10-DESAYUNO

361 30 2
                                        

Dai ya tenia preparado el desayuno, se sentía un poco nervioso por lo que paso la noche anterior nunca se espero que uno de ellos lo atacara tan pronto, toco su cuello con cierto desagrado aun podía sentir la respiración de aquel hombre enfermo inhalando su olor como si fuese una droga, dejo el desayuno ya preparado para después ir a ver a su señor

- buenos días Zeno sama - sonrió ocultando sus nervios

Zeno sama ya estaba despierto, estaba sentado en la cama mirando a su sacerdote

- Dai ¿donde estabas anoche? -pregunto de una forma u. Tanto agresiva- ¿acaso alguno de ellos te hizo algo? -esta ves se escuchaba preocupado

Dai suspiro para disimular los nervios, supuso que no era momento de decirle algo como eso a Zeno sama aun sin tener realmente una prueba

- estaba en la cocina y después fui al patio -se acerco sonriéndole

Zeno sabia que su sacerdote estaba nervioso y trataba de ocultarlo, lo conocía lo suficiente para saberlo, no podía permitir que alguno de esos reyes tocara a Dai, era solo suyo y de nadie mas, no permitiría que nadie mas que el tuviera el privilegio de tener la atención de Dai, tomo el brazo del ángel y lo jalo haciendo que callera en la cama

- ¿señor? -pregunto un poco sorprendido por tal acción

Zeno sama bajo un poco el traje de Dai en la zona del cuello, reviso que no tuviera marcas de ningún tipo por suerte no encontró nada pero eso no quitaba el que podrían haberle hecho algo

- ¿que te hicieron para que estés nervioso? -pregunto con una mirada sombría que atemorizo a Dai

Dai solo suspiro aveces la cosas no salían como quería

- no fue nada, el rey del multiverso 3 olfateo mi cuello -respondió un poco avergonzado- lo empuje por que me sentí incomodo, el me dijo que recibiría un castigo, la verdad es que no creo que empujarlo sea un falta tan grabe -opino  para después ponerse de pie y acomodarse el traje

- ya veo, no te preocupes Dai, no me atrevería a lastimarte como esos bárbaros -trato de mantener a su Daishinkan seguro de que no recibiría un castigo - ayer escuche un grito no pude saber si era tuyo o de algún otro ángel, cuando no te vi en la habitación me asuste -comenzó a hacer un puchero amenazando con llorar

Dai se acerco rápido a su señor para abrazarlo y así calmarlo, por alguna razón nunca le gusto verlo llorar

- ¿me cree tan débil como para que yo permita que me lastimen?-pregunto apegándolo a su cuerpo en forma de consuelo como un padre haría con su hijo

- no eres débil pero si eres muy obediente pensé que si uno de ellos te ordenara que hicieras algo como eso en mi nombre si lo harías -se apego a el soltando algunas lagrimas

- yo nunca haría eso, las ordenes tienen que salir de su boca no de alguien mas -sonrió un poco sonrojado por lo embarazosa que le resultaba la situación

Ese momento se sintió incomodo para Dai, se sentía avergonzado pero no sabia por que se sentía nervioso quizá muy en el fondo temía que su señor llegase a obligarlo a un acto tan impuro como ese justo como otra persona lo obligo tiempo atrás, eventualmente se separaron un rato después, Dai puso en la cama un traje elegante pero a la ves infantil

SIEMPRE A SU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora