Los Ehlyf creyeron que la magia protegería Ehlyfgar pero se equivocaron. La magia será su destrucción.
Dos grandes imperios en una guerra de más de 500 años. Una nueva potencia que aspira a controlar el mundo. Civilizaciones enteras a punto de ser...
El ocaso había llegado al reino de Hawnaco. El sol teñía de rojo el cielo y el fuego cubría de llamas el palacio. En el suelo yacían los cadáveres de aquellos caídos esa tarde y la sangre escurría como agua de lluvia por las zanjas. Finalmente había acabado la batalla.
¿Cómo comenzó todo? ¿Qué desencadenó esta tragedia? ¿En qué momento las cosas llegaron al punto de no retorno?
Quién sabe... quizás fue cuando una joven capaz de controlar los vientos se infiltró en el palacio de Hawnaco, o cuando una implacable guerrera fue enviada desde un poderoso reino para perseguirla. Quizás todo comenzó mucho antes, quinientos años atrás con el inicio de la gran guerra o miles de años atrás con el origen de la magia.
Pero si hay algo seguro es que de una forma u otra la guerra llegó al insignificante y aparentemente tranquilo reino de Hawnaco, y provocó el encuentro de ciertas personas que, sin pretenderlo, están destinados a decidir el futuro de este mundo.
Esta no es la historia de un reino, y mucho menos de sus habitantes. Esto es mucho más que solo una pequeña porción de tierra que defender o una vida que preservar. Aquí no hay bandos buenos ni malos; mucho menos héroes y villanos. Las historia aquí contada no tiene principio, ni fin. Esta historia tiene vida propia, es eterna y sobre todo muy poderosa. Es Ehlyfgar, y esta la leyenda de su último viento.
¿Por qué?
Pues solo puedo decirte que esta es una batalla y aquí, estamos en guerra.
