Parte 19. Remolino

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Draco observó a su alrededor, la sala de los menesteres tenía una apariencia bastante extraña que no supo distinguir pero tampoco es como si estuviese prestando demasiada atención, por un momento pensó que irían a Hogsmeade o algo así en una cita, pero era obvio que ella querría mantener eso en secreto.

¿A él realmente no le hubiese importado ir con ella a Hogsmeade?

—Ah, sí viniste –comentó en un tono aliviado.

—Por un momento pensé en no hacerlo, por si esto era una broma y la que no estuviera serías tú.

—Ah, veo que es un miedo recurrente en ambos –se burló Ginny.

—Por supuesto que no –negó.

—Desde luego supongo que solo yo tenía ese pensamiento recurrente –negó alejándose.

Draco la observó ir a la mesa que estaba a unos metros pero no vio lo que estaba haciendo, no sabía ni de qué hablar con ella que la observara y a veces la espiara no significaba que sabía de qué hablarle.

—Encontré esto en el baúl de mis hermanos Fred y George –le mostró la botella con una sonrisa.

—Eso es whisky de fuego ¿no crees que es algo bastante fuerte para ti? ¿Has tomado algo más que cerveza de mantequilla?

—Sí, claro, desde luego ¿y tú? –Se burló.

—Lo he probado, desde luego –admitió, pero uno de mejor calidad, desde luego.

—Pero supongo que rechazarás mi oferta.

—Me temo que sí, Weasley.

Un elfo apareció delante de él y no le tomó mucho saber porque le pareció familiar era el elfo que su padre había liberado accidentalmente un par de años atrás, dejó más cosas y se marchó nervioso después de verlo, posiblemente le avisaría a Potter y al otro Weasley.

Ginny bebió rápido el whisky para ocultar que el sabor no le había gustado, y eso haría que no tuviera que torturarse bebiéndolo, sin duda debió hacerle caso a Luna y descartar el alcohol ilegal de sus hermanos.

Lo vio levantar la vista cuando ella soltó una risita divertida, no sabía si estaba nervioso, incómodo o qué pasaba por la mente del rubio, solo sabía que por alguna extraña razón quería reírse histéricamente aunque no de él precisamente, en realidad quizás otro trago de esa bebida no estaría mal y lo hizo, volvió a beberla como si fuese agua al recordar el mal sabor.

Volvió a reírse esta vez intentando hacerlo disimuladamente, el whisky le provocó un poco de calor así que se quitó el suéter dejando que Draco viera el vestido que le habían prestado y podía notarse porque se ajustaba de más a su figura.

Por alguna razón que no entendió comenzó a girar entre risas tontas ganándose un ceño fruncido del rubio, que no comprendía su actitud se limitó a verla con los ojos entrecerrados intentando descifrarla o eso pensó Ginny.

—Oops –soltó divertida –lo lamento –se burló.

Draco la había sujetado para evitar que se cayera, no creyó buena idea que se pusiera a dar vueltas como loca cuando había bebido dos vasos de whisky de fuego como si fuese agua, pero no dijo nada, era decisión de ella hacerlo, y él no era nadie para decirle qué o no hacer.

—No sé si es el whisky, o es porque me gustas y me estás sujetando, pero siento como si estuviese atrapada en un remolino –soltó una risa divertida –posiblemente, por lo mucho que me gustas.

La chica se estiró para besarlo pero Draco no la dejó, la llevó al pequeño sofá y la dejó ahí aunque se sentó a su lado observándola atento, ya había admitido que le gustaba, pero estaba demasiado ebria como para tomarlo en cuenta.

Drinny-Con 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora