𝚁𝚎𝚎𝚖𝚙𝚕𝚊𝚣𝚘𝚜 [𝘗𝘢𝘱𝘦𝘳𝘩𝘢𝘵] [𝘝𝘪𝘭𝘭𝘢𝘯𝘰𝘴 & 𝘏𝘦𝘳𝘰𝘪𝘤]

15》 Se solicita ayuda

---No te haces una idea, Penny. Es maravilloso. Duermo bien, me pagan bien. Me tratan como si fuese uno de ellos.

---No me digas, ¡Es increíble, en serio!

Ya había pasado días desde la última vez que Flug le había hablado a Penumbra. Quería, debía, comentarle como iba la estadía, su desempeño en el ámbito tan fuera de su normalidad. Aquella mañana se levantó con ganas de llamarla.

---Pero no soy uno de ellos. Me siento una completa basura. Y aunque son agradables y todo, me siento raro.

---¿Cómo que basura? ¿Raro en qué sentido?

---Bueno, convengamos que llegué poco después del despido del empleado anterior. Y tengo entendido que le tenían cariño. Pretenden que sea como él, pero si yo soy una basura aquel era veinte veces peor.

---Flug, no eres una mala persona---intervino Sunblast---Eres una buena persona a la que han pasado cosas malas.

---Podré ser un inútil pero sé bien que esa frase la robaste de Harry Potter. Deja de ver tanta televisión---a pesar de la frase torpe pero bien intencionada no pudo evitar enojarse.

---Aún así tiene su punto---continuó Penumbra---Y no eres un inútil. No eres nada malo de lo que dices que eres. Tienes que trabajarlo, y yo estoy aquí para cuando gustes. Sé que es muy distinto, pero no tiene por qué ser más difícil. Y si son tan buenos como dices, creo que puedes plantearles tus inquietudes, ¿verdad?

Si, tenía razón. Aunque no sabía como pedirle a White Hat que dejara de mirarlo con lascivia cada vez que se daba la vuelta.

Era triste para él encontrar confort en una voz que no se encontraba en frente suyo. Pero la dulzura y preocupación era algo que apreciaba como pocas cosas, le aportaba gran grado de motivación.

---Gracias por todo, Penny, en serio. No sé dónde estaría sin ti. Ni sin ti, Sunblast---agregó con cierta ironía.

Se escucharon las risas del otro lado de la llamada.

Tenía cosas que hacer, así que no prolongó la conversación.

Se puso a reflexionar sobre la última vez que lo consolaron. Sentir que era despreciado nuevamente le despertó las peores sensaciones posibles y casi se desmorona. White Hat estaba ahí, y se había disculpado por su actitud, pero el que no podía parar de disculparse después era Flug.

Fue a darle de comer a 606. Comía carne a punto. Aprendió que tenía que dejarlo solo cuando comía. Había que salir a comprar tres veces a la semana porque en serio que comía.

Estaba volviendo al laboratorio cuando Clemencia se lo cruzó en uno de los pasillos y corrió hasta él. Se extrañó, no la veía sonriendo o con ademán de dar los buenos días.

---¡Flug, ven rápido!

---¿Pasó algo, Clem?

---Hay alguien que necesita ayuda, no se ve nada bien.

Flug no lo admitiría, pero echaba de menos ese olor a desesperación en las personas que solicitaban urgentemente sus servicios. Aunque por todo el estrés que venía abordándolo la verdad no le hacía mucha falta.

---Ya estás a salvo, querida. Estamos para ti.

Aquellas palabras salidas de la boca de White Hat bastaron para que Flug entendiera el clima. White se hallaba de rodillas frente a la aparente víctima envuelta en una manta azul.