Capitulo 17

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Los rayos del sol me hicieron removerme incómoda en mi cama. Había mucho ruido, como de pájaros cantando y mucha luz. Me levanté furiosa para cerrar la ventana, pero... Yo no estaba en mi habitación. Miré el bosque con atención y vi que estaba acostada en una manta con Marcus a mi lado. Ambos estábamos  completamente desnudos.

Entonces recordé toda la noche de ayer. Estuve con Marcus en el lago y nos empezamos a besar y luego... Bueno, ya saben.

A mi lado él dormía plácidamente. Incluso estaba roncando. Sonreí al ver su rostro pacífico. Pude notar que tenía unas pestañas increíblemente largas.

Intente despertarlo moviéndolo bruscamente, pero no reaccionaba para nada, por eso decidí caminar hacia el río y lanzarle un poco de agua. Él despertó asustado.

- ¡Madeleine! ¿Por qué hiciste eso? - me reclamó como niño pequeño.

Tomé la manta con la que se arropaba y la enrolle al rededor de mi cuerpo.

- Te ves muy tierno dormido - respondí entre pequeñas risillas.

- Gracias, acosadora - rió levantándose del piso. Incómoda miré su miembro, ya que él también seguía desnudo - Está bien, fiera. Ya ayer lo viste.

Mis mejillas se sonrojaron - No seas tonto.

Él sonrió y ambos nos dirigimos hacia el auto. Mi estómago rugía de hambre por lo que quería salir de allí lo antes posible y comerme una hamburguesa de doble carne.

- En mi capó tengo ropa. Es mía, pero puedes usar alguna franela de vestido. Ya guardé tu ropa mojada.

- Bien - le sonreí tímidamente sin mirarlo.

Al llegar al auto me puse una franela de él que llegaba un poco más arriba de mis rodillas. Él simplemente se vistió con unos vaqueros. En el camino estuvimos cantando y riendo mucho. Se sentía muy bien pasar tiempo con Marcus.

Me había acostado con él sin ni siquiera ser su novia, pero lo extraño es que no me arrepentía. Es decir, ni con Jeremy hice eso, a pesar de que fuimos novios por años. Si llegamos a tocarnos y a tener situaciones similares a esta, pero nunca llegamos a tener sexo. Siempre quise que mi primer vez fuera especial, con una persona a quien amara y que me amara a mí también, pero el hecho de que haya sido con Marcus no me hace sentir mal, de hecho todo lo contrario.

Antes de llegar a casa Marcus y yo pasamos por McDonald's, a petición mía.

- ¿Por qué comes tan rápido? - me reí al ver que con un mordisco ya había desaparecido media hamburguesa.

- Para llenarme - habló con la boca llena. Miré con asco la comida que se asomaba en su boca y él, a propósito me sacó la lengua mostrando todo. 

- ¡Marcus! - exclamé mientras le lanzaba una papita llena de kétchup.

Marcus me miró indignado con su mejilla llena de salsa de tomate y luego decidió iniciar una guerra de comida, lanzándome a la cara un pedazo de pan. Y así es como ambos terminamos con nuestros cabellos pegajosos y la ropa llena de comida. Fue divertido, no puedo negarlo. 

Al llegar a casa quise bajar del auto sin dirigirle una palabra a Marcus para poder limpiar todo el desastre de comida que había en mi cuerpo, pero, antes de poder salir, Marcus me tomó del brazo.

- Fresita, tienes que tomarte esto - me tendió una pequeña pastilla. Lo miré, comprendiendo la situación.

Nosotros no habíamos usado protección.

Tomé la pastilla y volví a intentar salir del auto, ya que me había sonrojado muy notablemente.

- Espera - habló Marcus antes de poder salir del auto -. Fresita, ¿Sucede algo? ¿Estás bien? - se veía preocupado. Asentí en silencio, tratando de no mirarlo por mucho tiempo -. ¿Hice algo? ¿Te he lastimado?

MI CHOFER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora