5》Algo que hacer entretanto

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Slug nunca había trabajado con un grupo tan distinto al que acostumbraba. Siempre le gustó la idea de ir contra la corriente y de vez en cuando romper algunas leyes y pautas establecidas; pero había límites que no quería traspasar.

Ya era su tercer día trabajando para Black Hat Organization. Parecía estar tomándole el gusto, a pesar de que ahora trabajaba un poco más de lo que solía.

Demencia era fastidiosa, tenía apariencia y aura caótica; le gustaba romper cosas. También gustaba de pasearse por el laboratorio como si fuese una dulcería; al igual que un crío, ignorando los carteles de no tocar.
Slug no estaba de malhumor para gritarle aún, pero quizá podría intentar molestarla.

Entendió que no podría entrar debajo de su cama, pues esta era una cabina de aluminio y acero inoxidable. Sin embargo, una de las partes de la base podía desprenderse, como una pequeña escotilla por la que podía caber.

Contuvo por momentos la respiración para no hacer ruido alguno en aquel compartimiento oscuro, mientras miraba como los tobillos de la chica se aproximaban. Estuvo a punto de agarrárselos sin cuidado alguno, pero justo antes sus dedos tocaron otro objeto que estaba con él ahí debajo.

---¿Qué mierda?---mencionó en respuesta.

---¡Ajá!

Los agudos oídos de Demencia lograron percatarse de sus palabras y se agachó para agarrar el brazo de Slug. Él sintió un tirón en el hombro, pero no fue tan grave al final. Trató de equilibrar los pies una vez la otra lo arrebató de su escondite.

---¡Te encontré, nerd!

---¿"Ajá" qué? ¿"Nerd" qué? ¿Tienes ganas de que te mate?---exclamó, ahora sí de malhumor.

---Sería divertido verte intentalo, tarado.

---Estás contradiciéndote. Sin los "nerds" no tendrías celular para buscar tus estupideces. Y un "tarado" es alguien bruto, como tú.

---No tenías que arruinar el chiste.

Luego de bajar la cabeza y refunfuñar, Demencia se dio la vuelta y se marchó del laboratorio.
Si él hubiera sabido que la forma más efectiva de ahuyentarla era restarle gracia a sus bromas lo habría empezado a hacer hace rato.

Hace tiempo que Slug no argumentaba en una discusión, se sentía bien. Se sentía aún mejor ganarla. Más cuando se trataba de poner en su lugar a esa muchacha malcriada.

Volviendo al asunto previo, había tocado algo debajo de la cabina. No se suponía que debiera haber cosas ahí como si fuera un cajón, de hecho esconderse ahí también sugería un peligro.
Al estirar el brazo encontró un cuaderno azul. Decidió revisarlo.

"Propiedad de K.F.S."

Slug pensó que debía tratarse del científico que trabajaba ahí previo a él, recordando que Demencia la primera vez que lo vio lo llamó "Flug".

La caligrafía que observó era espantosa. Como la suya. Eso no sería un problema.
También comprendió que debía tratarse de anotaciones privadas ya que había varias advertencias en las dos páginas iniciales, hasta que finalmente encontró algo de finales del 2019.

"505 me regaló esto para mi cumpleaños. Ya tengo docenas de libretas para registrar pedidos, calcular fórmulas, tomar datos, realizar garabatos; creo que sería bueno hacer una excepción y escribir cosas personales. Dicen que es terapéutico. Además me produce una nostalgia algo extraña. Sería práctico también si lo escribiera en mi computadora, pero no correré el riesgo de que mis datos sean hackeados; aunque eso es casi imposible. Sería más fácil aprender a bailar.
Tengo mucho trabajo, pero podría tomarme unos minutos para escribir de vez en cuando".

A partir de ahí quedaban decenas de páginas por leer, había para rato. Slug no se sentía cómodo invadiendo ciertos aspectos de la privacidad ajena, pero iba a poder sacarle provecho de algún modo. A lo mejor habría uno que otro consejo que lo ayudara a llevar mejor su estadía. También le picaba la curiosidad conocer detalles sobre la personalidad del propietario de aquel avión, y qué llevó a que lo despidieran.

[...]


Cuando Flug mudó sus pertenencias de lo de Penumbra, le prometió que la visitaría más seguido. Ambos estaban felices por la nueva oportunidad que se le había presentado al científico, aunque éste no le comentó ninguna de las pequeñas inquietudes que tenía sobre el empleado previo a él. Sunblast, por su parte, no se limitó a solamente sonreírle y desearle suerte. Le advirtió que sería un empleo bastante diferente al que había tenido. Flug sabía eso, sabía que ninguna organización malvada podía compararse a la de Black Hat. No obstante, no tenía idea de que esta nueva organización no era más maligna que 505.

Los siguientes días fueron sorprendentemente tranquilos. Le aliviaba que White Hat no lo sobrecargara de trabajo. Todas las noches cenaban los cuatro juntos; White, Flug, Clemencia y 606. A este último Flug quiso realizarle algunas pruebas de fuerza. Si bien manifestaba bastante su descontento e ira, no era tan fuerte. Además a veces le agarraban unos arrebatos de somnolencia y se dormía en cualquier parte. Era bastante haragán, pero podía atemorizar bastante en apariencia. Por ello sin muchas vueltas concluyó que si no lo molestaba todo estaría bien.

Clemencia lo visitaba todos los días en su laboratorio para ver qué hacía, cosa que a Flug le conmovía. No era costumbre que alguien le prestara tal atención a sus proyectos.

---¿Por qué sonríes tanto?

---Por nada. A veces Slug me echaba diciendo que no me metiera en sus asuntos, pero tú eres más amable.

Flug se compadeció, al parecer a ella le había venido bien que lo contrataran. En suma alimentaba su ego, sólo un idiota no querría escuchar los argumentos y teorías de su especialidad. Minutos después, ella se fue; el muchacho necesitaba concentrarse.
Posteriormente, el teléfono de su escritorio llamó. Era White desde su oficina. Por fin tendrían su primera charla a solas. Por tal motivo, estaba algo nervioso.

---Buenas tardes, señor White Hat---pronunció al cerrar la puerta detrás de sí.

---Wow, Flug, nunca nadie me había hecho sentir tan viejo.

---P-PERDONE. Eh, ¿lord White Hat? ¿Amo White Hat?

---Dios, Flug, tranquilízate---rió---Deja las formalidades, ¿puedes?

---Oh, de acuerdo, bien---suspiró.

---Es decir, ya sé que no soy el joven que fui hace mucho tiempo, pero no necesito recordarlo---rió nuevamente---Ahora, pasemos al trabajo, si es posible.

Flug asintió nerviosamente, pero ya se iría acostumbrando. Fue extrañamente nostálgico sentir aquel temor recorrer su columna una vez más.
Pasaron a hablar de horarios y de ocasiones en las que White debía salir a una junta en la ciudad. Ya habían pasado un par de días desde que se instaló y el nuevo patrón creyó que era momento para presentarle el catálogo de los dispositivos que la organización promocionaba. Ya los leería al salir del despacho, cosa que estaba a punto de hacer.

---Flug, cualquier cosa que necesites, pídemelo, ¿de acuerdo? Quiero que estés bien y que seamos amigos.

---Uhm, si, bien. Lo haré---respondió alegremente.

White pareció contener su felicidad en vano cuando abrió sus brazos para rodear al científico y reir en su oído. Fue alentador para Flug, sintió que podría tener la mejor estadía que jamás tuvo.

Al volver a su laboratorio se sentó en una silla para ojear aquellas páginas. Había mucha variedad de sogas y armas láser, y algunos látigos decorados con purpurina. No vio una sola ametralladora ni bazuca, o un pequeño depósito de ácido; pero sí había una incontable cantidad de granadas coloridas. En conclusión, para él, no estaban escasos de productos. Sin embargo, eran todos una porquería.

𝚁𝚎𝚎𝚖𝚙𝚕𝚊𝚣𝚘𝚜 [𝘗𝘢𝘱𝘦𝘳𝘩𝘢𝘵] [𝘝𝘪𝘭𝘭𝘢𝘯𝘰𝘴 & 𝘏𝘦𝘳𝘰𝘪𝘤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora