Capítulo 4

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El resto del mes transcurrió con normalidad. Todos los días ayudaban con las tareas del hogar por la mañana y luego a la tarde iban a un monte cercano a jugar a quidditch. Harry realmente había disfrutado esos días.

Uno de esos días, a Harry se le había ocurrido una broma genial para la broma de principio de curso. Era parte invención suya y parte basada en el libro del grupo de su padre. Se la comentó a los gemelos y les encantó. Rápidamente comenzaron preparar los elementos que necesitarían, así como las pociones.

El día anterior a volver a Hogwarts, no sabía ni Merlín como, el señor Weasley y Percy fueron a su casa para comer, algo que no habían hecho ningún día pues habían estado muy ocupados. Percy estaba comentando todo el trabajo acumulado que tenía su departamento porque el señor Crouch estaba enfermo, cuando Hermione decidió hablar.

- Pues se lo tiene merecido. Probablemente sea que tiene mala conciencia por haber despedido así a Winky - dijo, ganándose una mirada de furia de parte del joven trabajador del Ministerio. A Harry le costó aguantarse la risa, pues sabía exactamente cual era la causa del mal de Crouch. Era el hechizo que él mismo le había mandado silenciosamente por despedir a Winky. Pensándolo bien, Hermione tenía razón: la causa era el despido de Winky.

El resto de la comida pasó tranquilamente, excepto por las miradas de rabia que se mandaban mutuamente Hermione y Percy. Tras la comida, los dos empleados del Ministerio regresaron al trabajo, y los demás fueron a jugar a quidditch. A Harry no le apetecía, por lo que se excusó diciendo que tenía que organizar su baúl. En verdad no era una mentira, pues debía ordenar el baúl que Sirius le había regalado, ya que todavía no lo había hecho.

Pero también estaba el hecho de que quería leer la carta que su padrino le había mandado y le había llegado esa misma mañana. Pero como justo cunado llegó la carta la señora Weasley le había pedido que ayudara a lavar los platos, no había podido leerla todavía. Cuando todos excepto él y la señora Weasley se habían ido, Harry subió a su cuarto y sacó la carta.

Hola Cachorro,
Tu hermoso padrino te escribe para que sepas que sigo libre. Me he enterado de lo sucedido en la final de los Mundiales de Quidditch ¿Estás bien?

Por otro lado, a pesar de que he intentado averiguar quién era tu tutor mágico, el encanto Black no funciona tan bien siendo un fugitivo de la justicia. Empiezo a preguntarme si solo será eso o Azkaban me habrá quitado el "toque"...

Pero bueno, tu tranquilo, que en cuanto lo descubra, sea quien sea va a recibir la visita de tu tío Sirius, y no va a estar muy contento.

Respecto al hecho de que no supieras de tu estatus, me parece preocupante. Claramente es un movimiento político no muy bien planeado para tratar de anularte. Pero estaba claro que cuando tuvieras la edad suficiente lo descubrirías.

No tengo mucho más que contarte, salvo que sigo tratando de pasar desapercibido. Disfruta del curso y suerte en los estudios. Y por favor, hazle alguna broma a Quejicus que llene de orgullo a tu tío Sirius y a tu tío Remus.

Tu bello y genial padrino,
Sirius Black

Harry terminó de leer la carta riéndose. Su padrino siempre le hacía reírse, y esta carta no era la excepción.

Tras leerla, tomó un pergamino, una pluma, y tras meterla en la tinta, comenzó a escribir una respuesta.

Hola Sirius,
Yo estoy bien, aunque en los Mundiales sufrí alguna maldición, pero no te preocupes. He pasado un buen verano desde que llegué a la Madriguera.

Mañana empiezo el curso, y dentro de una semana tendré mi primera reunión en el Wizengamont. Espero que todo vaya bien.

Sigue huyendo, veré que puedo hacer para conseguir tu libertad. Ojalá no tarde mucho en tener una idea que te ayude y poder hacerla.

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