____ y sus amigos de Gryffindor se encontraron en el Gran Comedor durante el desayuno. La conversación animada giraba en torno a los planes para el día.
Decidieron aventurarse a los apacibles alrededores del Lago Negro, donde la serenidad del agua y el paisaje boscoso prometían un día relajante.
Mientras caminaban hacia el lago, ____ y Ron quedaron un poco rezagados, y la atmósfera tranquila les brindó un momento de privacidad. A pesar de la conversación animada a su alrededor, un silencio incómodo parecía envolverlos. Finalmente, Ron decidió abordar el tema que había estado rondándole desde la noche anterior.
-Oye, sobre lo que pasó anoche... -comenzó Ron, con una mirada preocupada en su rostro.
____ lo miró con curiosidad y un toque de aprehensión en sus ojos-. ¿A qué te refieres? -preguntó con cautela.
-El beso... -murmuró Ron, sin mirarla directamente- Sé que fue... inesperado, pero no debería haber ocurrido. No quiero que afecte nuestra amistad, ____.
El corazón de ____ se hundió al escuchar esas palabras. Había esperado que el beso fuera el inicio de algo especial entre ellos, pero Ron estaba dejando claro que había sido un momento pasajero. La decepción se reflejó en su rostro mientras asimilaba sus palabras.
-Oh, entiendo... -respondió ____ luchando por ocultar su desilusión. La idea de que lo que había compartido con Ron no significaba lo mismo para él la hería profundamente.
Ron, sintiendo la pesadez de la conversación, la miró con tristeza y añadió: -No quiero que pienses que no valoro nuestra amistad, _____. Eres una de las personas más importantes en mi vida, y no quiero que nada cambie eso.
____ asintió, tratando de mantener una sonrisa forzada. Sabía que Ron tenía razón en cuanto a la importancia de su amistad, pero eso no hacía que el dolor de la realidad fuera menos agudo. El silencio entre ellos se hizo aún más denso mientras continuaban su camino hacia el lago, con el peso de lo que no se había dicho colgando en el aire.
-¡Hey! -exclamó Fred, alzando la voz para llamar la atención de todos-. ¡El último en llegar se convierte en duende!
Como si fuera un reto personal, los demás estudiantes se lanzaron a correr, y, para su mala suerte, ____ que se encontraba perdida en sus pensamientos, fue la última en llegar.
-Oh, vamos, ____, ¡ponle emoción a la vida! -instó Harry con una sonrisa-. ¿Qué te sucede?
-Nada, solo que... -____ miró a Ron y tragó saliva con nerviosismo- recibí una carta de mi madre.
-¡¿Qué?! -todos exclamaron al unísono, demostrando su sorpresa.
-Em, sí.
-¿Y qué decía la carta? -preguntó Hermione con interés.
-Bueno, decía que lamentaba haberme dejado sola con mi padre y, sobre todo, que me enterara de que era una bruja porque ella tenía que marcharse.
Todo era una completa farsa, y todo eso solo para proteger el secreto que compartía con el queridísimo Ron Weasley.
Mientras ____ relataba la ficticia carta de su madre, Ron le lanzó una mirada de agradecimiento, agradecido por la manera en que ella había cambiado de tema. Era obvio que su conversación anterior había herido a ____ más de lo que esperaba.
Las risas y charlas animadas del grupo de amigos continuaron mientras se dirigían al Lago Negro. Los rayos del sol se filtraban a través de las hojas de los árboles, creando patrones de luz y sombra en el camino. El día se estaba volviendo cálido, y el lago se extendía ante ellos, sereno y oscuro, reflejando el cielo despejado.
Decidieron extender unas mantas en la orilla del lago, donde los chicos comenzaron a lanzar piedras al agua, compitiendo para ver quién podía hacer el salto más largo. Mientras tanto, Hermione sacó un libro y se instaló en un rincón tranquilo, absorta en sus lecturas, como de costumbre. ____ se unió a ella, buscando una distracción en las páginas del libro, pero su mente seguía regresando a la conversación con Ron.
A medida que avanzaba la tarde, el grupo decidió hacer un picnic improvisado con los bocadillos y las bebidas que habían traído. Mientras compartían comida y bebida, el ambiente se volvió cada vez más animado. Harry y Ginny comenzaron a contar anécdotas divertidas, y Fred y George hicieron trucos de magia para entretener a todos. La risa llenó el aire mientras disfrutaban de la compañía del otro.
____ miró a Ron, quien se había relajado un poco más, y trató de apartar de su mente la conversación incómoda de la tarde. Quería disfrutar del día con sus amigos y no arruinarlo con pensamientos negativos.
A medida que el sol se acercaba al horizonte, lanzaron algunos hechizos para iluminar el área, creando un ambiente cálido y acogedor. La tarde en el Lago Negro se convirtió en una hermosa velada, llena de risas, historias y amistad.
Fred y George, siempre en busca de emociones y diversión, se pusieron de pie y se miraron con una sonrisa traviesa. Era claro que tenían algo planeado.
-¿Qué están tramando, chicos? -preguntó Ginny, curiosa por la expresión pícara en los rostros de sus hermanos.
-¡Un juego, por supuesto! -exclamó George, su mirada llena de entusiasmo.
-Queremos aprovechar esta hermosa puesta de sol en el Lago Negro para hacer algo especial -agregó Fred.
____, Ron y el resto del grupo se sintieron intrigados y emocionados por la idea. Los gemelos Weasley eran conocidos por su creatividad y audacia en la organización de juegos y bromas, por lo que la promesa de algo "especial" era demasiado tentadora.
-¿De qué se trata el juego? -preguntó Hermione, inclinando la cabeza con curiosidad.
George se acercó al agua y sacó su varita, la agitó en un patrón complejo y, de repente, una serie de luces brillantes aparecieron sobre la superficie del lago. Eran destellos de colores que parecían bailar en el agua.
-Esto, mis amigos, es el "Baile de las Luciérnagas" -anunció Fred con una sonrisa-. Cada uno de nosotros tendrá que elegir un destello de luz y seguirlo mientras se desplaza sobre el agua.
-¿Y luego? -preguntó Harry, intrigado.
-Bueno, el último en seguir su luz, pierde -explicó George con un guiño.
La emoción se apoderó de todos, y rápidamente se pusieron de pie y se acercaron al lago. Las luces de colores brillantes reflejadas en la superficie oscurecida del agua parecían encantadoras, como luciérnagas mágicas. Cada miembro del grupo eligió su propia luz y comenzó a seguirla mientras reía y disfrutaba de la experiencia única.
____, a pesar de la agitación de sus pensamientos previos, se dejó llevar por la diversión del juego. Siguió una luz azul brillante que parecía esquivarla a propósito, haciéndola reír mientras se movía ágilmente para mantenerse al día. Todos reían y se burlaban entre ellos mientras intentaban mantenerse al lado de su luz.
Sin embargo, en medio de las risas y la competencia, ____ y Ron, ambos concentrados en seguir sus luces, terminaron chocando y tropezando. Ambos cayeron al suelo, uno arriba del otro, en un desorden de risas y risitas incómodas.
-Lo s-siento -tartamudeó Ron, ____ aún dolida por la conversación sobre la noche anterior, solo asintió y continuó inmersa en el juego.
La puesta de sol se tornó aún más hermosa cuando el cielo se tiñó de tonos anaranjados y rosados. Los colores del atardecer se reflejaban en las aguas del lago, creando un escenario mágico para el juego de las luciérnagas.
Finalmente, con risas y gritos, la luz de George fue la última que se desvaneció, y todos se dieron cuenta de que había sido atrapado por el juego. Los demás lo rodearon con entusiasmo, felicitándolo por su victoria.
George se rió mientras recibía los elogios y luego anunció: -Como el ganador, propongo un brindis por esta tarde maravillosa y por la amistad que compartimos.
Todos levantaron sus bebidas en un gesto de celebración, y las sonrisas iluminaron sus rostros. La conversación incómoda que había ocurrido antes quedó en el pasado, reemplazada por la alegría y la camaradería de un día inolvidable junto al Lago Negro. La amistad y el amor que compartían eran más fuertes que cualquier obstáculo, y ____ sabía que estos momentos especiales eran los que valían la pena recordar.
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Amigos, pero algo más -Ron Weasley-
Fanfiction____ es hija de un amorío viejo de Remus Lupin. A sus 16 años, a un año de la guerra, su madre decide abandonarla. Por lo cual, sólo le queda su padre, a quien no ha visto ni hablado nunca en toda la vida. N.
