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Habían más alfas que omegas, y los gruñidos desconfiados y apretones de puño se hicieron audibles y visibles, apretones de dientes y caras cero simpáticas.

-¡Devuelva a la niña! -Dijo Harley, levemente rojo, pero notablemente enojado y debatiendo en no perder el control.

-Tranquilos, tranquilos. -Medio Steve Trevor imponiéndose como escudo para proteger su esposa. No iba a irse en contra de ella, solo iba a sugerirle y pedirle que entrará en razón e hiciera lo que es correcto.

Tony, comprendía a Diana, pero sabía que él amabas más que ella a Morgan, y eso se podía sentir, se podía ver. Ella no estaba en sus cabales, no estaba pensando en nada, solo en que la perdería.

Steve R. Escuchó  el gruñido infantil de Mary, apretó su mano y decidió mediar.

-Harley, hijo calma, Diana hará lo que cree que es correcto, no podemos ir en contra de una de las nuestras.

Clark avanzó un pasó y tocó el hombro de Diana con el sumo cuidado.

La mujer tembló de miedo y abrazó más fuerte a Morgan.

-Eres la madre, lo serás siempre ante los ojos de ella, en el fondo, tu corazón te está diciendo que ella quiere estar con ellos,  es una niña y su única ilusión y sueño es esa, si la alejas la destruyes.

Negó.

-Diana -Steve T. Retomó la palabra -dame a Morgan, si es difícil devolverla, lo haré yo -con los sentimientos hechos añicos la observó, con el mismo brillo en los ojos, ambos se daban cuenta del dolor.

Morgan levantó la cabeza y observó a todos y luego a su mami.

Acarició la cara de Prince y le sonrió.

-Mami, ¿ellos son mis padres? -Al parecer Morgan ha oído y más o menos entendido poco de lo mucho que han gritado.

Diana asintió. Steve Rogers y su manada sintieron una ola de tranquilidad al oír la voz angelical de Morgan.

-¿Puedo ir con ellos?

-Si te vas, con ellos, ¿ya no me querrás? -Replicó con temor Prince.

Morgan se lo pensó unos segundos.

-Te quiero mil y eso es mucho -negoció la señorita.

Tony sonrió, sabiendo que pronto podría oir tales palabras directas a él.

Se le encogió el pecho, y lo decidió y se fue, de un salto abrió un orificio en el techo, Steve tuvo que apartar a Mary, para que no cayeran escombros sobre ella, y fue así comi se llevó más de tres capaz de techo, cuando desapareció.

Y entonces Tony llamó a su armadura, Clark se quitó los lentes y ambos hombres salieron por la espontánea salida de Morgan.

Ambos hombres dispuestos a no pelear, pero uno, persistente a no permitir que lo alejen de su hija, iba a pelear, con o sin fuerzas pero iba a darlo todo por ella.

Diana se detuvo, y bajo hasta el jardín de la mansión, Tony al ser avisado por la IA regresó y Clark con el super oido estuvo enterado.

La princesa estaba de cunclillas a la altura de Morgan, tenía sus manos agarradas y le sonreía, todos salieron a ver lo que había pasado, y Steve T. Con todo el derecho se acercó a sus chicas.

-No llores mami. -Pidió Morgan.

Diana sonrió.

-Tengo que llorar, porque estoy feliz, y es una manera de desahogarse.

-¿Feliz mami?

-Sí. Tú serás feliz con tu familia, y yo seré feliz por unirte a ella, aunque renuncie a ti, no dejare de quererte -beso las manitas -Steve Rogers y Tony son tus padres, yo fui y seré una persona que cuidó de ti porque ellos no pudieron y no porque no te quieran, sino porque debían protegerte, me diste los mejores cinco años de mi vida, estoy tan orgullosa de que hayas pisado la isla, de que hayas conocido a mi madre y de que me  hayas elegido, ojalá todo fuera distinto pero no puedo cambiar las cosas, porque si cambiará todo, no serías tú y yo te amo a ti, por ser quien eres mi dulce ángel, Tony estará agradecido conmigo pero yo lo estaré más porque me dio una niña maravillosa-entre lágrimas decía Diana y beso más las manitas, eso a Morgan la puso triste, Tony lo supo -mami tiene que regresar, tiene que alejarse por un tiempo, no me extrañes y diviertete mi dulce niña, que el mundo tiene cosas increíbles para ofrecerte.

Diana abrazó a Morgan y se abstuvo de seguir llorando, acarició las hebras castañas y beso la frente de la niña, la niña beso la nariz de su madre y le susurró que la quería, su madre se iba pero sabía que quería estar con aquellas personas que apenas conocía, no querría menos a su madre pero el amor por esos dos señores crecía a cada segundo, aun cuando los conoce muy poco.

Steve la ayudó a levantarse y retomó él la postura y agarro los hombros pequeños de la bebé.

-Papi, ¿también te vas?

Trevor asintió.

-Sí, pero voy a estar contigo aquí -tocó su corazón- escucha mi Morgan, yo te voy a querer una vida entera y más allá, tienes unos padres increíbles, y dulces que harían lo que fuera por ti, y luego estamos nosotros, que te amamos con cada fibra de nuestro ser, me enseñaste a ser padre y conocer por segunda vez lo que es el amor, yo voy a estar para ti siempre que quieras y daría lo que fuera por que estuvieras en mi vida siempre, pero también daría lo que fuera por verte contenta y si para eso debo renunciar a ti, debo hacerlo, mi pequeña genio, también voy a irme con mamá un tiempo, y si cuando haya vuelto ya nos ha olvidado, prometo visitarte seguido, te amo, y voy hacerlo cada día de mi vida.

Un último abrazó lo rompió en mil pedazos beso las hebras de la niña y ella le dijo cuanto lo quería, Morgan estaba agonizando pues quería estar con ambas familias pero más era su anhelo de estar con la verdadera.

Agarró a la niña y sujeto a Diana de la mano. Fueron hasta donde estaba Steve y Tony.

Steve se la pasó a su compañero de nombre, y este al fin estuvo en paz. Abrazó con fuerza a Morgan y le agradeció.

-No es necesario dar las gracias, ni decirnos que podemos visitarla, no quiero que la dividan ni dividan su corazón es muy buena, nos iremos y volveremos hasta que ella nos olvide. Confía en ustedes, es inteligente y juguetona, y aveces traviesa, no es mala niña....

Tony observó a Diana después de lo que dijo Trevor.

-Lo siento. A ella le gustan las trenzas en el cabello pero más le gusta andarlo suelto y le gusta la naturaleza y curiosear. -Añadió y se giró para no ver una última vez a su hija.

La Muerte De Mi BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora