLee aún no estaba ahí.

Nos bajamos sin prisa del automóvil. Ten y yo apoyamos nuestras espaldas contra las puertas del auto, el cruzando sus brazos por delante de su pecho y yo cerrando con fuerza mis ojos. Lucas, en frente de nosotros dos, fue el primero en hablar.

— ¿Y qué tal? ¿Se divirtieron? —Pregunto él mientras bostezaba y sacudía la tierra de sus ligeros Vans blancos. Yo solo asentí con la cabeza. Ten habló.

—No realmente. Podría habérmela pasado mejor acostado en mi cama todo el día —Dijo él y Lucas bufó. Abrí mis ojos para mirarlos mejor.

—Hermano, no seas amargado —Lucas sonrió y le dio una palmada amistosa en el hombro Ten.

—Ya lo sé Ten, ¿por qué no simplemente admites que te divertiste tanto como nosotros? —Añadí. Ten giro su cabeza en dirección a la mía y abrió bien sus ojos. «Sus hermosos ojos que no pueden verme» Recordé.

— ¿Cómo ustedes? —Pregunto divertido y después lanzó una carcajada. Lucas lo miró y sacudió su cabeza— Los únicos divertidos ahí fueron este—señalo a Lucas—, y Yuqi, en cambio tú anduviste gritando como gallina por todos lados. ¿O tengo que recordarlo?

—Vale, tu ganas —Le respondí, vencida. Él sonrió burlescamente mientras dirigía su vista hacía otro lado y se alejaba del coche, caminando hacia su casa. Lucas lo acompañó, por miedo a que Ten se tropezara, pero este se negó diciendo que conocía perfectamente el camino para llegar hasta su cuarto. Se despidió de él y cerró la puerta detrás de sí.

— ¡Hey Lucas! —Le grité desde la banqueta. Él hizo un gesto con su cabeza como de "¿qué sucede?". Le respondí— ¡Tengo que irme! ¡Ya es tarde! —Me dirigí hacía mi coche y me subí en él. Bajé la ventana del copiloto— ¡Nos vemos el lunes! Creo. ¡Adiós! -Encendí el carro y la calefacción después de haberle subido a las ventanas. Hacía un poco de frío, pero ya que no llevaba una ropa muy abrigadora, querría evitar a toda costa una gripe o alguna enfermedad en la garganta. Conduje hasta mi casa.

Al llegar, ninguna luz estaba encendida. Me pareció tan raro, ya que mis padres deberían de haber estado en la casa desde hace un par de horas. Aparqué en la cochera, me bajé del coche y después abrí silenciosamente la puerta de la entrada. Nada. Todo estaba oscuro y bañado en silencio. Camine escaleras arriba, hacía el cuarto de mis padres. No pensé en tocar, ya que probablemente no estarían. Pero abrí la puerta y vi un bulto tendido en la cama. Me asusté tanto que lancé un gritito y encendí las luces rápidamente. Mamá se levantó prácticamente volando y después me miró, confundida. Yo le devolví la misma mirada.

— ¿Mamá? ¿Qué hacías dormida a las nueve de la noche? —Pregunté levantando mis cejas hacía ella. Ella pasó las manos por su cabello despeinado y me volvió a mirar.

— ¿Enserio son las nueve de la noche? Podría haber jurado que era más tarde —Su cabeza giro hacía el reloj a un lado de su cama— Qué extraño.

—¿Y papá? —Le pregunte, cambiando de tema. Ella frunció el ceño.

—Es algo complicado —la mire confundida— Técnicamente no podía decirte nada hasta mañana en la mañana, pero ya que ando demasiado cansada como para contestar las preguntas que de seguro me harás, te lo diré; —Guardó silencio un momento y después me miró, incomoda. Suspiro— Sook, ¿a quién crees que iremos a visitar el día de mañana? —Pregunto sin ánimos. Levanté y bajé mis hombros—.Oh, pues bueno. No vayas a enfadarte, ¿de acuerdo? —Asentí—Iremos a visitar a la abuela. ¡Sorpresa! -Enserio, ¿esto me está pasando a mí?

Y pensé que las cosas no podrían ir peor.

— ¿Esto es enserio? —Le dije muy enojada a Yiren mientras hablábamos por teléfono— ¡Ahora que Ten me trata bien, tenemos que ir a visitar a la abuela! ¡Esto tiene que ser una broma!

—Oh, vamos Sook. Tu abuela no es tan mala —Ella dijo, un poco nerviosa. Cuando algo me ponía furiosa, era mejor estar de mi lado— Piensa en esto como algo positivo. Imagina todas las cosas que ella te dará.

— ¿Estás loca verdad? No, olvídalo. Yo estoy loca. ¡Estoy demente por pensar que me apoyarías! —Le dije, ahora más furiosa—. ¡Esto es serio Yiren! ¡Mi papá ha tenido que huir de la casa para no tener que ir con nosotras! Dime, ¿Tu papá ha hecho eso alguna vez? —Esperé a que ella dijera algo. No habló— ¡Lo ves! ¡Me voy directo al infierno!

—Relájate un poco. Solo porque tu abuela sea tan... tan extraña, no significa que no sienta afecto por ti.

—En eso tienes razón —Le dije impaciente. No llegábamos a nada—Pero de ahí en fuera, ella odia a todo mundo. Incluso a mi mamá.

—Ella no odia...

—¡Sook! ¡Es hora de irnos! —Gritó mi madre desde el piso inferior, interrumpiendo a Yiren. Me despedí de ella y bajé a regañadientes. Mamá caminaba en círculos alrededor de la sala con su vestido rojo, notablemente nerviosa. Me dio un vistazo rápido y sonrió un poco. —Te ves encantadora. Tu abuela estará muy orgullosa al verte.

Blind Heart [Ten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora