CAPÍTULO 32

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- Irene -

- Estaba pensando... ¿te apetecería que fuéramos a comer los dos juntos fuera? -me preguntó Ashton deshaciendo el abrazo y entrelazando nuestros dedos.

- ¿Te refieres... a un restaurante?

- Con todo el tiempo que ha pasado, vuelves a responderme a las preguntas con otras preguntas -me dijo sonriendo-. Pero... no exactamente. En realidad, he preparado una especie de picnic.

- ¿En serio? ¿Y si te decía que no? -pregunté divertida.

- Me hubiera tenido que comer las fresas con chocolate yo solo -me susurró al oído.

- ¿Qué te parece si voy a vestirme y compartimos esas fresas?

- Me parece genial -me respondió soltando una pequeña carcajada.

- Espera aquí, ¿vale? No tardo.

Dejé un beso en su mejilla y subí rápidamente las escaleras hacia mi habitación. Cuando llegué, cerré la puerta y apoyé la espalda en ella, suspirando. Aunque lo intentaba, no podía dejar de sonreír. Aunque lo intentaba, no terminaba de creerme que Ashton volvía a estar aquí, conmigo.

Me separé de la puerta y abrí el armario buscando mis botas negras de cordones. Me deshice de las zapatillas de estar en casa en un rápido movimiento y me calcé las botas. Después, al darme cuenta de que tenía todo el rimel corrido, pasé por el baño y me eché un poco. Sonreí satisfecha y bajé las escaleras de nuevo, parándome antes a coger mi mochila vaquera.

Cuando bajé las escaleras, me encontré a Ashton esperándome en mitad del pasillo, con las manos en los bolsillos, justo donde lo había dejado antes de bajar. Él sonrió al verme y extendió una mano hacia mí.

- ¿Vamos? -preguntó.

- Vamos -respondí cogiéndole de la mano.

Cogí las llaves de la casa antes de salir y nos dirigimos hacia donde Ashton había aparcado el coche (para vuestra información, sí, había alquilado un coche). Abrí la puerta y me senté en el asiento del copiloto, dejando la mochila en el suelo, entre mis pies.

Ashton arrancó el coche y, al momento, Dirty Work resonó a través de los altavoces.

- Tienes puesto mi disco favorito de All Time Low, qué nivel -dije sonriendo.

- Lo tengo todo preparado, ¿qué te crees? -me respondió arqueando una ceja-. Por cierto, con tu permiso, ¿me dejas tu móvil un segundo?

- Claro, toma -respondí sacándolo del bolsillo trasero de mis vaqueros-. ¿Para qué lo quieres?

- No quiero que nadie nos interrumpa, he echado mucho de menos el estar contigo a solas -dijo poniendo mi móvil en silencio-. El mío está igual.

- ¿Soy yo o esto es un poco como Disconnected?

- No podía ser de otra manera -respondió poniendo el coche en marcha y dirigiéndome una especie de guiño que me hizo reír.

Sin venir a cuento, me acerqué y le di un beso en el hoyuelo de su mejilla. Realmente había echado todo esto mucho de menos.

- ¿Sabes? Me encanta cuando me besas porque sí, lo he extrañado.

- Y a mí me encanta besarte porque sí -admití sonriendo y después de una pequeña pausa, pregunté-. Por cierto, ¿a dónde vamos?

- Bueno... he tenido mucho tiempo libre desde que te fuiste así que he buscado un sitio perfecto para la ocasión, pero tendrás que esperarte un poco para llegar.

Disconnected (Ashton Irwin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora