CAPÍTULO 31

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- Irene -

Abrí los ojos de golpe y me quedé unos segundos mirando al techo de mi habitación, recuperándome del sueño que se repetía desde hacía ya dos meses. Ashton diciéndome que me quería, que no podía irme. Todavía, si cerraba los ojos, podía ver su mirada posada en mí, sus ojos, que me pedían silenciosamente que no me fuera. En realidad, lo había hecho. Llevaba casi dos meses sin mantener ningún tipo de contacto con la persona que más quería en el mundo.

Me limpié las lágrimas que se me habían saltado mientras dormía y solté un suspiro, poniéndome de lado para coger el móvil de la mesilla y desbloquearlo. Miré la fecha y sonreí, 20 de octubre de 2014. Mi cumpleaños. Los recuerdos de la noche anterior invadieron mi cabeza y mi sonrisa se ensanchó al recordar la felicitación de Laura.

Abrí la barra de notificaciones del móvil y me encontré con un montón de tweets. Borré los que no me interesaban y me quedé con los de Ashton porque, sí, dos meses después ni siquiera había sido capaz de desactivar sus notificaciones.

Leí los tweets y vi que había hecho un follow spree hacía una media hora. Entreabrí los labios en una mueca de sorpresa. La verdad era que dolía. Era mi cumpleaños y la persona de la que cabría esperar una felicitación, estaba siguiendo a fans, aparentemente sin yo importarle lo más mínimo.

En realidad, descubrí, no me esperaba una felicitación. De hecho, no me esperaba nada en absoluto. Hacía bastante que había aceptado que nada iba a volver a ser como antes, no iba a dar un paso atrás en cuanto a eso.

Me pasé el dorso de la mano por los ojos en un intento de despejarme y esbocé una sonrisa. No todos los días era tu cumpleaños y no tenía ninguna intención de que alguien que estaba a kilómetros de mí lo arruinara.

Me incorporé y me puse de pie. Fui al baño arrastrando los pies y me recogí el pelo en una coleta. Me lavé la cara y bajé a la cocina, donde encontré a mi madre ya vestida y con una sonrisa. Me felicitó y me dijo que me había hecho tortitas pero que se iba a ir a comprar unas cosas y que no iba a volver hasta por la tarde, que no me preocupara por nada.

Eso último me pareció bastante raro pero me despedí y me eché las tortitas en un plato con una mano mientras que con la otra marcaba el número de Laura.

- ¡Feliz cumpleaños Irwin! -contestó gritándome en la oreja.

- Buenos días para ti también -respondí sonriendo-. Voy a poner el altavoz, ¿vale?

- Como quieras.

Pulsé el botón y la voz de mi mejor amiga resonó por la cocina.

- ¿Qué vas a hacer hoy? Había pensado que podías pasarte por mi casa. En realidad, creo que mi madre no tiene ningún plan en cuanto a mi cumpleaños así que podríamos comprar una tarta o algo -dije.

- Oh, yo... no puedo. Es d-decir que creo que si q-que tienes algún plan -suspiró-. Mira, esto no se me da bien. Es tu cumpleaños, ponte guapa, arreglate, no sé, hablamos después, ¿vale?

Después de decir eso me colgó, dejándome bastante confundida. Parecía que todo el mundo sabía algo que yo ignoraba y eso me estaba poniendo muy nerviosa.

Terminé de comerme las tortitas y, después de limpiar mi desayuno, subí a mi habitación a cambiarme. Pensé en lo que me había dicho Laura y me di cuenta de que tenía razón. ¿Por qué no arreglarme un poco? Al fin y al cabo, se suponía que era un día especial.

Abrí el armario y saqué una camiseta de All Time Low de manga corta y unos vaqueros negros rotos en una rodilla. Me puse la camiseta y al hacerlo, mis antebrazos quedaron a la vista.

Disconnected (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora