CAPÍTULO 29

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- Ashton -

Hacía siete días desde que Irene se había ido y yo cada vez lo llevaba peor. Me había parado tantas veces a pensar en lo que la había llevado a tomar esa decisión que ya había perdido la cuenta.

Había pasado una semana y todavía me costaba asimilar que no estaba conmigo, que había vuelto a España y no tenía intención de volver. Dios, es que la echaba tantísimo de menos que hasta me costaba no enviarle un mensaje cada vez que pensaba en ella. 

Lo único que había hecho estos últimos días, a parte de llamarla siempre que tenía ocasión con la esperanza de que finalmente me cogiera el teléfono, había sido repetir en mi mente todo lo que había pasado el día en el que Irene se fue. Había tenido que aguantarme las ganas de coger un taxi, ir al aeropuerto antes de que su vuelo saliera y gritarle que la quería, joder, que la quería más de lo que había querido nunca a nadie.

Porque era verdad, ahora que estábamos a kilómetros de distancia, me había dado cuenta de lo mucho que mi vida había cambiado desde que ella había entrado en ella. Y si, hacía relativamente poco tiempo desde que eso había pasado pero en ese poco tiempo se había convertido en alguien tan importante para mí que hasta asustaba. Ahora me daba cuenta de que habría hecho cualquier cosa para que ella fuera feliz.

Y bueno, quizás mirando las cosas de esa manera, podía llegar a entender lo que le había pasado por la cabeza para hacer las maletas y coger el primer vuelo a España que encontró. Desde su punto de vista, que ella desapareciera de mi vida iba a hacer que yo fuera feliz, creía que si desaparecía de mi vida todo sería mejor pero no sabía lo equivocada que estaba.

Suspiré y me di la vuelta en la cama. Cerré los ojos dispuesto a dormirme cuando escuché mi móvil sonar. Los volví a abrir rápidamente y me incorporé. Busqué el móvil con la mirada y me lancé hacia él con la esperanza de que fuera Irene quien llamaba. Fruncí el ceño sin intención ninguna de ocultar mi decepción al ver un número que no conocía en la pantalla del móvil.

Deslicé el dedo por la pantalla y contesté, llevandome el móvil a la oreja y murmurando un "¿Sí?". Esperé unos segundos y al ver que nadie contestaba pregunté otra vez.

- ¿Quién es?

De nuevo, silencio. Esto estaba empezando a cansarme, odiaba que me llamaran y al contestar no hubiera nadie al otro lado de la línea.

- Si esto es una broma...

Al momento de decir eso, escuché una especie de sollozo. Mi corazón empezó a latir desbocado antes incluso de que mi mente pudiera procesarlo todo. En ese momento hubiera apostado lo que fuera a que era Irene la que llamaba. Puede que fuera fruto de la desesperación pero hubiera reconocido su voz en cualquier lado, la hubiera reconocido aunque hubiera sido sólo el sonido de ella llorando.

- ¿Irene? ¿Irene eres tú? -pregunté deseando con todas mis fuerzas una respuesta.

Antes de poder volver a hablar de nuevo, escuché cómo me colgaba el teléfono.

- ¡Irene!

Pero la única respuesta que obtuve fueron los característicos pitidos.

- Joder -exclamé soltando el móvil con fuerza sobre la cama.

- Irene -

Ni siquiera me permití un respiro, en cuanto vi la sangre correr por mis muñecas, en cuanto mis dedos dejaron caer la cuchilla haciendo que resonara contra el suelo, me puse de pie y con la visión emborronada a causa de las lágrimas, me dirigí al baño para curarme las heridas. Me sentía mal por lo que había hecho, muy mal. Sentía que había decepcionado a Ashton, a Laura, y en definitiva a todas las personas que me habían ayudado a parar. Lo había echado todo por la borda y, aún así, todavía lo veía como algo que necesitaba hacer para sentirme bien.

Disconnected (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora