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Kol había llamado a Lilah esa mañana, obviamente ella le colgó cuando contestó la primera vez y siguió ignorando las siguientes.
Ya tenía hambre y decidió ir a comer al Grill donde posiblemente se encontraría a alguno de sus amigos o algo así. Pero oh sorpresa cuando llegó, se encontraba en la barra nada más y nada menos que Kol y Klaus Mikaelson. Así que se sentó en una mesa tan alejado de ellos.
Kol sonrió y sus ojos traviesos se iluminaron al verla, alzando una copa hacia ella quien rodó los ojos caminando hacia Alaric.
—¿Que fue lo que hiciste para causar ese enojo en la brujita Forbes?— Klaus le preguntó a Kol quien no dejaba de ver a Delilah— Aparte de tratar de matar al chico Donovan por supuesto.
—La mordí— dijo con una sonrisa falsa que Klaus no notó, antes de tomar de su bebida.
Por otro lado Delilah se acercaba a Alaric que hablaba con alguien.
—Si, no, todavía están aquí. Han, estado bebiendo hasta la mitad del suministro de licor del Grill— Aliric le informó a Damon por teléfono que se aseguró que Klaus y Kol estuvieran distraídos.
—Bien. Será más fácil si están desperdiciados— dijo Damon por teléfono.
—¿Así que cuál es el plan?— preguntó él profesor de historia.
—Divide y vencerás, primero necesitaremos una pequeña distracción rubia.
—Está bien, ¿Delilah? ¿Por eso está aquí?— dijo viendo cómo ella se acercaba a ellos.
—Maldita sea—Dijo Damon poniendo los ojos en blanco— solo asegúrate que este a salvo.
Caroline había regañado a Damon por involucrar demasiado a Delilah en sus planes maniáticos, así que en este ella estaba completamente fuera.
—Hola Ric— dijo Delilah sentándose en la mesa con el— Tengo demasiada hambre peor hay demasiados Mikaelson molestos en la barra.
En ese momento su hermana Caroline Forbes puso un pie en el Mystic Grill. La vampiro rubia intercambio una mirada con Alaric y estaba a punto de dirigirse hacia dónde estaban los hermanos Mikaelson.
Delilah vio extraño que su hermana estuviera dirigiéndose directamente hacia la boca del lobo, literalmente, cuando ella misma dijo que nunca en la vida se acercaría mas a Klaus.
—La recuerdo de la otra noche — dice Kol, dejando de ver a Lilah quien parecía que nunca se acercaría a ellos— Esta exquisita.
—Cierra la boca o te arrancare el hígado— dijo Klaus antes de dirigirse a la rubia— ¡Caroline!
—Oh, eres tú— la Forbes lo vio antes de cruzarse de brazos y se enfrentó a Klaus con una expresión atrevida en el rostro. Ella lanzó un rápido asentamiento en dirección a Kol, quien levantó su copa hacia ella.
