Bruce B. Clint, Natasha, Steve, más tres polizones, iban en aquel jet, directo a Gótica. Estaban sudando de las manos, y casi temblando, y hasta rezando.
Como hace cinco años, Tony se había largado sin esperar a nadie, llamó a su traje y salió por la ventana.
No perdía la localización. La adjunto al tablero del jet y a su pantalla y podía ver los puntos. Seguían ahí, estaban tres puntos que le indicaban que estaban ahí. Steve y Tony no dejaban de ver el punto rojo, el punto que indicaba que Morgan permanecía ahí.
-¡Sí, sí, sí! -Exclamó Maria contenta, al fin su hermana regresaba.
-Apuesto quw tiene los ojos de papá.
Harley se le quedó viendo a Peter.
-¿Eres estúpido? La conociste, y el poco pelo que tenía era castaño, y tenía los ojos de papá.
-Bueno uno puede cambiar.
-Sí eso pasará dejarías de ser tonto -desafío Harley.
En el fondo se sentía feliz, estaba imaginando los miles de escenarios con su hermanita, esa Morgan que hace años conoció.
Tenía todavía presente aquellas mejillas regordetas y los brazos gordos y lo rechoncho de su cara. Si él hubiese sabido que en realidad ella era su hermana, jamás la hubiera soltado y la hubiera tratado mejor, no se hubiera hecho el difícil y ni siquiera hubiese intentado no cargarla.
Steve veía aquel reloj que tenía la foto de Tony, Peter, Harley, y Mary, y estaba pensando que en cuanto tuvieran a Morgan, después de darle mimos y demás le pediría a Bucky que los fotografiarse para tener a su Morgan ahí, en su reloj favorito, el que llevaba a cada misión.
Sus manos estaban picando por cargarla, sabía que ya no era un bebé pero debía ser una niña de la estatura de María o tal vez sacó la estatura de Tony, cosa que no quiere mencionar porque no quiere dormir en el sofá.
Peter ya veía la cara de Wade cuando le anunciarán que Morgan había vuelto, ese loco como muchos lo llamaban fue el que calmaba a Peter y lo empujaba hacía delante, la verdad que desde que se conocieron, han sido uno para el otro, Peter se enamoró de forma profunda de Wade por ser alguien tan fácil de conocer pero difícil de predecir, no importa lo que el crea que pase, siempre pasa algo distinto pero Wade jamás cambia el amor que siente por Peter, porque en realidad para él, Peter es toda su vida.
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Morgan estaba detrás de las piernas de Diana, no se veía mucho, ya no era una niña gordita como lo fue de bebé, era delgadita pero con un poco de pansita y pequeña, adorable de las mejillas y de los ojos.
Dick, y Jason la observaban, era idéntica al señor Stark y a Peter, pero se notaba la inocencia y dulzura, esa misma del Capitán Rogers. Porque sí, los cachorros de Bruce y Clark estaban enterados.
Bruce sabía que Stark estaba llegando, sabía perfectamente de todo lo que Stark instaló en el mundo para localizar el primer movimiento visible del matrimonio.
-Diana, hay algo que tenemos que hablar. -Le dijo Bruce.
-¿Qué sucede? -Replicó la castaña de pie, cerca de la ventana.
-Cuando te fuiste, hubo un descubrimiento, uno grande.
-¿Descubrieron la cura de alguna enfermedad? -Con inocencia preguntó Diana.
-Bueno... No, pero ese descubrimiento es grande, para el mundo de Steve Rogers y Tony Stark. -Respondió Clark.
-¿De qué rayos hablan? -Con temor Trevor indagó.
Bruce humedecio sus labios y suspiro, estaba apunto de romper una familia, y precisamente podría haber un caos pero quería él hablar con ellos, para evitar algo fuerte.
-Morgan, no es tu hija, se que no es su hija biológica, ¿no es así?
Steve observó a Diana, y sin pensarlo dijo la verdad.
-No, no es biológica pero es nuestra, la amamos, como si lo fuera -No les dio temor hablar eso delante de la niña, pues ella no prestaba atención a cosas que no comprendía.
-Alguien o varios mas la aman, y ellos son sus padres biológicos.
-¿Qué? -Diana fruncio el ceño. -Nosotros adoptamos a la niña porque la abandonaron, a su suerte en un orfanato, si alguien la reclama no conseguirá tenerla, ¡es mía! Por lo legal y por todo, la amo, Bruce, Steve la ama, ella nos ama.
-Lo sé lo sé, pero no fue abandonada por sus padres Diana, sus padres son...
-¡Déjame pasar alfred! -Un imponente Tony Stark apareció con una armadura.
Salió de ella y enseguida el olor a café se acumuló en su olfato. Y el instinto omega fuerte detecto a otra omega pequeña, una cahorrilla confundida pero sin miedo.
Arrugo la nariz como un sabueso y enseguida empezó a buscar ese aroma, hasta que lo encontró. El aroma maternal se combinó con el aroma a café. Sus ojos se conectaron, y detectó por primera vez el rostro precioso de una niña castaña con ojos marrones casi como el chocolate que Steve prepara. Se quedó quieto admirando a la criatura.
Ese instinto maternal abrazo el instinto protector que Morgan tenía, dándole confianza y conectando un lazo que solo los dos entendían. Estaban estáticos, padre e hija.
Poquito a poquito la niña salió por detrás de su mamá. Y se puso de pie frente a Tony a una distancia de diez o doce pies. Él sonrió y respiró, por primera vez respiró con tranquilidad.
Morgan por su parte, arrojó su instinto, deseando acercase a ese hombre, que la envolvía un aroma bastante placentero y seguro.
Estaba impactado, su muchachita es una preciosa omega, supo enseguida su casta, supo enseguida que era ella, se sintieron a los lejos, sonriendo una poderosa atracción por la sangre y el corazón.
Los ojos de ambos se conocían, se conocían y las mejillas por igual, rápidamente ambos sintieron la necesidad de unirse en un abrazo y de frotar las mejillas una con la otra.
Tony, Tony quería llorar y correr para cubrirla con sus brazos, oler su cabello y cargarla con orgullo, decirle que la ama y que la ha amado toda su vida y que jamás la olvidó.
Morgan dibujo una sonrisa de ángel. Y eso fue todo para que Stark avanzará.
-Morgan, mi Morgan -susurró Tony y se tiró al piso.
Fue extraño porque él extendió los brazos y aquella niña volvió a sonreír y corrió con Tony. Y fue más fuerte el lazo.
Morgan puso su cabecita en el cuello y aspiró lo que pudo, conectaron sus aromas y se formo un olor de felicidad en el aire.
Luego Tony lloraba, y Morgan levantó su carita y acercó sus mejillas a las de su padre, su verdero padre, después de frotar sus mejillas se abrazaron más fuerte, su sangre se reconoció, la nena no sabía lo que pasaba pero sabía que ese hombre que antes una armadura extraña, era alguien especial y que debían estar juntos.
Sabía que se conocían, que se pertenecían y se amaban, porque él la trajo a la vida, y ella le dio más vida de la que ya tenía.
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La Muerte De Mi Bebé
Fiksi PenggemarNo hay más dolor, para el matrimonio Stony que perder un bebé, después de la tormenta sale el sol pero aún cuando no tengas esperanzas, ella regresará a sus brazos. Inicio triste, final inesperado pero con un final feliz. Prohibido copiar o adaptar...