Capítulo 1

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Abrí mis ojos y mire el techo por un par de minutos hasta que el despertador me interrumpió. Lo mire eran las 6:30 am.
-¡Mierda! - Era mi primer día de clases en la universidad de los Angeles, no podía llegar tarde.
Me levante y me puse una camisa de rayas azul marino y blanco, junto con unos jeans flojos de tiro alto y convercs blancos. Aunque por los sucios que estaban parecían ser amarillos con gris en vez de blancos. Mi pelo es tan corto que no necesitaba tardarme mucho tiempo en peinarlo, con desenredarlo estaba bien.
Cuando salí de mi apartamento sentí una brisa fría de aire. No tenía idea de que afuera estuviera haciendo tanto frío, pero no tenía tiempo para volver y tomar una chaqueta. Seguí caminando con mis brazos cruzados para sentir un poco de mas calor en el pecho. Después de pasar 4 calles más,porfin llegué a la escuela. Era un edificio blanco rodeado de pasto y flores. Lo primero que podías ver entrando era un enorme pasillo lleno de casilleros y chicos balbuseando recargados en ellos. Me sentía tan insegura que alusinaba pensando que todos me veían y criticaban mi ropa y cabello, pero era de lo último que hablarían. Seguí caminando mirando mi teléfono para ver cual era mi aula. Hasta que choque con una chica alta pelirroja de labios carnosos.
- Lo siento. - la mire para disculparme y regrese la mirada a mi teléfono.
- No lo sientes. - dijo ella tomándolo.
- ¿Puedes regresarme mi teléfono? - la mire algo molesta mientras ella leía la hoja donde decían mis datos y aulas de las clases.
- ¿Eres la chica de intercambio? - preguntó regresando mi teléfono.
- Así es. - asentí guardando lo en mi bolso del pantalón.
- ¿Eres de México? - preguntó
- Así es. - repetí
- De acuerdo, sólo diré una cosa y te dejaré ir. No te metas conmigo maldita mexicana. - Paso por un lado de mi y se fue.
No tenía miedo de que esa chica popular hiciera de mi vida universitaria una historia de terror. Seguí caminando y llegué al aula. La mayoría de los lugares estaban vacíos, tal vez llegue demasiado temprano. Pero viendo el lado bueno, podía sentarme en el lugar que yo eligiera. Elegí el último de la fila hasta atrás.
- ¿Hola? - llegó un chico de cabello negro rizado sentándose junto a mí.
- Mi nombre es Ophelia. - estire el brazo para presentarme.
- ¡Oh sí! ¿Chica de intercambio? - tomó mi mano- Soy Hans.
- Creo que todos me conocerán más por ser la "chica de intercambio" que por mi nombre. - dije mirando la ventana de mi lado derecho.
- Tal vez. - miró a los lados.
Después de unos minutos los asientos comenzaron a llenarse. Había chicas que parecían ser populares aunque no tanto como la chica con la que me tope en el pasillo. También había chicos que parecían serlo, con chaquetas de él equipo de fútbol americano de la escuela. Y bueno estaba yo en una esquina sentada junto a un chico que parecía ser lo bastante raro y al mismo tiempo divertido que yo.
- Supongo que estaremos juntos en todas las clases, ya que estudiamos lo mismo. - dijo después de un rato.
- Sí, eso creo. - sonreí
Una chica se sentó dos butacas más adelante de Hans y me sonrió. Tenía el cabello corto y rizado, cuando caminaba rebotaba su cabello al paso que daba. Tenía un aspecto agradable. Por otra parte también había un chico algo lindo físicamente... pero era el primer día, al mes todas las expectativas que tenía de ellos cambiarían, oh tal vez no.
- Bueno chicos tomen asiento y guarden silencio. Quiero informar que tenemos una nueva compañera en el aula como muchos ya han de saber... - Entre más hablaba el profesor más grande se sentía el agujero lleno de nervios en mi estómago. - Ophelia West ¿puedes presentarte?
Mierda, mierda, mierda. Era lo único en lo que pensaba. Me puse de pie
- Mi nombre es Ophelia West, vivo, bueno... Vivía en México en el estado de Jalisco... Y ammm, espero aprender mucho de los Angeles.- Sentía un nudo en la garganta de nervios y de vergüenza al mismo tiempo.
- Mucho gusto Ophelia bienvenida a los Angeles, seré tu profesor mi nombre es Will. Toma asiento.
Tomé asiento, pero en realidad moría de ganas de pedir permiso para ir al baño, encerrarme en uno y torturarme por unos minutos en lo estúpida que me vi presentándome ¿que era esto? ¿Un jardín de niños o tercero de primaria?
Después de un rato de culparme por ser estúpida, me tranquilice y comencé a poner atención. Pero las horas pasaron y pasaron, y cuando menos lo espere la alarma sonó para salir a tomar un almuerzo de una hora y media.
- ¿Te llevó a la cafetería? - preguntó Hans en cuánto me levante.
- Claro. - no quería hacerlo sentir obligado de que tuviera que guiarme a donde quiera que fuera, pero estando sola me perdería.
- Te presentaré a mis amigos ¿de acuerdo? - salimos del salón y miro a la chica de rizos cafés y al chico que me pareció "lindo" - Chicos aceptó que le mostrará la cafetería.- Ellos caminaron hacia nosotros.
- Ella es Hanna- apuntó a la chica de rizos cafés. - El es Salomón - apuntó al chico lindo.
- ¿Salmón? - pregunté intentando no reír, pero fue imposible y comence a carcajear.
- Es Salomón. - dijo serio. Por lo cual me preocupe, ya que solo intente bromear un poco.
- Lo siento fue solo un chiste. - me disculpe algo asustada.
- Deja de hacer eso- Hanna golpeó su hombro
- Es un chiste, pasa todo el tiempo. Si gustas llamame Salmón. - sonrió
- Esta bien. - me encogi de hombros y seguimos caminando.
- Antes debemos aclarar que la cafetería de aquí no es como la de las otras escuelas, esta en realidad tiene comida rica y exquisita. - dijo Hanna
- El único problema es el precio. - dijo Hans.
Sentía que eran más agradables de lo que pensé.

Llegamos a la cafetería.
- Hans y yo estaremos apartando nuestra mesa en lo que tu y Hanna van y compran su desayuno. - dijo Salmón
- De acuerdo Salmón. - Conteste
Hanna parecía nerviosa pero al mismo tiempo tranquila.
- ¿Que me recomiendas probar? - dije mientras nos acercábamos
- Ensalada con pollo o pastel de carne.
- ¿Venden pastel de Carne? - pregunte asombrada.
- Así es, pero no lo pidas con puré de papa. - rio. - lo digo enserio, hace que tan exquisito platillo se arruine.
- De acuerdo gracias Hanna. - sonreí mirándola.
Pedí el pastel de carne que Hanna me recomendó y ella igual lo pidió. Después caminamos y no sentamos en la mesa con los otros. Se supone que Hans y Salomón esperarían a que llegaramos para ir y ordenar, pero tenían un par de galletas oreo y un bote de mermelada de fresa.
- ¿De nuevo? - preguntó Hanna poniendo los ojos en blanco.
- Hanna calla, es la mejor combinación que hemos creado. - dijo Hans apuntando la con una galleta.
- ¿Hacen combinaciónes de comida? - dije observando cómo sumergían la galleta en el tarro.
- Todo el tiempo. - contestó Hanna.
- Un día comimos pizza con chocolate. - dijo Salomón mordiendo la galleta.
- Si gustas puedes tomar una galleta. - dijo Hans.
- No apetezco.- reí y comencé a cortar el pastel de carne en cuadros.
- ¿Que harás esta tarde? - dijo Salomón.
- Me quedaré en mi departamento. - Conteste.
- Mmm no, no lo harás. - contestó Hans
- Lo siento no entiendo. - dije mirando a los tres al mismo tiempo.
- En las tardes venimos a lanzarles papas fritas a los jugadores de fútbol. - dijo Hans - ¿Vienes?
- No solo hacemos eso, también vamos a la cochera de mi casa y tocamos la batería o la guitarra. - Hanna
- Bueno, creo que puedo ir. - Conteste
- Boom - chocaron sus manos los tres.

Ella es Ophelia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora