Parte 27. Sabor

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Ginny sonrió divertida cuando vio a su mejor amiga llegar con helado del sabor que más le gustaba, no le había dicho a nadie, pero el primer beso que Draco le había dado le había sabido exactamente a menta y chocolate así que desde ese momento se había vuelto su sabor favorito en el mundo dejando el de regaliz de lado.

Los besos de su esposo por lo regular tenían ese sabor tan delicioso y no sabía la razón solo sabía que le encantaban.

—Vaya bonita sorpresa me has dado –sonrió.

—Te la has pasado con Draco las últimas dos semanas ¿cómo podía llegar a visitarte?

—Hubieses podido, pero no hubiese sido una buena decisión –rio.

Luna abrió un bote con otro sabor de helado para ella por sus movimientos meticulosos estaba nerviosa y no sabía porque, pero no dijo nada le daría el tiempo que necesitara para que encontrara el valor para comenzar a decirle la razón por la que estaba ahí, podía apostar que la pequeña Luna iba a decirle sobre algo importante, no sabía si se trataba de embarazo o boda con Rolf.

—Debiste traerme más, este sabor es mi favorito.

—Me alegro –dijo alegre pero inquieta –porque eso mitigará el mal sabor de boca que estoy por provocarte.

—De acuerdo –sonrió.

Aunque ya había iniciado el preámbulo de lo que suponía una mala charla Luna se quedó callada observando a su mejor amiga seguir comiendo su helado saber choco menta.

—Vi a Hermione –murmuró Luna.

Sin duda esas palabras sirvieron para que su boca supiera a bilis, hizo mala cara y aunque se llevó otra cucharada de helado a la boca solo le supo espantoso, aventó el helado adelante.

—Ah, bien ¿dónde? –hizo mala cara.

—En el callejón Diagon –se encogió de hombros.

—Ah, pues muy bien por ella que decidiera volver es un país libre...

—Preguntó por Draco, y si seguía saliendo contigo.

—Y ¿no preguntó por Ron?

—No, pero lo mencioné, le dije que estaba con Astoria y no le interesó, regresó al hecho de que cambié de tema.

—Pero le dijiste ¿no? –Elevó una ceja.

—He convivido mucho tiempo contigo y George, así que hice algo mejor, le dije que habían terminado bastante mal, así que posiblemente lo va a buscar.

—Eres bastante cruel.

—Yo que tú, estaría en este momento en la oficina de mi marido –sonrió.

—Entonces ¿no te molesta que te deje aquí?

—No, vamos, ve –sonrió.

Ginny usó la red flu para llegar a la oficina de Draco, Marcie levantó la vista y sonrió al verla se puso de pie y la abrazó.

—Dime que ¿está ocupado? –Sonrió.

—No, está libre ¿ocurre algo?

—Sí, tengo que pedirte un enorme favor ¿se puede?

Draco levantó la vista cuando la puerta de su oficina se abrió, Ginny avanzó decidida hasta él en cuanto él estuvo de pie lo besó apasionada pegando su cuerpo con el de él.

—Ah, ¿te quedaste muy acostumbrada en estas dos semanas? –Sonrió –me alegra.

—Cállate –ordenó.

Draco siguió la orden, se limitó a besarla unavez que se sentó sobre el escritorio y lo jaló hasta ella, no prestó atenciónalguna, escuchó que la puerta se abrió sin tocar antes pero tampoco prestóatención a eso, más de lo necesario.

Drinny-Con 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora