Capítulo Doce

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Seungmin recibió la nota que le escribió Chan en su habitación

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Seungmin recibió la nota que le escribió Chan en su habitación. La tomó entre sus dedos para leerla y una gran sonrisa afloró en su rostro.

"Nos vemos en el lago"

Seungmin se preparó para salir. Haciendo lo mismo de siempre. Avisándole a Jeongin que saldría antes de cerrar su puerta con seguro y bajar cuidadosamente por su terraza, evitando el bosque de espinas.

Con cautela de no ser atrapado, entró al bosque y por primera vez en años, el Omega no buscó sus armas para mantenerse seguro. Chan ya no le daba miedo y además, sabia que él lo protegería si fuera necesario.

Seungmin caminó con la capucha puesta y se la quitó cuando llegó al borde del lago, topándose con Chan.

Le sonrió y el Alfa le correspondió el gesto. Luego, el rubio corrió a sus brazos y lo abrazó con fuerza, ocultando su rostro en su pecho

-- Ho-hola – susurró el rubio.

Chan tomó su mentón suavemente para hacerlo mirar: --. Extrañaba ver tu lindo rostro y tu sonrisa.

Seungmin mordió sus labios: –-. Yo también te extrañé -– el rubio se acercó con mas confianza y besó su mejilla.

Chan le correspondió el beso en la comisura de sus labios, sacandole un suspiro a Seungmin.

Ambos se dirigieron tiernas miradas, hasta que Chan le enseñó un pequeño bote a Seungmin, donde irían hasta el centro del lago a admirar la luna y las estrellas.

El azabache se sentó en el suelo del bote y Seungmin lo imitó, abrazando sus piernas con un brazo mientras que con la otra, tocaba el agua con sus dedos. Chan rodeó su hombro con un brazo para estar cerca de él y Seungmin se acercó a él aun más, recostando su cabeza en su hombro.

-- Amo esto. Es muy lindo –- susurró Seungmin, dirigiendo su mirada hacia Chan, sonriendo al ver el brillo en sus grandes y tiernos ojos

-- Como tú –- sonrió Chan, haciendo contacto visual con él.

Seungmin se sonrojó, apartando su mirada.

Ambos suspiraron al mismo tiempo.

-- No es por ser pesimista, pero temo que Wooyoung me gané mañana en el duelo de espadas -– comentó Chan

Seungmin acarició su pierna: –- ¿Sabias que mañana no te enfrentas a Wooyoung?

Chan ladeó su cabeza: -– ¿Ah no?

Seungmin negó: –-. Te enfrentas a uno de nuestros mejores caballeros. Si uno de ustedes dos le gana, entonces tomarán mi mano...

-- Ahora si estoy algo preocupado -- Chan rió nervioso.

Seungmin besó su mandíbula: –-. Lo harás bien, sé que lo harás

–- ¿Enserio lo crees? –- Chan se volteó un poco hacia él, mordiendo sus labios.

Seungmin lo imitó y asintió con una sonrisa: --. Eres más increíble que cualquier otro príncipe o caballero.

Chan acarició su cabello sin quitarle los ojos de encima, notando cómo Seungmin ya no se contraía asustado ante sus toques.

–- Si te soy sincero, estoy algo nervioso, pero lo daré todo mañana y en dos días estaré contigo en el altar...

-- Demuéstrale al pueblo que eres digno de ser el Rey de Yagakima y demuéstrame que eres digno de ser mi Alfa –- susurró Seungmin contra sus labios al tenerlos cada vez más cerca

-- Lo haré -– contestó Chan –-. No me rendiré aun si mis brazos fallan, lo prometo.

Seungmin sonrió: –-. Lo prometiste.

Ambas narices se rozaron, Chan dio el primer paso y cuando notó que Seungmin no se negaba, siguió besándolo.

El rubio sonrió en medio del beso, amando la forma en que sus labios eran acariciados por los de Chan de una manera sensual y suave que lo hacia llevar hasta la misma luna.

Seungmin se acercó más con Chan, sentándose en su regazo para poder sentirlo y tenerlo más cerca, con sus manos tomando su cintura mientras sus lenguas jugaban entre si.

El rubio enterró sus manos en el cabello de Chan mientras deliraba y se hundía de placer por solo las caricias del Alfa.

El azabache separó sus labios de los de Seungmin y unió sus frentes, pasando una mano por el pecho del rubio sobre su ropa, haciendo que el contrario gimiera necesitado de más contacto, provocando el Omega en Seungmin.

Su mano llegó hasta el pañuelo que cubría el cuello de Seungmin: --. Tu cuello va a ser mío muy pronto -- susurró Chan contra sus labios.

El rubio mordió sus labios: –-. Ya es todo tuyo -- luego sonrió --, pero esperemos luego de la boda

-- Por supuesto -- contestó Chan antes de seguir con el húmedo beso, sonriendo contra sus labios.

-- Por supuesto -- contestó Chan antes de seguir con el húmedo beso, sonriendo contra sus labios

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My King  (ChanMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora