CAPÍTULO 34

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Esa noche, por primera vez en meses, me volví a sentir como en casa. Volví a sentirme segura. Esa noche, mientras cerraba los ojos e intentaba conciliar el sueño entre los brazos de Ashton, sentí que nada podía dañarme, no en ese momento. Y, por primera vez en meses, no me desperté en toda la noche, como si mi cuerpo se hubiera dado cuenta de que, la razón por la que no había podido dormir en los últimos meses, era ahora la que me estaba abrazando por la cintura.

El día siguiente, lo pasé entero con los chicos, al menos hasta que empezó a hacerse de noche, cuando tuvimos que dirigirnos hacia el aeropuerto. Me pasé todo el trayecto en silencio, intentando asimilar que en unas horas, me iba a tener que separar de Ashton de nuevo. Desde que pusimos un pie en la terminal hasta que fracturaron las maletas estuve aguantándome las lágrimas y cuando vi el control de seguridad a lo lejos no pude evitar echarme a llorar.

Ashton simplemente se acercó a mí y me cogió de las manos, intentando calmarme, lo que no sirvió de mucho. Me abrazó con fuerza mientras yo sollozaba en su hombro repitiendo una y otra vez que no podía irse.

Era como una película, casi podía escuchar Wherever You Are de fondo, mientras me separaba de Ashton y le miraba a los ojos. Ese día, si los mirabas fijamente, podías apreciar el color verde. Suspiré y volví a abrazarle, aguantándome las lágrimas de nuevo.

Ashton no dejaba de repetirme que volveríamos a vernos en noviembre, para el concierto de Ed, pero a mí nada me importaba en ese momento, nada podía hacerme parar de llorar.

Un momento más tarde, después de que el tercer aviso para embarcar resonara por los altavoces, Ashton dejó un beso en mis labios, me acarició la mejilla, dio media vuelta y se dirigió hacia el control de seguridad.

Apenas fui consciente de la mano de Laura apretándome el brazo suavemente, diciéndome que teníamos que irnos. Apenas fui consciente de su abrazo al darse cuenta de que yo seguía llorando. Cuando nos separamos, aparté el pelo de mi cara y dejé que me acompañara a la zona de autobuses, donde tendríamos que coger uno para volver a casa.

Cuando escuché el nombre de mi parada, me levanté y salí del autobús, dejando a Laura con la palabra en la boca porque la verdad era que no tenía ganas de hablar con nadie.

Entré en mi casa y subí las escaleras hacia mi habitación. Me dejé caer en la cama, soltando un profundo suspiro y contando mentalmente los días que quedaban para noviembre, para volver a verle, para el concierto.

Metí el cuerpo debajo de las sábanas y alargué la mano hacia el interruptor, sumiendo la habitación en una oscuridad casi total. Me acurruqué entre las sábanas y cerré los ojos. Poco más de un mes, puedes hacerlo. Eso fue lo último que me dije antes de caer dormida.

* * *

Me gustaría poder decir que ese "poco más de un mes" se me pasó rápido. Que cerré los ojos y cuando los volví a abrir ya estábamos en noviembre. Pero no fue así.

Aunque hablaba con Ashton todos los días y aunque el instituto me mantenía más que ocupada, la espera se me hizo insoportable, impidiéndome a veces ser capaz de pensar en otra cosa.

Pero a pesar de que el tiempo no pasó especialmente rápido, el tiempo iba avanzando y cada vez quedaba menos para el 25 de noviembre, para el concierto.

Llevaba siguiendo a Ed desde hacía bastante, y sus canciones se habían convertido, definitivamente, en la banda sonora de todas mis recaídas. Pero eso no era algo malo, al contrario, porque sus canciones me habían hecho fuerte, su voz me había dado fuerza, esperanza, cuando ya la había perdido toda. Escuchar a Ed era, para mí, como una salida, una salida a los problemas, a la realidad, y a todo lo que me rodeaba.

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⏰ Última actualización: Mar 27, 2020 ⏰

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Disconnected (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora