capitulo 27

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Química Imperfecta.

Capitulo 27.

Llego al aeropuerto y los pensamientos  evaden mi cabeza y me dicen que no me vaya, pero otros me dicen que es necesario hacerlo, abordó el avión sentándome al lado de la ventanilla, me acomodo «Este viaje será largo y triste», coloco mi mano en la ventanilla antes de que el avión despegue y se me cristalizan mis ojos.

Trato de dormir, pero simplemente no doy, quisiera descansar y que el dolor desaparezca, que esto solamente se un sueño y que falta poco para despertar y todo vuelva a la normalidad.

***

Llegó a México y lo primero que hago es tomar un taxi e ir a la casa de mis padres, le pago al señor y luego entro a la casa, tenía tiempo sin venir y muchas cosas están cambiadas, subo a la que antes era mi habitación y todo está igual como lo dejé lo único diferente es que las sábanas de la cama no son las mismas, cambio las sábanas y le coloco otras por que las que tenía estaban llenas de polvo, limpie y me di una ducha, lo único que quería era descansar y olvidarme de todo lo que estaba pasando.

Cuando me levanté eran aproximadamente las 6:00 p.m. le coloqué un mensaje a Leila para avisarle que ya había llegado, sinceramente se me había olvidado avisarles; Enseguida responde “Estaba preocupada por ti” baje a ver que encontraba en el refrigerador para poder cenar, pero no encontré nada, solo jugos y  frutas que por cierto algunas estaban dañadas.

Iba a pedir domicilio pero cuando lo iba hacer llegó una video llamada de Leila.

—Hola nena, ¿Cómo estás?—Hablo Leila.

—Hola, ¿Bien y tu?—Dije sentándome en el taburete que se encontraba en la isla de la cocina.

—¡Bien!, Esteban y yo tomamos la decisión de irnos para México no queremos dejarte sola.

—Leila no es necesario— Dije Sonriéndole a la pantalla.

—Sabes que si  ¡Estaban!— Gritó llamando a Esteban.

—Hola cariño —Saluda Esteban.

—Holis—Salude moviendo mi brazo.

—Esteban dile que nos iremos mañana a hacerle compañía —Hablo Leila.

—Si es cierto, Mañana mismo salimos para allá.

Seré masoquista, pero quería preguntar por Sebastián.

—¿Ya cenaste?—Pregunto Leila.

—No, de echo iba a pedir un domicilio — Dije — ¿Y mis padres?.

—Están en su casa — Hablo Esteban.

Al rato se unieron Tiam y Benjeit a la conversación.

—Hola, ¿Cómo estás?—Pregunto Benjeit.

—Estoy bien ¿y ustedes?.

—Te extrañamos.

—y yo a ustedes— Contengo las ganas de llorar — Chicos me tengo que despedir.

—Ok nena descansa — Hablaron al unísono.

Corte la video llamada y pedí el domicilio, a la media hora llegó y comencé a comer de mi pizza, mañana tendría que ir al supermercado a llenar la despensa.

Fui a mi habitación y comencé hacer una lista de lo que necesitaba «Ya hasta viejita parezco anotando todo lo que necesito», hice mi lista y me fui a dormir, cuando estaba a punto de conciliar el sueño entró una llamada de un número desconocido.

Dude en contestar, pero al final lo hice.

—¿Si?—pregunte.

—Beith — Hablaron.

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