Capítulo 25

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Minutos después de subirnos al auto y de que Steve tomara el volante, nos encontrábamos entrando a Nueva Jersey. El camino se había mantenido en silencio, sin embargo, en mi cabeza se había plantado una duda que necesitaba respuesta, había intentado ignorarla, pero aquella pregunta se reusaba a abandonar mi cabeza hasta que fuera respondida.

—¿Desde cuándo el "siempre correcto" Capitán América roba autos? —Le pregunté con legítima curiosidad y diversión

—Los nazis, Alemania... y es prestado, baja tus pies del tablero— Me contesto con un tono serio, como si hablar de eso le incomodara en demasía

Acto seguido, mostré una pequeña sonrisa y procedí a hacer lo que me había pedido hace apenas unos cuantos segundos.

—Lo siento, pero tengo una pregunta para ti, y no tienes que responder, aunque si no me respondes es como si lo hicieras de todas maneras— Le dije atropelladamente y con nervios

—Solo dilo— Me dijo algo hastiado de que no fuera al punto

—¿Ese fue tu primer beso desde el 45? —Le pregunté de sopetón y al instante me arrepentí de haberle preguntado aquello

—¿Estuvo tan mal? —Me pregunto sin dejar de mirar el camino

—No dije eso, en realidad supongo que lo hiciste bien, de todas maneras, creo que no tengo punto de referencia— Contesté sin pensar lo que estaba diciendo

—¿Qué quieres decir con: "no tengo punto de referencia"? —Me preguntó

—Creo que es bastante obvio lo que quise decir— Dije, no quería decirlo en voz alta

—Entonces... tienes 18 años... ¿y nunca antes habías besado a nadie? —Me pregunto bastante sorprendido

—Tenía 14 años cuando salí de la Universidad, ¿crees que tenía muchos chicos detrás de mí?

—Supongo que no, ¿Cómo lograste graduarte tan rápido?

—Soy una Stark, soy más inteligente que el promedio, además, tengo memoria fotográfica, pero cambiando de tema... ¿Nadie especial aún? —Le pregunte intentando hacer que el tema se centrara en él y no en mi

—Por desgracia no es sencillo encontrar a alguien que comparta mis experiencias— Me dijo con una sonrisa algo triste

—Bueno...siempre puedes ir e intentar seducir a algún fósil del museo— Le dije para luego sonreír

Steve no dijo absolutamente nada más después de aquello, sin embargo, había visto una ligera sonrisa en sus labios luego de ese comentario.

[...]

Algunas horas después, llegamos a nuestro destino; al parecer era un viejo campo de entrenamiento militar. Después de bajarnos del auto y de que Steve forzara el candado para entrar, empezamos a caminar por todo el lugar sin encontrar nada.

La noche se había hecho presente ya y, por desgracia, aún no habíamos encontrado nada.

—Aquí fue donde me entrenaron— Dijo Steve mientras veía el lugar

—¿Ha cambiado? —Le pregunté sin dejar de rastrear la señal para encontrar la ubicación exacta

—Un poco— Dijo en apenas un susurro audible

—Aquí acaba el rastro— Le informé a Steve después de algunos segundos de un silencio profundo—, no hay firma de calor, señal de satélite, ni siquiera señal de radio; quien creo el archivo uso un diccionario para despistarnos— Dije algo frustrada por eso

En ese momento Steve se volteo para mirarme, pero su mirada cambio rápidamente a un lugar detrás de mí, por lo que seguí su mirada para toparme con una clase de bunker antiguo.

La hija de Tony Stark (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora