Pista 37. Un año más

2.7K 190 42
                                    

[Amelia, 19:51] "Amor, hemos estado hablando de ir a las preuvas esta noche."
[Amelia, 19:51] "Escribe a éstos para quedar o vente al teatro a la salida."
[Amelia, 19:52] "Te quiero 😘."

Luisita estaba terminando de recoger y limpiar la casa con la música conectada al altavoz bluetooth cuando escuchó las notificaciones de los mensajes que le acababa de enviar Amelia pocos minutos antes de comenzar la última función del año. Su intención era la de ir al teatro a buscarla esa noche, sí, pero el plan no contemplaba meterse en la Puerta del Sol con más de veinte mil personas para celebrar por adelantado la llegada del nuevo año, y esperaba que su novia lo entendiera.

Se había pasado gran parte de las tardes de esa semana en el Asturiano, echando una mano de vez en cuando junto a Manolín, cuidando de sus hermanos pequeños o ayudando a su madre en las compras para la cena de Nochevieja y ahora le tocaba dedicar unas horas a adecentar la casa.

- Hija, entonces, ¿Amelia no ha hablado con su madre? – preguntó Manolita volviendo a la barra tras servir un par de sándwiches a sus hijos pequeños, sentados en una de las mesas del bar. – Mira que ni siquiera estas fechas...

Luisita acababa de llegar al Asturiano después de pasar toda la tarde junto a Ciriaco y Catalina por el centro de la capital, viendo las luces que adornaban las principales vías de la ciudad, visitando algún que otro mercadillo navideño y viendo, cómo no, Cortylandia mientras sus padres se habían ocupado de encargar los regalos a los Reyes Magos y éstos, desde la conversación que tuvieron unos días antes, no habían parado de dar vueltas a la distancia forzosa que vivían Amelia y su madre.

- No – apuntó con la mirada perdida calentándose las manos con la taza de café. – El otro día terminamos discutiendo por eso. Le dije que llamaba yo a su casa y tampoco quiere.

- Pero has llamado – afirmó Marcelino, que acababa de salir de la cocina.

- No, no he llamado – reconoció Luisita.

- Vaya... otra Luisita no hubiera tardado ni cinco minutos en hacerlo – expresó sorprendida su madre.

- Pues esta Luisita no. Aunque me dijo que hiciera lo que quisiera.

- ¿Y qué vas a hacer?

- Pues no lo sé – dijo tapándose la cara con sus manos. – Por una parte siento que tengo que llamarla, intentar hablar con ella e intentar que venga, pero por otra no quiero meterme donde no me llaman, que Amelia se enfade porque es un tema familiar que a mí ni me va ni me viene.

- Ya, pero Amelia es tu novia y algo te afectará, ¿no? Digo yo – trató de comprender Marcelino. – Que si con su padre no tiene relación, pues bueno, pero su madre...

- Sí, papá, pero ¿y si por mi culpa su padre se enfada y lo paga con su madre? – comentó angustiada.

- Bueno, ¿y si llamo yo? A mí no me conoce... Me hago pasar por un vendedor – expuso ante la sonrisa triste de Luisita – ¿Qué he dicho?

- Nada, que fue lo que le dije a Amelia, más o menos – confesó Luisita.

- Bueno, ¿tú tienes algún número de teléfono al que llamar?

- Sí...

- Pues apunta – le entregó la libreta donde escribía las comandas del bar y un bolígrafo.

- ¿Crees que es buena idea? – preguntó la rubia a su madre.

- No lo sé hija. En estos casos nunca sabes si vas a acertar o no... – indicó la mujer.

Cara B - [A Luimelia playlist]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora