* Prefacio *

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Día del Aniversario de Coronación.

—La soledad, la oscuridad y el silencio son las más crueles torturas. Disfrútalas, pues no te mataré. Al menos no todavía. Quiero tener el placer de verte a la cara... te destruiré y serán mis ojos lo último que veas.

El silencio era una cortada profunda hecha con una hoja de buen filo. Iba dejando finas hebras de sangre en su mente que desangraban lentamente su conciencia. Era una muerte lenta y tortuosa. La oscuridad, todo lo contrario. Mientras que el silencio dejaba una herida limpia y metódica, la oscuridad destrozaba cada parte de su mente hasta desgarrarla. Era una muerte rápida y frenética.

¡Oh pero la soledad!... la soledad era el camino seguro a la locura. Causaba mucho más dolor que ser desangrada o desgarrada hasta morir. La soledad no mataba a sus víctimas; prefería dejarlas vivir en la agonía eterna. Era un vacío incapaz de llenarse. Era vivir por siempre en el último suspiro. Había días que venía como una oleada de calor y quemaba su piel, sus huesos y hasta su alma. Otros, era la más fría de las tormentas congelándolo todo: sus sentidos, su sangre, su esencia.

La soledad era el más cruel de sus verdugos.

¿Y cuántos días no habían pasado ya? ¿Cuántas veces no había sido invierno y luego verano? ¿Cuántos días había despertado estando completamente sola?

Aquella celda putrefacta se había convertido en su mundo. Ella era solo un poco más de la mugre que cubría el suelo. Viviendo en cuatro paredes tan reducidas que apenas podía moverse. Sin una pequeña hendija por la que se colara al menos el tenue resplandor de una vela a punto de consumirse. Incapaz de oír algo más que su propia respiración y el latido de su corazón. Se hubiera conformado hasta con escuchar el musitar de las ratas, pero no, ni ratas habían para hacerle compañía.

Había estado sola y quién sabe por cuanto tiempo. Desde aquel día. Aquel fatídico día. El día en que la atraparon. Todo quedo atrás desde entonces. La Luz con la que el sol teñía de rojo los atardeceres en el campo de entrenamiento. Las grandes murallas entre las que había vivido tantas primeras experiencias. El palacio. El plan. Él. Ella.

¿Se arrepentía?

No. Ni en lo más mínimo. Si pudiera volver en el tiempo estaba segura de tomar la misma decisión. Estaba en paz con su destino. Lo aceptaba. Nadie vendría a buscarla. No había perdido las esperanzas pero tampoco se aferraba a ellas. Su misión era simplemente existir. Sobrevivir. Esperar la muerte.

Así lo había decidido, hasta que:

—No puedes estar aquí. ¿Quién anda ahí?— era una voz. Una maldita voz. Había olvidado incluso lo que era escuchar una voz diferente a la suya.

—¿Quién demonios eres?— volvió a escuchar. Tal vez era un guardia el que hablaba. No se oía lejos pero tampoco cerca. La verdad, ella estaba demasiado trastornada y su sentido de la percepción se había arruinado por completo.

—Un paso más y perderás la cabeza. ¿Me oyes?— la voz parecía mucho más asustada que imponente. Si su objetivo era amenazar, estaba haciendo un pésimo trabajo. ¿Pero a qué temía? Le hubiera gustado poder escuchar con más agudeza. Percibir alguna señal que le diera una pista de la situación. Aunque se conformaba con aquella voz entrecortada para disminuir su locura.

—Estos calabozos son parte del palacio de Hawnaco. Nadie entra aquí sin permiso. Mucho menos a esa celda. Lo que sea que hay ahí dentro es altamente peligroso. ¡Retírese!

Era muy obvio que el aislamiento había hecho estragos en su mente, pero no necesitaba estar en plenas facultades para saber que estaban hablando de ella y porque. La pregunta que verdaderamente le inquietaba era ¿quién?. ¿Quién podría estar interesado en su suerte? Así qué pegó más la oreja a la fría pared de la celda y mientras los recuerdos comenzaron a invadirla y decenas de rostros y nombres vinieron a su mente, la curiosidad comenzó a regresarla lentamente la cordura.

Lo siguiente que escuchó fue un estruendo. Algo había estallado en miles de pedazos y resonaba al golpear el piso y las paredes exteriores. Podrían ser trocitos de hierros o quizás cristales. Luego la voz volvió, pero esta vez era casi imperceptible. Era un balbuceo. Se sentía el miedo brotar de cada palabra incoherente y mal pronunciada.

—Yo... yo... y... niii... llaaaee... noo— la voz seguía soltando incoherencias y no podía entender ni una palabra.

Una situación desconocida y posiblemente peligrosa se desarrollaba a fuera de su celda. Pero ella se encontraba ida de la realidad; con sus sentidos adormecidos y su cabeza en las nubes luego de perder la noción del tiempo que llevaba pudriéndose en aquella celda. Todo lo que sucedía bien podía ser parte de su imaginación. ¿O quizás lo era?

Entonces llegó el silencio nuevamente. La voz se calló. Si aquello era un delirio más, esta era la prueba. La calma volvió a conquistar aquel lugar. Ya estaba convencida de habérselo imaginado todo cuando lo sintió. Era una esencia conocida. Era una presencia poderosa. Estaban separados por una gruesa puerta de hierro e incapaces de verse; pero aun así podía percibir su magia, su fuerza e incluso su maldad. Se cuestionó mentalmente si debía sentir alivio o miedo. No supo cuanto tiempo transcurrió mientras meditaba sus opciones hasta que lo escuchó:

—Sabes— hizo una pausa. ¡Aquella voz! Aquella voz confirmaba sus sospechas— Hoy es el aniversario de coronación. Las cosas se van a poner interesantes por aquí. Habrá una batalla y estoy seguro de que querrás participar.— volvió a hacer una pausa y se sintió un resoplido, como si estuviera preguntándose a sí mismo antes que a ella. Y como en efecto.— ¿Debería dejarte salir para que te unas a la pelea? O... ¿Simplemente matarte ya?

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Nota de autora

"Solo puedo decirte que esta es una batalla y aquí, estamos en guerra."

En solo tres días estaré subiendo el primer capítulo.

No quiero hacerlos esperar, porque aunque me esmeré mucho con

la sipnosis y el prefacio, se que es muy difícil enganchar a los

lectores con solo esto. (Aunque admitan que misterio sí que hay ¿eh?)

Bueno no se qué teorías pueden hacer con este prefacio.

Pero si tienen algunas ideas sobre como va a ser esta trama,

Déjenmela en los comentario. Quiero ver que tan predecible soy. (jajaja)

Un guiño pensativo,

Criaturas Ehlyfgteas.

Anh Lu 

Anh Lu 

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