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Iñaki llevaba días sin hablarme y me molestaba demasiado. No solo porque convivíamos, sino porque Dylan y Nicolás estaban enojados Sara y conmigo. El colmo era que Sara también estaba enojada conmigo, por haberme ido con Bruno, y yo estaba enojada con ella porque sabiendo como iban a reaccionar los chicos se metió igual con Bruno.

Después de salir del colegio volví sola caminando a casa. No era la mejor de las ideas ya que me perdí y termine en no se donde escribiéndole a Romina para que venga a buscarme. Un rato después apareció Tomas.

- ¿Por qué no volviste con Iñaki? - Me preguntó.

- Porque estamos peleados. Bueno él está enojado conmigo - Le contesté.

- Tranquila - Me dijo con una sonrisa - Siempre se enoja y después se le pasa solo. Aunque...

Esperé que siguiera hablando, pero se distrajo puteando a un auto que nos paso y le rompió el espejo.

- Aunque... - Insistí, para que siga hablando.

- Iñaki suele herir emocionalmente a las personas cuando esta enojado, lo mejor es que te mantenerte alejada de él.

Vi como se puso incomodo.

- ¿A vos ya te lo hizo? - No me di cuenta cuando pregunte eso.

- A mi, a Romina, hasta Aneley salió perdiendo cuando Iñaki estuvo enojado.

Yo no dije nada, quería preguntarle que fue lo que les dijo, porque Tomás no parecía de esas personas a las que podes herir con facilidad. Y aunque yo no hablé él supo lo que estaba pensando.

- Romina perdió un embarazo, hace un año más o menos, cuando se lo conté a Iñaki él estaba bastante enojado, no se por que, yo lo hice con la mejor intención, para ponerlo de buen humor. A él no le gustó la noticia de que Romí estuviera embarazada y me empezó a gritar, me dijo que no era buen padre y que tenia que dejar de criar pibes que no tenían futuro. Se me tiro encima y me pego trompadas, Romina entró a la pieza y él me soltó cuando ella le grito. Iñaki le dijo que no era su hijo. Esa noche se fue de casa dejando una nota diciendo que no lo busquemos. Por toda la preocupación Romí tuvo un ataque de nervios y eso le provocó un abortó espontáneo. No sé quien llamo a Iñaki, pero el apareció en el hospital. No hablo con nosotros hasta casi dos semanas después, ahí nos pidió perdón.

- No sabia - Me sentía estúpida por decirle solo eso, pero no me salió otra cosa.

- Nadie lo sabe, con Romí salimos adelante, y a Iñaki nunca tuvimos nada que perdonarle porque no fue su culpa. Te lo cuento para que entiendas hasta que punto puede llegar a lastimar.

Adolescente Rebelde [Madre Sustituta #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora