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Habían pasado 2 días desde que la pandilla de Mystic Falls había encontrado la cura y Jeremy había muerto. A Delilah podía importarle menos que Elena apagara su humanidad, Rebekah le había enviado un mensaje para que la encontrara en su casa, así que aquí estaba ella.
—¿Rebekah?— habla la chica, entrando a la casa del vampiro — Estaba pasando tiempo con mi mamá para estar completamente de luto ya que tú loco hermano se llevó el cuerpo de Kol antes de que pueda darle un funeral— la chica seguía buscando por la casa— Se que era tu hermano pero ahorita no tengo tiempo.
La chica se detiene en la sala donde encontró a Rebekah sentada en el sofá, Delilah se paró frente a ella cruzándose de brazos.
—¿Que pasó?— pregunta frustrada y ella no contestó— Enserio Rebekah, tengo que volver a casa y poder practicar magia para controlarla de nuevo.
La vampiro original se levantó de su lugar en el sillón y camino hacia un armario que tenía en la sala sacando lo que parecía un grimario y una tarjeta.
—Kol iba a darte esto— hablo por primera vez Rebekah— dijo que el grimorio lo robo del aquelarre Géminis, y también había descubierto tu otra línea de sangre de bruja.
La chica Forbes no sabía qué decir, su novio seguía investigado a más no poder sobre su familia.
—Está carta se la dio la bruja que investigaba tu linaje— dijo la original entregándole el grimorio y la carta, la chica lo toma para examinarlo— Te lo iba a dar cuando detuviera al inmortal Silas que aparentemente tenía razón de que existía— una lágrima corrió por la mejilla de Rebekah.
Delilah examinó la carta antes de abrirla y empezar a leerla, sorprendiéndose de lo que decía, sumando dos más dos las razón del su último viaje.
—Mi familia reside en Nueva Orleans— murmura sin dejar de ver la carta— Ahora tiene más sentido porque quiso con tanta desesperación ir ahí.
Lágrimas comienzan a deslizarse por las mejillas de la chica viendo los regalos que Kol iba a darle. Esto le dolía aún más, él quería que fuera feliz y la ilusión de que al menos una familia biológica la quisiera como ella tanto quería.
—Tengo que ir— soltó de repente antes de empezar a caminar hacia la salida, pero Rebekah aparece justo delante de ella— ¿Que?
—Cuando regreses ojalá volvamos a ser amigas— soltó bajando la mirada— Siento lo que te hice el otro día, solamente quería ser humana y no fue una de mis mejores momentos contigo.
—Tranquila Bekah— dijo tomando su mano apretándola suavemente— No estoy enojada contigo, eres de los pocos amigos que me quedan en estos momentos y se que tú no me traicionarías de esa manera.
—No, no lo haría— dijo la original antes de abrazar a Delilah de forma aliviada por recuperar a su amiga.
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