- ¿Lo llevas todo? – preguntó Amelia desde el sofá del salón donde rascaba tranquilamente la barriga de Harvey.
- ¡¡Sííí!! – respondió gritando desde la habitación.
- ¿El cepillo de dientes?
- Sí.
- ¿Pijama? – siguió. – Bueno, aunque no eso no lo necesitas mucho – proclamó a un volumen normal que la rubia, al estar en otra habitación, no escuchó.
- Sí – gritó de nuevo para que la morena la escuchara. – Pero vamos, que me voy a Barcelona, no a la guerra, que si se me olvida algo lo puedo comprar allí, no sé a dónde se cree que voy – habló sola Luisita terminando de guardar el neceser en la maleta.
- ¿Tarjeta del médico? – recordó Amelia.
- En la cartera siempre.
- ¿Johnny? – demandó riendo aunque la respuesta de la rubia se hizo esperar unos segundos.
- Y tú, ¿para qué quieres que me lleve a Johnny? – consultó desde la puerta del salón.
- Para que no te sientas sola y no me eches de menos.
- Ahhmm – asintió la rubia. – ¿Tú me vas a echar de menos? – quiso saber llegando hasta la morena y sentándose a horcajadas sobre ella, retirando el pelo que caía por sus hombros.
- Vas a estar unos días fuera, me preocupo por ti – dijo colocando sus manos en las caderas de Luisita.
- Eso no responde a mi pregunta.
- Puede que te eche un poco de menos por las noches – confesó colando su mano bajo la camiseta de Luisita. – Por las mañanas a las cinco de la madrugada no.
- Tranquila, que yo a esa hora tampoco te echo de menos, que estoy muy bien durmiendo aún.
- No, si ya. Ni un beso en condiciones antes de irse una a rodar su telenovela de las yayas.
- Ya te los da Natalia todos los días – expresó fingiendo celos.
- Pero sin lengua.
- Pues las Lurelia bien de filetón en cuanto podían.
- Pero nosotras somos ya como un matrimonio que lleva muchos años, la pasión ya no es la misma. ¿Tú te imaginas a los extremeños comiéndose la boca? Además, que ahora estamos un poco enfadadas con lo del embarazo así que besos los justos – justificó la morena.
- Mejor.
- Tonta... que sabes que no cuela. Que mis besos de verdad son sólo tuyos.
- Si ya lo sé.
- Pero besa muy bien, ¿eh? – continuó picando viendo que la rubia no caía.
- ¿Ah sí? – la morena asintió con la cabeza. – Pues nada, la próxima vez que quedemos con ella lo compruebo yo también, pero tú tranquila, que sabes que mis besos de verdad son sólo para ti – repitió las palabras que acababa de pronunciar su novia unos segundos antes.
- Ya verás como me das la razón – aseguró la morena. – ¿A ti te queda mucho tiempo para darme besos antes de irte?
- Pues... – comenzó a hablar mirando su reloj de muñeca – un cuarto de hora escaso, aunque me llamará el chófer cuando esté abajo.
- Jo – Amelia puso un puchero.
- ¿Tendrás queja? – preguntó de manera retórica sorprendida. – Que ha preparado mi padre la comida antes para que luego pudiéramos volver más tranquilas y terminar la maleta sin prisas y hemos llegado tarde porque no querías salir de la cama – la acusó.
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Cara B - [A Luimelia playlist]
FanfictionLa cara B de un vinilo es la otra cara, la secundaria, la menos importante, pero que siempre guarda alguna joyita por descubrir. Nosotros también tenemos esa cara b que solo descubre quién realmente tiene interés en seguir escuchando y no se queda s...