Capítulo 3

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Harry sintió que tocaba el suelo lleno de piedras del camino, pero sin hacerse daño, a diferencia de la otra persona, a la que había oído hacer un ruido de dolor al caer.

- ¿Cómo te atreves a chocar conmigo? ¿No sabes quien soy? - oyó que le preguntaba, con algo de superioridad, la otra persona, con una voz femenina.

Harry levantó la cabeza para ver con quien había chocado. Y reconoció a la adolescente que estaba tirada en el suelo. Era una Slytherin de su año.

Tenía el pelo castaño claro tirando a rubio en la raíz del pelo, y luego el pelo se iba aclarando hasta llegar a un rubio oscuro en las puntas, que le quedaban en la mitad de la espalda. Era un pelo liso en general, pero tenía algún rizo cerca de las puntas. Su cara era ovalada, con una nariz un poco aguda de forma, pero de pequeño tamaño. También tenía una boca pequeña, con unos finos labios alrededor de la boca, y unos ojos pequeños de color marrón muy claro, tanto, que parecían más bien ámbar si no se miraban bien. Su cara en general tenía rasgos aristocráticos, y su piel era extremadamente pálida, como si no soliera tomar el sol.

Era Daphne Greengrass, la Reina de Hielo de Slytherin. Y lo que era más importante, desde su cumpleaños, fuera cuando fuera, era la Heredera de la Noble y Antigua Casa de los Greengrass. A Harry le pareció que podría ostentar también el título de la chica más hermosa del curso, pues su belleza era incuestionable.

Pero Harry decidió divertirse un poco. Después de todo ¿De qué servía ser Heredero de tres Casas importantes, si no podía reírse un poco?

- Por supuesto que sé quien eres, Greengrass - respondió cortante, mientras hacía aparecer los anillos. Aunque el tono cortante sólo era para aparentar, pues por dentro se estaba riendo de lo lindo.

- ¿Y aún así te atreves a responderme así? ¿Quién te crees que eres? - preguntó la joven, sin mirarlo siquiera, haciendo aparecer en su mano, en la que llevaba el anillo de Heredera, su varita.

Harry se preguntó para que. No podían hacer magia fuera de Hogwarts si no era en una situación de peligro. Aún así, decidió responder antes de que la Slytherin decidiera atacar.

- No me lo creo. Soy Harry James Potter, Heredero de la Noble y Ancestral Casa de los Fleamont, Heredero de la Noble y Antigua Casa de los Potter y Heredero de la Noble y Antigua Casa de los Black - conforme iba diciendo sus títulos, la piel de la chica fue perdiendo el poco color que tenía. A Harry le habría parecido divertido, si no se hubiera preocupado porque su piel apenas era un poco menos blanca que la del mármol blanco.

- Discúlpeme, no me había dado cuenta - rogó ella, haciendo una inclinación de cuerpo completo, como el protocolo dictaba.

- Tranquila Heredera Greengrass - la chica levantó la cabeza mirada asombrada de que un Heredero de un estatus superior la hubiera tratado como a una igual - si no tiene problema, podemos utilizar nuestros nombres de pila o apellidos. Y podemos tutearnos.

Harry sabía que era muy poco usual que un Heredero de estatus superior ofreciera esta confianza a alguien con quien apenas había tenido trato. Pero Harry sintió que lo que estaba haciendo estaba bien, ya que sólo ella y otro compañero suyo no se habían metido con él en ninguna de las ocasiones en las que Harry sufrió algún maltrato por parte de los Slytherin.

- Está bien, Potter - dijo, e intentó levantarse, pero lo único que consiguió fue una mueca de dolor en su cara y emitir un pequeño gemido de dolor.

- Déjame que te ayude - pidió Harry mientras se acercaba.

- No hace falta - dijo gélidamente la chica, mientras trataba de alejarse. "Ahí está la Reina del Hielo" pensó Harry. Pero no iba a darse por vencido.

La Noble y Antigua Casa de los Potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora