1. Comienzo

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Allí estaba yo, sola en el Callejón Diagon, esperando el inicio de mi primer año en Hogwarts... y a mi padre. A pesar de tener 16 años, jamás supe que era una bruja hasta este año. Mi madre muggle —creo que así les dicen a las personas sin magia— me ocultó la verdad todo este tiempo, incluyendo que mi padre es un mago y... un hombre lobo. Él me escribió cuando se enteró de la desaparición de mi madre, quien resulta ser una mortífaga. En su carta, me explicó que había hablado con el director de Hogwarts para que me aceptaran directamente en quinto año, no en primero.

Los minutos pasaban y yo seguía mirando a todos lados, buscando aquella cara que debía reconocer entre tantos desconocidos. Aunque, para ser sincera, esa "cara familiar" era un completo desconocido para mí. Dispuesta a seguir a un niño de primer año e imitar sus acciones, alguien carraspeó detrás de mí.

—Espero que no me hayas esperado mucho tiempo, ____ —al darme vuelta, vi a Remus Lupin, y junto a él estaba Nymphadora Tonks.

¿Cómo sé quién es ella? Bueno, Remus la mencionó en su carta... y tal vez investigué un poco cuando me enteré de nuestro vínculo sanguíneo.

—No, acabo de llegar —mentí, claramente.

—Me alegra oír eso —sonrió Tonks—. ¿Ya fuiste a Ollivanders por tu varita?

Negué con la cabeza.

—Bueno, ya sabemos por dónde empezar...

Por sus caras, y seguramente la mía, se notaba a kilómetros lo incómodos que estábamos. Al menos yo lo estaba.

—¡Mira, Remus, allí están Molly y Arthur! —exclamó Tonks emocionada.

—Ven, ____, vamos a saludarlos.

Asentí y los seguí.

—Oh, Remus, ¿qué haces por aquí? —preguntó una mujer pelirroja mientras abrazaba a Remus y luego a Tonks.

—Vine a comprar los materiales para... —Remus me miró, claramente dudando cómo presentarme.

Aproveché la pausa para dar un paso al frente y extender la mano.

—Soy ____, hija de Remus.

Molly, o al menos creo que así se llama, me observó de arriba abajo y luego sonrió.

—¡Encantada de conocerte, ____! —me abrazó con entusiasmo.

—¡Encantado de conocerte, señorita! —dijo el hombre a su lado estrechando mi mano—. Estoy seguro de que te llevarás bien con Ron y Ginny cuando los conozcas.

—¿De quién seré amiga? —apareció una chica de más o menos mi edad.

—Ginny, querida, ella es ____ —sonrió Molly—. ____, ella es Ginny, mi hija.

¿Esta señora jamás dejará de sonreír?

—Un placer, Ginny —dije, forzando una sonrisa.

—Igualmente, ____ —me devolvió la sonrisa—. Espero que nos llevemos muy bien y no sólo porque te guste mi hermano o porque soy amiga del elegido...

¿Hermano? ¿El elegido? Dios, realmente no sé nada del mundo mágico. Ni siquiera sé qué tan bueno es decir que mi madre es una mortífaga.

—¡Ginny! No digas tonterías —rió Molly, aunque su risa sonó un poco falsa.

A lo lejos se escuchó un estruendo y varios gritos.

—Tenemos que dejarlos, Fred y George están haciendo desmadre en Madam Malkin otra vez —Ginny suspiró.

Arthur y Molly intercambiaron miradas y salieron casi corriendo hacia la tienda de túnicas.

—¿Dónde nos quedamos? —preguntó Remus.

Amigos, pero algo más -Ron Weasley-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora