En el nombre de Dios

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Después de un rato empezó todo de nuevo.

-es que no entienden ¿Verdad?-dijo el menor riendo escandalosamente.
-¿Entender qué?-preguntó Roger.
-aun creen que lo podran salvar.-
-lo salvaremos y regresaras de donde viniste.-le dijo Brian.
-propongo algo, dejan que me quede su alma y a cambio yo los dejo en paz.-
-ni en sueños.-respondió Freddie.
-ni modo se cerró la oferta.-respondió con una sonrisa macabra.

Después las astillas y los vidrios comenzaron a levitar a la altura del techo y de pronto calleron y tuvieron que cubrirse para que no terminaran lastimados aunque terminaron un poco aturdidos.

-ups.-exclamó este con inocencia fingida.

El sacerdote leía la biblia en latín mientras le hechaba agua bendita.

-¿Creen que se librarán de mi?-
-si podremos librarnos de tí.-le respondió Roger.
-Y si no ¿qué?-
-si podremos.-
-no van a lograrlo solo piensa, me llevo su alma de cualquier forma pase lo que pase y de paso a ustedes también.-
-Rog no lo escuches.-sugirió Brian.
-se logró desatar.-exclamó Freddie.

Los 3 fueron a sujetarlo aunque cuando tocaban su piel sentian que se quemaban.
Decidieron quedarse así pues si lo volvían a amarrar se iba a desatar o se haría daño.

De repente se fue la luz y se escuchaban golpes en las paredes y puertas, el ritmo de 3 de 3.

Después todo quedó en silencio a excepción del sacerdote que seguía leyendo con la poca luz que entraba.

La luz se prendió de pronto y el menor se quedó de nuevo confundido.

-me están agarrando muy fuerte.-se quejó.
-¿Ya eres tú?-preguntó Roger.
-creo.-
-¿Ya pasó todo?-preguntó Freddie.
-es lo que nos hace creer pero sigue aquí.-respondió el sacerdote.

De nuevo las cosas comenzaron a estrellarse contra la pared y en dirección a ellos también.
El castaño se aferro al brazo del moreno como si eso lo fuera a proteger.

-no me sueltes Fred.-dijo susurrando.
-aquí estoy y no te dejaremos ¿De acuerdo?-este solo asintió ciertamente nervioso.

Después continuaron con el exorcismo, algo muy fuerte para ellos pero tenían que parecer seguros para que el menor no se rindiera.

Tras mucho trabajo, tiempo y estar a punto de morir varias veces parecía que estaban cada vez más cerca.
El menor seguía abrazando el brazo del moreno, parecía que realmente la estaba pasando mal pero hacía lo que podía.

Después le aventaron agua bendita y se empezó a retorcer del dolor que sentía al hacer esta contacto con su piel, incluso derramaba algunas lágrimas pues fue demasiado doloroso.

Sin embargo tras varias horas todo salió medianamente bien y se podría decir que exitoso, ahora creían que ya no tenían que preocuparse por eso de nuevo.

No entres ahí  *Re Editada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora