Capítulo 2: Prosecución

808 61 70
                                    

Había revuelo en el patio de eventos de la Academia de Alto Rendimiento de las Fuerzas Pokémon.

Una zona abierta justo en medio de la institución, decorada y galardonada por gran cantidad de esculturas honoríficas y bambalinas alzadas por grandes pilares. Pero, había algo en especial que captaba total atención. Justo al centro de aquel espacio abierto se alzaba una escultura bastante grande, símbolo de una figura importante, que era ocultada bajo un gran manto vinotinto.

Aquel lugar era utilizado para gran cantidad de sucesos y eventos importantes para la Academia, como lo era en este caso la Prosecución de los mejores doce aspirantes a Rescatistas. Aquel día en especial había traído consigo a espectadores de todo el globo terráqueo. Exploradores, rangers, médicos, deportistas y figuras de importancia política como los gobernadores de Kanto, Johto, Sinnoh, Teselia y otras regiones más, estaban presentes ante aquella plaza.

Al faltar algunos minutos para empezar formalmente con la ceremonia de Prosecución, todos los aspirantes presentes, al menos 80 Pokémon de diversos tamaños y especies, se alistaban y conversaban llenos de ansias, para matar así el tiempo de espera. Todos ellos fueron acompañados por uno o dos representantes en aquel día tan importante, a excepción de cierta criatura del grupo.

Ya era el vigésimo tercer aniversario del derrocamiento de Xenón Machamp; habían pasado los tres años reglamentarios de instrucción. Y al haber nueva gobernadora en Passio, Regina Hatterene, la jefa de la región sería la moderadora del evento en compañía del director de la Academia, Gerald Raichu.

Entre el grupo de aspirantes que se encontraba en la plaza, resaltaba un grupo de Pokémon que, encontrándose en la primera fila de los puestos, serían diez de los doce mejores puntajes en toda la Academia.

—Erick... ¿Cúanto falta? —Con sus brazos y piernas cruzadas, preguntó una hermosa Cinderace algo impaciente.

—Pareciera que la gobernadora se está bañando o qué se yo —bufó su compañero, un apuesto Lucario, a modo de burla, mientras arreglaba la boina sobre su cabeza—, se están tardando mucho, ¿eh?

—¿Bañando, dices? No creo. Yo digo que está haciendo algo más, no sé... Le cayó mal la comida y, válgame Arceus.

—Jaja, ya entendí... Ya está bueno, Dani. Respeta que ella es nuestra honorable gobernadora de Passio. —Erick le miró con seriedad, aunque sin poder ocultar su risa.

—Ya te digo. Mejor sería que estuviese Axel aún a cargo, es más amistoso que esa Hatterene. Pero él perdió por estar desperdiciando tiempo en apoyar a los discriminados.

—Cada loco con su tema, ¿no crees?

Mientras el Lucario y la Cinderace, cuarto y quinto lugar de entre los doce, dialogaban para no aburrirse tanto esperando, había una Mienshao que golpeteaba el suelo con su pie bastante impaciente, y veía la hora constantemente en su reloj de muñeca. Aquella luchadora, de hermosas facciones y gran inteligencia, era el tercer lugar de los puntajes más altos en toda la institución. Su semblante era de preocupación, veía hacia todos lados con ansias desbordadas, dando a conocer que esperaba a alguien en particular.

Erick veía de vez en cuando a la Mienshao a su lado, algo ilusionado y denotando un leve rubor en sus mejillas. Le preocupaba mucho la forma en cómo actuaba, pero sentía temor de querer dirigirle la palabra. A fin de cuentas, no es nada fácil poder entablar una conversación con aquel o aquella que te gusta sin que la pena te envuelva. Daniela sabía sobre la situación de su gran amigo, y le causaba algo de gracia lo tan tímido que llegaba a ser cuando se trataba de aquella Mienshao.

—Se están demorando demasiado, chicos... —musitó la armiña luchadora mientras veía de reojo dos asientos vacíos a su derecha.

—... Y-Ya están tardando mucho en empezar, ¿no crees Violeta? —Erick tomó el valor suficiente para mostrarse natural y dirigirse a ella.

Cambiar el sistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora