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Maria saltó nuevamente, entonces Hill, un poco contrariada por la situación, decidió llevársela a una de las habitaciones adjuntas para platicar con ella, era su madrina y su deber era explicarle las cosas.

Mary que no se despegaba de Morgan, estaba oliendo y oliendo a su hermana.

-Hueles a café, a papá le encanta el café, oh Morgan, que lindo nombre, papá tiene buenas elecciónes, Peter dónde la hayaste? ¿Vino en una nave espacial? Debe ser lógico no podría bajar caminando de arriba.

Todos los niños formaron una rueda y observaron a Morgan y aplaudieron felices por sus amigos.

-Mary... -Inició Peter pero Potts lo irrumpió.

-Mary cariño la tía Hill quiere hablar contigo, ponte de pie y siguela -Pepper le limpió la carita y la envió a la habitación adjunta.

Mary le prometió a Morgan volver y la lleno de besos y le paso el peluche de Capitán América que su pops le obsequió, estaba algo viejito pero funcionaba para morderlo.

Las dos se sentaron en el piso a los lados de una mesa de cristal que tenía un tablero de ajedrez.

Maria H. Suspiró, no estaba lista para ser quien le rompiera el corazón a su ahijada.

-Tía Hill, dime lo que vas a decir, porque no quiero perder tiempo con Morgan, debo regresar y amarrarla con un lazo a las correas de mis vaqueros.

Hill fruncio el ceño.

-¿Amarrarla? -Replicó casi al borde de reirse.

-¡Sí! -Exclamó Mary poniendo sus manos en la mesita -para que ya no se vaya, estará en donde yo este, voy a vigilar cada paso que quiera dar, aunque no creo que camine.

Hill miró al techo y suspiró nuevamente.

-Mary, la bebé no es la hija de tus padres, la bebé es hija de la Diana, aquella mujer guapa que es madrina de Damián, ¿la recuerdas?

Mary asintió con el rostro enojado.

-¡Sí es ella, ella es, yo sé que es ella, la reconozco! -Gritó enfadada la niña y ofendida.

-No cariño, ella es una bebé ajena, no es la de ustedes, tu hermanita sigue en el cielo, y se quedará...

-¡No! -Negó la preciosa rubia de los Stark-Rogers -Morgan es mi hermanita ella es, yo se que sí, la siento, siento lo mismo que ella, alegría tristeza y la necesito porque ella a mi igual, yo la reconozco se ríe como cuando lo hacía en el estómago de papi y me atrae de la misma forma...

Mary rompió en llanto y rápido su cara se puso roja, la viva imagen de Steve se veía en ella, y era como ver llorar al Capitán América.

Hill se levantó de su lugar y cargó a la pequeña mientras, Mary lloraba y llenaba su traje de lágrimas, no iba aceptar una negativa, ella sabía que tenía la razón pero nadie le creía.

-Es mía, es mía -sollozo la nena.

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Después de Pepper aclarar de quien era la bebé. Envió a los niños a la sala de juntas para que vieran una película y olvidarán el alboroto.

Pepper miró a Morgan, casi a medio dormirse. 《Morgan, Morgan》 Repitió 《Que lindo nombre, como el de mi ahijada》

Pepper puso a la niña en el sillón y comenzó a dormirla, dando palmadas en las pompis y sobando su cabeza. Cinco minutos después, plácidamente dormía la bebé.

La ojiazul recibió una llamada de la oficina, esperaba no despertar a Morgan pero no podía fiarse, por la entrada vio a Harley pasar, con una bolsa de dulces, que probablemente tomó a escondidas, ella en susurros fuertes lo llamó y el rubio obedeció y entró.

La Muerte De Mi BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora